BPV: fusiones en el mundo legal

Guillermo Briones muestra con orgullo la terraza de las oficinas de su despacho de abogados en la zona alta de Barcelona. Aquí es donde le gusta celebrar los hitos que va alcanzando BPV, el despacho que fundó el año 2010 junto a Jordi Biosca-Palau y Pau Vilaplana.
“Somos un despacho joven, innovador y diferente a las firmas más clásicas de la ciudad. Somos flexibles con los horarios y permitimos hacer teletrabajo. La media de edad de los 17 socios es de 42 años”, comenta Briones mientras quita la funda de la enorme barbacoa de la terraza. Ha llegado el buen tiempo y hay motivos para celebrar. BPV ha superado los 10 millones de euros de facturación con una plantilla de 120 personas, la gran mayoría jóvenes abogados de Barcelona pero también de Madrid, plaza en la que aterrizó el año pasado y en la que observa grandes posibilidades de crecimiento.
“Somos una firma joven que ofrece flexibilidad”, comenta Briones, que también ha impulsado la startup EnleyLa trayectoria de BPV no se entendería sin el impulso de los fundadores por adquirir despachos competidores. “Entendemos que el mercado legal tiende hacia la concentración porque es la única fórmula de ser competitivos y ofrecer un amplio abanico de servicios a nuestros clientes”, comenta Briones.
BPV es el resultado de integraciones de seis firmas: Grupo Gispert, Pazos, Jubert, Granados, North Legal y Linares Barreda. “Estamos digiriendo las últimas integraciones pero ya vemos nuevas oportunidades, especialmente en Madrid y, en el medio plazo, vemos potencial en Islas Baleares, Valencia y Andalucía”, comenta el consejero delegado.
Actualmente, BPV toca distintas especialidades del derecho, como mercantil, fiscal, laboral y otras materias como la propiedad industrial y toda la regulación vinculada con las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial. Entre sus clientes, figuran empresas familiares industriales pero también startups, fundaciones y empresas del mundo de la energía o el turismo. “La gran mayoría de nuestro negocio está en España y un 15% procede de servicios a clientes de Estados Unidos y Latinoamérica”, añade.
De forma paralela y totalmente independiente, Briones ha impulsado la startup Enley, que ofrece servicios digitales de asesoramiento legal en procesos aparentemente más sencillos, como aquellos vinculados con la ley de la Segunda Oportunidad, los divorcios o la gestión de asuntos fiscales y laborales. “Encerrado en casa durante la pandemia tuve esta idea. Pensé que habría clientes interesados en contratar estos servicios, que son más baratos porque no hay citas presenciales”, comenta. Bajo el liderazgo de Robert Brufau, la startup factura 5 millones de euros al año y emplea unas 80 personas.
lavanguardia