Un velo macabro entre varias capas de sentido

Hay artistas que no se dejan asir por las definiciones clasificatorias de su tiempo. Transitan un camino paralelo mientras lo trazan. Constituyen puntos de fuga necesarios para establecer otras narrativas e imaginarios. Así sucede con la producción de Laura Códega (1977) en Un perfume de amor, sangre y nervios, la exposición que reúne 34 obras de los últimos 15 años en la sala C del Centro Cultural Recoleta. Con curaduría de Carla Barbero, da cuenta con precisión de lo que denomina la “soberanía plástica” de la artista.
Estos hacedores, sin embargo, nunca están del todo solos en la historia del arte. Al ingresar en la sala, en primer lugar se presenta un diálogo con obras del Museo Nacional del Grabado de Abraham Vigo y Adolfo Bellocq, quienes formaron parte de los denominados Artistas del Pueblo. Si bien ellos y Códega están separados por casi un siglo, comparten algunas modalidades: “El universo de Códega refiere una historia más criolla y hasta marginal. Ponerla en vínculo con los Artistas del Pueblo se relaciona no solo por ese imaginario que ellos representaban contra el arte oficial mostrando imágenes de la cultura popular, sino por cierto surrealismo que en Laura también se ve”, comentó Barbero a Ñ.
País bananero. Ranchos incendiados (2010). Banana sobre lienzo
En este inicio, los materiales captan con fuerza la atención, en cuanto componentes significativos de todo el trabajo de la artista: limón quemado, brea y resina. Los tres elementos establecen un cromatismo entre el amarillo, el marrón y el negro en escenas de luchas entre grupos relacionados con enfrentamientos históricos. Se observa cierto “primitivismo” en la representación de siluetas definidas por una línea sintética, que compone paisajes mediante pinceladas cortas y chorreaduras. Otro: banana sobre lienzo. Dadora de una monocromía amarronada, las imágenes de Pan triste, Ranchos incendiados y de la impactante Un río sin ribera se emparentan con la textura perceptiva, algunos personajes, atmósferas y composiciones de los grabados de los Vigo y Bellocq. La banana como símbolo fálico, fruto exótico desde una perspectiva eurocéntrica, denominación de país bananero.
“Los materiales con sus cargas simbólicas, filosóficas, éticas, religiosas, con su historia cultural, con las preguntas que acarrean, con las formas. El limón lo veo como algo solar y su transparencia me hace pensar en connotaciones religiosas. La brea la relaciono con la alquimia; es un derivado del petróleo que viene de lo profundo de la tierra. Tienen muchas capas de sentido. Y hay cosas prácticas que me gustan, como ir a comprar a la verdulería en vez de la librería”, contó Códega a Ñ.
Óleo. Fabricantes de espectros (2024)
Hace un lustro, la artista obtuvo el Segundo Premio Adquisición del 24° Premio Klemm por su obra Acosta Ñu. Se trata de una gran lágrima colmada de pequeñas calabazas quemadas en tanto cabezas/rostros que remiten a los 3500 niños que formaron parte del ejército paraguayo, en uno de los últimos enfrentamientos de la guerra del Paraguay, contra el ejército de la Triple Alianza. La obra de Códega se encuentra también en las colecciones del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (España), Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, Museo Castagnino-Macro de Rosario y el Palais de Glace.
Hay otro sendero expresivo en su producción respecto de una representación satírica y caricaturesca. El tratamiento de la línea, en general, la sitúa como una de las figuras destacadas de su generación en dibujo. La lección de anatomía, en cuero grabado y policromado, y Espectros en la hierba teñida (pintura y grabado sobre cuero) son algunos ejemplos.
En la Colección Klemm. Acosta Ñu (2018).
No temes a los muertos ni a los vivos / Con desolado coraje recorres las tinieblas / Eres un camino de liberación / A través tuyo soy más humana / Eres conciencia / Cuando sabes no hablas / Miras a lejanos horizontes y miras a una dichosa hermosura/No eres contemporáneo ni clásico. Estas y otras frases componen el video Manifiesto, una muy bella declaración de principios sobre la poética de la artista. La máscara vuelve a parecer acá en cuanto elemento plástico y semiótico privilegiado, que transforma, oculta, identifica, revela. La vemos, además, en las esculturas con botellas.
En el video L’Arte e la Vanitá, los personajes de esta tragedia griega en tres actos portan máscaras. Arte mata a su hija Artesanía por causa de Vanidad y luego se quita la vida. Mientras las jerarquizaciones dividen y separan, la obra de Códega plantea la reunión y la integración desde su digna y emotiva soberanía.
- Un perfume de amor, sangre y nervios - Laura Códega
- Lugar: Centro Cultural Recoleta. Junín 1930.
- Horario: mar. a vie., de 12 a 21; sáb, dom. y feriados, de 11 a 21.
- Fecha: hasta el 12 de octubre.
- Entrada: gratuita.
Clarin