River armó un festín de goles en Córdoba y aplastó a Instituto en la noche soñada del pibe Lencina

Las inferiores de River, esa cantera inagotable de talentos. Justo en la semana en la que arribó al país Juan Fernando Quintero, en la que extendió su contrato Facundo Colidio y en la que se aceleró la recuperación de Sebastián Driussi, al elenco de Núñez le creció un Santiago Lencina, un juvenil que ya había sido titular contra Platense -en el sitio que dejó vacante Franco Mastantuono- y que contra Instituto se despachó con un doblete y con una actuación estelar. El elegante zurdo de 19 años fue la figura en la goleada 4-0. ¿Y ahora quién se anima a sacarlo del elenco titular?
Fue una fiesta el Mario Alberto Kempes, con más de 50.000 hinchas de Instituto y de River en las colmadas tribunas. Según datos extra oficiales, los cordobeses embolsaron algo más de 500 millones de pesos por recibir al público visitante. Y esa celebración de afuera tuvo su correspondencia adentro de la cancha porque los dos equipos se brindaron por el espectáculo: atacaron con muchos futbolistas y buscaron presionar bien alto. Lo que sucedió fue lo esperable: la jerarquía hizo la diferencia. Estuvo en juego la Gloria hasta los minutos finales de la etapa inicial, cuando la fortuna le realizó un guiño a Facundo Colidio, que pudo festejar gracias a un desvío en el camino después de perderse un par de situaciones claras.
Está renovado River: ya no luce como un equipo pesado. El diagnóstico que hizo Gallardo tras el Mundial de Clubes fue claro y optó por bajar el promedio de edad. La sorpresa esta vez fue Juan Cruz Meza, un volante ofensivo de 17 años que tiene el andar parecido a Lucho González y que se metió en lugar de Ian Subiabre. Al hermano de Maximiliano se sumó Santiago Lencina, también titular ante Platense en el debut.
Así, el futbolista más veterano del ataque del elenco de Núñez fue Maximiliano Salas, de 27 años. Y tiene otra vitalidad River en los metros finales, más allá de que los chicos pueden alternar buenas con malas. Pero ambos mostraron cosas interesantes. Meza, por ejemplo, le metió un pase de crack total a Colidio, que falló el mano a mano con Manuel Roffo. Minutos después, el delantero mandó por arriba una definición tras habilitación de Lencina. Esa es una cuestión que deberá mejorar Colidio: falla demasiadas oportunidades.
Instituto intentó igualar con el ímpetu, pero fue mejor River. Ya en la etapa inicial había acumulado méritos. A las dos claras de Colidio se la agregó un cabezazo de Lucas Martínez Quarta que se fue cerca. El primer grito de Colidio, se dijo, llegó tras un desvío en Gonzalo Requena que descolocó a Roffo. Iban 44 minutos.
Colidio abrió la cuenta en el Kempes. Foto: Ariel Alejandro Carreras
El segundo tanto merece un párrafo especial porque habla del nuevo River: Franco Armani se vistió de Chilavert y arrancó un contragolpe con un pelotazo largo para Salas, que se metió en la piel del Turco Asad o el Turu Flores. El ex Racing guapeó y la abrió para Colido que dejó de cara al gol a Lencina. Para el nacido en Corzuela, Chaco, fue el primer festejo en cinco duelos en Primera División. No sería el único, claro.
A Instituto le costó mucho el complemento y, además, lució desenfocado. Hubo futbolistas muy pasados de revoluciones. Francis Mac Allister vio la roja por una plancha brutal contra Lencina, Fernando Alarcón se puso cara a cara con Marcos Acuña y Juan Franco se peleó con todos.
Y River se agrandó con los espacios y la pelota. El segundo grito de Lencina llegó luego de un desborde de Salas, que antes había perdido el suyo. El cuarto fue obra del ingresado Giuliano Galoppo.
Galoppo completó la goleada en Córdoba. Foto: Ariel Alejandro Carreras
Ganó, goleó y gustó River, que festejó a lo grande con los miles y miles de hinchas que llegaron al Kempes. Brilló el juvenil Lencina y una nueva energía parece apoderarse del conjunto de Gallardo. Al cabo, esa es la nueva búsqueda.
Clarin