Las inundaciones en Cabo Verde amenazan la seguridad alimentaria

Las inundaciones de agosto en las islas del norte de Cabo Verde amenazan la reducción prevista de la inseguridad alimentaria aguda en esta época del año en el archipiélago, advirtió la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Las proyecciones apuntaban a “alrededor de 35.300 personas que enfrentarían inseguridad alimentaria aguda de junio a agosto, durante la temporada de carestía (cuando se agotan las reservas antes de la próxima cosecha), una cifra inferior a las 44.100 personas que necesitarían asistencia humanitaria estimadas para el mismo período en 2024”, indicó la FAO, en el resumen más reciente del Sistema Mundial de Información y Alerta sobre Agricultura y Alimentación (SMIA).
El documento, con fecha de referencia del viernes, detalla, sin embargo, que “se espera que el número real de personas en situación de inseguridad alimentaria aguda, en 2025, sea superior a las estimaciones , teniendo en cuenta el impacto de las inundaciones repentinas que azotaron las islas de São Vicente, Santo Antão y São Nicolau, el 11 de agosto”.
“ Las inundaciones destruyeron reservas de alimentos , medios de vida y dañaron infraestructura crítica, aumentando las necesidades humanitarias de las familias más vulnerables”, explicó la FAO.
La organización recuerda que el Gobierno declaró el estado de emergencia para los municipios afectados por el temporal, con proyecciones preliminares que cifran en 95.000 los residentes afectados.
La campaña agrícola 2024 fue más generosa de lo habitual, pero la que viene es una incógnita: la irregularidad de las lluvias (que suelen caer de julio a octubre) “ha afectado la siembra y germinación de los cultivos de maíz”, que es “prácticamente el único cereal que produce el país”, recordó la organización.
“Los pronósticos meteorológicos para septiembre y octubre apuntan a niveles de precipitaciones cercanos o inferiores al promedio, lo que debería tener un impacto negativo en los rendimientos del maíz”, agregó.
La producción de cereales en el archipiélago en 2024 habrá alcanzado las 3.600 toneladas, “casi un 80% por encima de los niveles mínimos del lustro anterior, periodo que incluyó tres campañas consecutivas con cosechas fallidas por la sequía”.
La producción superior a la media en 2024 se debió en gran medida a las condiciones climáticas favorables y al suministro de insumos agrícolas por parte del gobierno, que compensaron una reducción significativa de la superficie sembrada. La disminución de la siembra se enmarca en una tendencia más amplia de abandono de la actividad agrícola en algunas zonas del país, impulsada por la irregularidad de las lluvias y el alto coste de la mano de obra agrícola en los últimos años, detalla el documento de la FAO.
El contexto heredado de 2024 ha permitido que “los precios minoristas del maíz de producción local se mantengan estables o registren una disminución del 5% en los mercados monitoreados, entre abril y julio de 2025, manteniéndose cerca o por debajo de los valores de un año atrás”.
“Los precios minoristas del arroz y la harina de trigo importados se mantuvieron en gran medida estables entre abril y julio de 2025, manteniéndose en julio cerca de los niveles registrados en el mismo período del año anterior”, concluyó el informe.
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