¿Vale la pena gastar el 5% del PIB en Defensa Nacional?

La invasión rusa de Ucrania y la postura de Trump exigiendo que otros países de la OTAN dediquen más recursos a la defensa deberían resultar en un aumento sustancial del gasto en las fuerzas armadas de los países europeos.
En respuesta a las exigencias de Trump durante su primera presidencia, varios países de la OTAN comenzaron a planificar aumentos del gasto en defensa hasta alcanzar el 2% del PIB. El punto de partida se fijó en 2014, cuando los países de la OTAN se enfrentaron a la invasión y ocupación rusa de Crimea. Los países de la OTAN se comprometieron entonces a adoptar una trayectoria creciente para el gasto militar, hasta alcanzar el 2% del Producto Interior Bruto (PIB) en 2024. Se espera que el gasto medio en defensa de la OTAN en 2024 haya aumentado al 2%, pero este objetivo no se ha alcanzado en muchos países, incluido Portugal. Según la propia OTAN, en Portugal, y en años más recientes, la proporción del PIB dedicada a defensa ha rondado el 1,6%.
Desafortunadamente, la situación real podría ser aún peor. Los criterios adoptados por la OTAN para medir el gasto nacional en defensa son relativamente sencillos, ya que permiten registrar como gastos de defensa partidas que inicialmente tienen poca relación con las funciones de defensa. Por citar dos ejemplos portugueses, el gasto en pensiones del personal militar retirado y parte del gasto en la Guardia Nacional Republicana se incluyen en estas estadísticas. Una evaluación del gasto real en defensa arroja cifras inferiores. Para ilustrar el exceso de las estimaciones de la OTAN, podemos compararlas con las estadísticas de la UE. Los datos de Eurostat son más específicos y apuntan a estimaciones inferiores del gasto nacional en defensa. En 2023, según Eurostat, Portugal gastó solo el 0,8 % de su PIB en defensa, aproximadamente la mitad de la cantidad declarada por la OTAN.
Mientras tanto, los objetivos han cambiado. Trump exigió que el gasto en defensa, como porcentaje del PIB, aumentara al 5%. ¿Por qué el 5%? No parece haber ninguna explicación basada en un análisis minucioso de las necesidades de defensa de la OTAN y sus países miembros. No se menciona el coste de oportunidad de perder servicios y beneficios gubernamentales que ya no se financiarán. Es muy posible que la cifra del 5% sea simplemente una idea espontánea de Trump, carente de justificación empírica o analítica. La cifra del 5% es un número redondo, elegido para impactar a los medios internacionales. Es razonable suponer que la cifra del 5% no fue el resultado de una evaluación rigurosa de las necesidades ni de la corrección de posibles deficiencias en las fuerzas armadas de los distintos países.
La reacción de los países de la OTAN fue complacer a Trump y alcanzar el 5% en 10 años. En la práctica, los países adoptarán diversos subterfugios y una gran dosis de creatividad contable para alcanzar el 5%. En junio, la declaración oficial de la cumbre de la OTAN en La Haya inició este camino. Para 2035, los países de la OTAN destinarán el 3,5% de su PIB anual a defensa, y el 1,5% restante se destinará a gastos relacionados con la defensa. Con cierto escepticismo, estas cifras podrían interpretarse como una redefinición del objetivo de gastos específicos de defensa del 2% al 3,5% del PIB.
Un primer problema proviene del propio Trump, ya que su estrategia de negociación consiste en empezar exigiendo cantidades exageradas y luego aceptar cantidades menores, pero superiores al punto de partida. Nada nos dice que Trump no cambiará sus objetivos en un futuro próximo. Estados Unidos está gastando menos. Las estimaciones para 2024 indicaban que el gasto de defensa estadounidense se acercaría al 3,3 % del PIB. En este contexto, los países de la OTAN pueden afirmar estar de acuerdo con Trump, pero en realidad aumentan el gasto de defensa menos de lo anunciado.
La contabilidad creativa y otras estrategias similares, como la reclasificación del gasto público civil como gasto de defensa, obstaculizarán la gestión eficaz del gasto de defensa. Desviar recursos supuestamente destinados a la defensa es un proceso complejo y lento que puede ser secuestrado por intereses creados. Por ejemplo, es bien sabido que si aumenta la financiación de la defensa, las empresas intentarán apropiarse de estos recursos y aumentar las compensaciones, sin contribuir a una mejor defensa.
Estas dificultades no deben distraernos de los verdaderos problemas. Aunque el 5% sea un objetivo exagerado, tiene todo el sentido aumentar los recursos dedicados a la defensa nacional. Portugal ha experimentado un proceso de degradación de sus reservas de equipos y capacidades militares debido a la prolongada acumulación de déficits en capacidad defensiva, infraestructura y recursos humanos. Para garantizar que los recursos adicionales dedicados a la defensa nacional en los próximos años se inviertan adecuadamente, es importante definir de forma clara y transparente las intervenciones que se llevarán a cabo y que su priorización tenga en cuenta la rentabilidad.
observador