Se han encontrado cartas de despedida de víctimas nazis, entre ellas polacos. Los alemanes buscan a sus familias.

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Se han encontrado cartas de despedida de víctimas nazis, entre ellas polacos. Los alemanes buscan a sus familias.

Se han encontrado cartas de despedida de víctimas nazis, entre ellas polacos. Los alemanes buscan a sus familias.

El Archivo Estatal de Baviera, junto con el Archivo Arolsen, ha iniciado la búsqueda de familiares de los asesinados en la prisión de Stadelheim durante la Segunda Guerra Mundial. Las familias recibirán cartas de despedida de los presos que han permanecido ocultas en los archivos durante décadas.

“Enseñan sobre el coraje, la dignidad, la identidad humana y el no rendirse”, destaca la directora del Archivo Arolsen, Floriane Azoulay, en una entrevista a la Agencia de Prensa Polaca.

318 polacos perdieron la vida en un centro de ejecución alemán

Stadelheim, una de las prisiones más grandes de Alemania, sirvió como centro de ejecución del Tercer Reich desde 1934. Para 1945, 1188 personas habían muerto allí, incluyendo ciudadanos alemanes, pero también franceses, checos y polacos. Según fuentes, 318 polacos fueron ejecutados en la prisión entre 1940 y 1945.

Los presos tenían derecho a recibir cartas de despedida, pero no todas llegaban a sus destinatarios. A principios de 2025, un periodista del Archivo Estatal de Baviera descubrió más de 50 documentos de este tipo, aproximadamente 10 de los cuales estaban escritos en polaco.

Azoulay explica que la correspondencia era vigilada y censurada por la administración penitenciaria. Algunas cartas probablemente se consideraban "incómodas". Por ejemplo, René Blondel y Victor Douillet, franceses de 24 años, escribieron al director de la prisión en lugar de escribir a sus seres queridos. "Puedes darle esta carta a Hitler y decirle: A todos los franceses no les importas. ¡Viva nuestra patria, Francia!", escribieron.

Las cartas se enviarán a las familias y también estarán disponibles en línea.

La investigación contemporánea recuerda sentencias trágicas y absurdas. Los autores de muchas cartas fueron condenados por delitos supuestamente menores, como robar conejos, estar hambrientos o hacer críticas al ejército. Un ejemplo ilustrativo es la historia de Maria Ehrlich, de 81 años, ejecutada por criticar a la Wehrmacht.

Uno de los prisioneros polacos era Jan Stępniak, de 19 años, de Tomaszów Mazowiecki, quien trabajaba para una empleada doméstica alemana. La mujer lo denunció, acusándolo de amenazas, aunque, como indican los archivos, esto era falso. Stępniak fue ejecutado el 2 de noviembre de 1942.

Las cartas descubiertas se distribuirán a las familias y su contenido al público en general. El Archivo Arolsen planea digitalizarlas y publicarlas en línea. "Se trata realmente de justicia. Hoy, se trata de perseverancia, de democracia: qué es y por qué es tan importante que todos luchemos por ella", afirma Azoulay.

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Wprost

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