Vergüenza nacional: Portugal en llamas y en la inercia

Seleccione idioma

Spanish

Down Icon

Seleccione país

Portugal

Down Icon

Vergüenza nacional: Portugal en llamas y en la inercia

Vergüenza nacional: Portugal en llamas y en la inercia

No hemos aprendido nada desde Pedrógão. ¡Nada!

El país arde, se pierden vidas, la población está aterrorizada, y la respuesta política sigue siendo la misma: declaraciones insulsas, declaraciones vacías y apariencias circunstanciales. El gobierno se limita a publicar declaraciones insulsas, una por cada bombero que muere en combate, como si las palabras pudieran apagar el fuego o aliviar el dolor.

Mientras las llamas se extendían hacia el interior, el primer ministro Luís Montenegro prolongó sus vacaciones en el Algarve e hizo una aparición festiva en la Festa do Pontal, un espectáculo que, por respeto a las víctimas y por decencia básica, debería haber sido cancelado inmediatamente.

Es cierto que el primer ministro acabó interrumpiendo el descanso después de cinco días —pese a que tenía una agenda pública en cuatro de esos días—, pero la decisión llegó tarde y sonó como una reacción forzada a la indignación general.

Cabe señalar que, si bien el gobierno canceló las celebraciones del 25 de abril y declaró tres días de luto nacional por la muerte del papa Francisco, la fiesta de regreso político del PSD, la llamada "Festa do Pontal", no se canceló, y continuó como si nada hubiera sucedido. Este contraste entre el luto nacional y la celebración festiva es, como mínimo, una afrenta para el pueblo portugués.

El presidente de la República, por su parte, interrumpió sus vacaciones para acudir a toda prisa a la sede de Protección Civil. ¿Pero de qué sirve esta teatralidad? Como si su mera presencia en una sala de Lisboa tuviera algún efecto real en el drama que se desarrollaba en las montañas y pueblos donde la gente combatía las llamas con las manos desnudas.

Y luego estaba la triste figura de la ministra del Interior, incapaz de transmitir confianza, minimizando los problemas y admitiendo en directo ante el pueblo portugués que "no entiende el tema". ¿Cómo es posible que la máxima responsable de la seguridad interna del país, en medio de una crisis nacional, pudiera demostrar tan poca preparación y liderazgo? El país quedó atónito.

¿Estrategias? ¡CERO! ¿Habilidades? ¡CERO!

La única imagen que queda es la de un estado ausente, donde los "comandantes" aparecen en público vestidos con uniformes de gala que parecen salidos de un museo militar. Un desfile de vanidad, mientras bomberos voluntarios, exhaustos y mal pagados, dan su vida en el frente. ¡Qué vergüenza! Estos supuestos comandantes deberían ponerse los overoles, ponerse a trabajar y demostrar su valía, en lugar de soltar disparates frente a las cámaras.

¿Y qué decir de la falta de un verdadero liderazgo? El Primer Ministro y el Ministro deberían estar sobre el terreno, codo con codo con los bomberos y la población, sintiendo la crudeza de la situación, apoyando, reconfortando y levantando la moral de quienes lo arriesgan todo. No bastan las fotografías en oficinas con aire acondicionado: el poder político debe residir en las aldeas amenazadas y los pinares en llamas.

El hecho de que el primer ministro y el ministro del Interior asistieran al funeral del bombero de Covilhã tampoco elimina la responsabilidad política. Asistir a los ritos funerarios no compensa la falta de liderazgo activo sobre el terreno, donde realmente se necesita.

Pero el problema subyacente es aún más grave. ¿Por qué, décadas después, la visión de Gonçalo Ribeiro Telles nunca se ha tomado en serio? Este arquitecto, urbanista y estadista fue quizás la voz más clara y consistente sobre la verdadera causa estructural de los incendios en Portugal: el abandono del territorio, la destrucción de los bosques autóctonos, la apuesta insensata por monocultivos inflamables como el eucalipto y el pino marítimo, la ausencia de mosaicos agrícolas y de gestión del paisaje.

Ribeiro Telles repetía incansablemente que la solución no residía en más aviones ni más discursos, sino en transformar la relación del país con su territorio: reforestar con especies resilientes, restaurar suelos, diversificar cultivos, crear barreras naturales, reintegrar la agricultura y el pastoreo a la dinámica de las zonas rurales. Esta sería la verdadera reforma estructural para romper el ciclo de incendios. ¿Se le escuchó? No. Lo escuchan en discursos de homenaje, lo citan en ocasiones solemnes, pero ignoran sus propuestas prácticas, porque requieren trabajo, una visión a largo plazo y no generan votos inmediatos.

Resulta irónico que el propio Luís Montenegro, como líder de la oposición, exigiera precisamente eso: liderazgo, coordinación y la capacidad de "tranquilizar al pueblo portugués", garantizando que los ancianos, los niños y las familias pudieran disfrutar de un verano tranquilo y seguro, sabiendo que el Estado estaría presente. Criticó la falta de coordinación entre las entidades públicas y exigió decisiones firmes. Hoy, como primer ministro, persiste la misma inercia de la que una vez atribuyó a otros.

Así, repetimos el mismo error año tras año: gastamos millones en recursos de combate, lloramos las muertes, lamentamos la tragedia... y dejamos todo igual.

Regresamos así al retrato de una nación que se rinde a una resignación casi ancestral. Como escribió Guerra Junqueiro: «Un pueblo imbécil y resignado, humilde y sombrío, fatalista y sonámbulo, bestias de carga... un pueblo en catalepsia ambulante, sin recordar de dónde viene, ni dónde está, ni adónde va...» —un retrato cruel y actual de nuestra incapacidad para actuar, incluso cuando arden los bosques y la dignidad.

Pobre Portugal, ¡¿en qué has llegado?!

Hasta que tengamos la valentía de abordar la raíz del problema, de aplicar la visión que Ribeiro Telles dejó como legado, de liderar con la verdad y de respetar a quienes mueren defendiendo la nación de las llamas, continuaremos en este ciclo miserable. Entre partidos políticos, vacaciones interrumpidas y declaraciones vacías, la verdadera tragedia es la incapacidad de cambiar.

sapo

sapo

Noticias similares

Todas las noticias
Animated ArrowAnimated ArrowAnimated Arrow