El Barça sale, disfruta y se da un baño de masas en Barcelona

La primera noche del Barça como vigente campeón de Liga fue animadamente larga. El último en cerrar la persiana lo hizo pasada ya las 6.30 de la madrugada del viernes. Pero si algo tiene este Barça teen es juventud. Hay energía y muchas ganas de celebrar haber completado una temporada histórica con tres títulos nacionales: Liga, Copa del Rey y Supercopa de España. Con ellos, el autobús descapotado del Barcelona –cargado de jugadores y cuerpo técnico– se lanzó a las calles de una ciudad teñida de azulgrana para darse un auténtico baño de masas. Unas 670.000 personas se congregaron a su paso, según la Guàrdia Urbana. Fue la primera rúa de un proyecto, el de Flick, Lamine Yamal y compañía, que la afición ya recuerda y recordará durante mucho tiempo.

El público llenó las calles de Barcelona
Mané Espinosa, LVLos tres trofeos fueron escoltados por Iñigo Martínez, Eric Garcia y Jules Koundé, mientras Fermín tomaba el micrófono e iniciaba los cánticos que todo canterano de cuna –como él, que llegó desde El Campillo, aprendió catalán y se marchó cedido a Linares para volver más fuerte– sueña con entonar algún día. Hasta cantó el Coti x Coti de los Tyets. No faltaron los clásicos como el “Perico que vuela…” o el “¡Madrid, cabrón, saluda al campeón!”. Todos le siguieron al ritmo del Un dia de partit.
Koundé, Iñigo Martínez y Eric Garcia escoltaron los trofeos de la Liga, la Copa del Rey y la SupercopaY es que estas tres competiciones se ganaron ante un Real Madrid que empezó la temporada con Kylian Mbappé fichado… y todos los títulos supuestamente ganados. Mientras tanto, Lamine Yamal era todavía un melón por abrir. Y vaya si ha madurado.
“Lamine Yamal, al Real Madrid li vas fer molt mal”, se leía en una de las muchas pancartas dedicadas al extremo de 17 años, que iba en uno de los laterales del autobús comiéndose un chupa-chups y luciendo una gorra negra. La gran promesa, hoy ya genio del fútbol, explotó de alegría al ver a sus primos de Rocafonda en la Travessera de Les Corts. A su lado, Cubarsí —también con un chupa-chups y un gorro de arlequín azulgrana cazaba un fuet que compartió con Marc Bernal y Gerard Martín cuando la rúa llegó a plaza Catalunya, sin duda uno de los puntos con más gente.
Flick, que vivió su primera rúa como entrenador del Barça, fotografió y grabó todo el ambientePero si hablamos de gorros, ninguno como el que lucía Szczesny: uno de paja que perfectamente podría haber llevado durante su retirada temporal en Marbella, ciudad en la que hace un año comía pizza, bebía cerveza y jugaba al golf. Al grito de “¡Szczesny fumador!”, que nació desde el propio autobús, el portero polaco, ataviado también con unas gafas de sol naranjas, empezó a vapear sin esconderse. Un año después de su retiro, celebra títulos con el Barça junto a su amigo Robert Lewandowski, tras haberse convertido en titular desde enero por delante de Iñaki Peña. El portero alicantino, otro canterano, sonrió y disfrutó de la que será su última rúa tras haber perdido protagonismo.

Lamine Yamal comiéndose un chupa-chups
Mané Espinosa, LVAsí lo ha decidido Hansi Flick, un técnico que ha superado las expectativas de una directiva encabezada por un entusiasta Joan Laporta. El presidente, cuya noche también fue larga, no se perdió el arranque de la rúa, abrazando y fotografiándose con toda la plantilla. Después, los dejó ir. Y Flick alucinó. No soltó el teléfono, grabando y tomando fotos mientras observaba las calles de Barcelona inundadas de barcelonistas: en las aceras, en las farolas, en los balcones e incluso sobre marquesinas de autobuses. Todos con camisetas del Barça, destacando especialmente la equipación negra con la que el equipo sentenció la Liga en Cornellà ante el Espanyol. Balde firmó balones y bufandas. Y Gavi sorprendió al sacar un plátano hinchable de Canarias mientras Pedri y Ansu Fati reían a carcajadas al ritmo del Felicitá.
Cubarsí compartió un fuet con Gerard Martín y Marc BernalFlick disfrutará de todo esto porque renovará hasta el 2027. No será el único. El Barça quiere cerrar cuanto antes la continuidad de De Jong y Raphinha, que lució el brazalete de capitán. El neerlandés vestido igual que el resto con la camiseta oficial de campeones con el lema “Nuestro estilo, nuestro legado” y una bufanda del Barça, mantuvo una actitud discreta pero feliz, como Andreas Christensen.
Hubo poca cerveza. Y cierta contención. Porque en algún momento hay que hidratarse para afrontar los dos partidos que aún quedan. Pero siempre hay quienes no la sueltan, como Iñigo Martínez, que se envolvió con dos banderas. La Ikurriña vasca y la estelada catalana. A su lado, Araújo llevaba la de Uruguay. “Nadie apostaba por nosotros y hemos conseguido tres títulos”, reivindicaba el uruguayo. “Nunca te cansas de ganar títulos. Que lo disfruten. Hay un futuro esperanzador”, añadía un recuperado Ter Stegen a Barça One, que espera ser titular en los partidos que quedan.
Lee tambiénAmbos capitanes tienen cierto historial en rúas y celebraciones. Pero algunas menos que el delegado Carles Naval o que el doctor Ricard Pruna. En el pensamiento de todos estuvo el fallecido doctor Carles Miñarro. También se echó en falta a Ferran Torres, convaleciente tras una operación de apendicitis, pero que no se perdió la retransmisión de la rúa de los campeones que empezó en un Camp Nou en obras —y que espera acoger este ilusionante proyecto el próximo curso— y que terminó en el Arc de Triomf bajo una lluvia de fuegos artificiales y con Raphinha ondeando la bandera del Barça en el techo del autocar sobre una ciudad que se ha rendido al nuevo legado.
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