Sin medicinas, no ganaremos la guerra. Las fábricas no tienen suministro eléctrico garantizado.

El Ministerio de Salud lo entiende, el Ministerio de Defensa Nacional lo sabe, y el Primer Ministro está ocupado con otros asuntos. «Estamos enviando a un polaco al espacio y no pensamos en la tragedia que nos espera si estalla una guerra y no hay medicamentos disponibles», escribe la Gazeta Wyborcza del martes.

En una entrevista con Gazeta Wyborcza, Krzysztof Kopeć, presidente de la Asociación Polaca de Empresarios de la Industria Farmacéutica, señala que las fábricas de medicamentos en Polonia carecen de un suministro eléctrico ininterrumpido garantizado durante crisis y ataques. "Por supuesto, la prioridad son las personas, los hospitales y las clínicas; es comprensible. Pero la legislatura ha olvidado que para que estas clínicas y hospitales funcionen y salven la vida de soldados y civiles, se necesitan medicamentos", afirma Krzysztof Kopeć.
"¿De qué sirve la electricidad en el hospital, y esto quedará claro, si no hay antibióticos, antiinflamatorios ni relajantes musculares, y estos probablemente se agotarán en Polonia en unos dos meses? No se puede realizar ningún procedimiento, salvo cirugías "heroicas" sin anestesia, que causarán infecciones y la muerte por complicaciones postoperatorias", añade la fuente de Gazeta Wyborcza.
El presidente de PZPPF destacó que los medicamentos más necesarios deberían producirse en su mayor parte en Polonia y Europa.
Producimos algunos en Europa. Pero la mayoría de los medicamentos esenciales no lo son. Y esa es nuestra tragedia. Porque los medicamentos esenciales son medicamentos de uso poblacional: para la diabetes, el asma, las enfermedades pulmonares, las enfermedades oncológicas y las enfermedades cardiovasculares. En cardiología, podemos esperar, porque las consecuencias de la escasez de medicamentos no se harán evidentes de inmediato, sino después de seis meses o un año. Sin embargo, en la diabetes, esperamos unos días y, lamentablemente, las personas morirán porque, sin insulina, no podemos mantenerlas con vida. Y la mayoría de los medicamentos para estas enfermedades, por razones financieras —como la UE y entidades financiadoras como nuestro Fondo Nacional de Salud—, los hemos trasladado de Europa a Asia —enfatiza—. (PAP)
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