Lamine Yamal, el terror de los grandes

¿Qué sorpresa preparará Lamine Yamal para recibir al Real Madrid este domingo en Montjuïc? En el Bernabéu lució unos novedosos brackets en los dientes y en la final de Copa de La Cartuja se tiñó el cabello de rubio. Desenfadado, juvenil y echado para adelante el chico de Rocafonda es capaz de cualquier cosa. No se corta en el continente pero para eso le tiene que acompañar el contenido. Y cuanto más grande es el desafío mejor está siendo el rendimiento del muchacho. Provoca admiración, respeto y, sobre todo, terror en las defensas rivales, en especial en las de los equipos grandes.
Solo hace falta ver cómo se arremolinaron a su alrededor los futbolistas del Inter al final del encuentro de Milán del pasado martes. Todos querían intercambiar su camiseta con él. Una camiseta que hoy en día ya tiene un gran peso pero que sospechan que aún será más significativa con el paso del tiempo. Se la quedó Bastoni, que tildó de “terriblemente bueno” y de “monstruo” al barcelonista.
Mientras, Lamine sigue a lo suyo, a seguir demostrando su categoría. No pudo llevar al Barça a la final de la Champions pero desea guiar a sus compañeros al cuarto triunfo en cuatro clásicos en esta temporada. Una victoria que dejaría la Liga a punto de caramelo.
Existen ingredientes para pensar que Lamine Yamal pinta a muy determinante mañana. Entre otros, que delante tendrá a Fran García. Con los problemas en defensa del Madrid, sin Mendy ni Camavinga ni Alaba, lo más probable es que el titular en esa banda sea el lateral canterano. En la final de Copa ya le desbordó más de una vez y Lamine querrá aprovechar esa ventaja moral. Pero si estuviera Mendy o cualquier otro delante podría suceder lo mismo o algo muy similar.
El extremo marcó en el Bernabéu en el 0-4 en la Liga y también vio puerta en la final de la Supercopa (2-5) al lograr el provisional 1-1 que inició la exhibición barcelonista. En La Cartuja no hizo gol pero resultó fundamental al asistir a Pedri en el 1-0 y a Ferran Torres en el 2-2 que llevó al encuentro a la prórroga. Una actuación significativa que quedó rápidamente superada por sus minutos supersónicos frente al Inter en Montjuïc.
El chico de Rocafonda le marcó al Madrid en la Liga y la Supercopa y en la Copa dio dos asistenciasGol espléndido tras jugada personal para reducir distancias, otra acción maradoniana que terminó en el poste, un nuevo chut al palo en la segunda mitad... Un Lamine Yamal concentrado, conectado y con continuidad. Si en algunos partidos frente a rivales menores se dosifica o aparece más puntualmente para desequilibrar, frente a los grandes se mantiene como una amenaza permanente.
Solo el portero del Inter Sommer impidió con sus intervenciones que llevara al Barça hasta la tanda de penaltis. Se le quedó esa espina que espera quitarse la próxima temporada en Europa y mañana mismo en la Liga.
Porque desde que Lamine Yamal fuera uno de los artífices del triunfo de España en la Eurocopa del pasado verano se ha visto que lo que le van más son los partidos marcados en rojo en el calendario.
Desde que embocara contra Francia en semifinales para nivelar un tanto inicial de Kolo Muani esa ha venido siendo su seña de identidad.
No solo el Madrid y el Inter han sufrido sus diabluras. Marcó al Atlético de Madrid en la Liga en el Metropolitano e hizo lo propio contra el Benfica y el Borussia Dortmund en Montjuïc. Más repartidor que finalizador en los días de cada día en las fechas señaladas suele meterse entre ceja y ceja la portería contraria. Porque cuando combina el traje de asistente con el de rematador es cuando el mundo comprueba la auténtica dimensión que puede llegar a alcanzar un futbolista que pasa de los 100 partidos con el Barça sin haber cumplido los 18 años (será mayor de edad a partir del 13 de julio).
Ante los modestos se dosifica pero en los compromisos de vuelo suele conectarse de principio a finPara cuando pueda votar y conducir ya habrá conseguido jalones que otros jugadores no lograrán nunca. Es solamente el principio pero menudo principio.
lavanguardia