En los libros está la posibilidad de sanar: Amanda Lalena Escalante

En los libros está la posibilidad de sanar: Amanda Lalena Escalante
Salvaron mi vida, compartió en entrevista con La Jornada // Se trata de su segunda obra narrativa, titulada Un día contaré esta historia
▲ El primer libro que publicó Amanda Lalena es el de relatos Trece latas de atún. Aquí, la también reina de la anarcumbia durante la charla con este diario.Foto Germán Canseco
Alondra Flores Soto
Periódico La JornadaDomingo 1º de junio de 2025, p. 2
Amanda Lalena Escalante no podía más con un pendiente, el cual cumplió con el lanzamiento del libro autobiográfico Un día contaré esta historia (Grijalbo). Mejor conocida como Amandititita, la cantante y compositora escribe el nido enhebrado por la muerte
que se inició con el fallecimiento de su padre, el músico Rockdrigo González, en el sismo de 1985, cuando ella tenía 6 años. Es un libro que busca llevar hacia la luz y la reconciliación con la identidad.
Se llama Amanda por una canción de Víctor Jara, y Lalena por otra de Donovan. Sin embargo, en el mundo destaca como Amandititita que a ritmo de cumbia canta Metrosexual o La mataviejitas.
“La mayoría de las personas en esta sociedad se sienten atraídas por la gente que tiene dinero, belleza o fama, pero hay otros seres que buscan algo y ellos me encontraron, yo soy el resultado de mucha gente que vio en mí una posibilidad de que se construyera.
Siento que si no hubiera creado este libro no tendría la posibilidad de escribir nuevos relatos. Era una promesa que me había hecho, que había hecho el universo
, conversa instalada en un sillón en la editorial Penguin Random House. Soy una persona que salvó la vida por los libros. Entonces, tenía que escribir esta historia
.
En sus palabras surge la revelación de una vida compleja y de camino difícil. A los 45 años bromea sobre el deseo de tener una existencia aburrida. Parada frente a los escombros del edificio en el que murió su padre, en la colonia Juárez, marca su llegada a la Ciudad de México desde su natal Tampico. Una madre que fue arrastrada por la sombra del amor y que bebía hasta colapsar. Deambular sin casa ni dinero, sin saber dónde pasarían la noche.
La independencia, siendo muy joven, sin recursos, pero en el camino de la música y la escritura, que llegaría con una lucha contra el alcoholismo, son parte de 259 páginas de una mujer que abre sus pensamientos y recuerdos más íntimos, algunos llenos de tristeza y temor, otros luminosos, que la convirtieron en quien se sienta en entrevista con el libro entre sus manos.
Por eso estoy aquí, por eso me pasan esas cosas a mí, porque a mí no me destruyen; me dan paz. Me dan a bien de dónde conectar
, afirma.
La Amanda que canta es totalmente distinta a la que escribe. La verdad es que Amandititita me ayuda a sobrevivir, porque tiene esta voz que denuncia la injusticia, no teme a nada
. Por otra parte, está Lalena, que tiene toda esta historia de vida, siempre está como muy apegada a la espiritualidad y la búsqueda del perdón, a la compasión de los demás
.
Ataviada con enormes gafas oscuras de diva, los labios de color intenso, glamorosa y de buen humor, conversa sobre su faceta menos conocida de escritora, aunque fue uno de sus primeros impulsos desde muy niña. En 2015 publicó el libro de relatos Trece latas de atún (Plaza y Janés).
Fue mucho más deslumbrante y despampanante mi encuentro con la música
, revela. Porque de alguna manera nací ahí, en la música. Le tengo todo el respeto, me encanta hacer música, ser parte de la industria, pero en los libros encuentro la posibilidad de la salud del ser humano
.
La reina de la anarcumbia destaca: La música es divertida, es baile, me da la posibilidad de disfrazarme. Si no hiciera música, no podría comprarme lentes y andar en la noche con lentes oscuros. Mucho tiempo me pagó la renta
.
En sus canciones, satíricas y de contexto social, trata de hacer pequeños cuentos que se pueden escuchar. Para mí, la música siempre va a ser esa alegría, pero también no es necesariamente el amor de mi vida
.
Unas semanas atrás se presentó en León, Guanajuato, y fue muy criticada en redes sociales por cantar sentada y por su aspecto físico.
La lucha contra los estereotipos y la discriminación ha sido una constante durante su paso por la fama desde 2006 con el éxito de La muy muy. Al respecto opina: “La razón por la que no van a dejar de juzgar mi físico es porque no leen.
“La gente que juzga es analfabeta. Y lo digo con toda seriedad, porque acabo de sacar este libro en esta editorial y algunos periódicos prefieren darle nota a alguien que opina en TikTok.
Yo siempre he sido muy crítica sobre el clasismo. Y el tema no es que me lo hagan a mí, porque yo tengo una vida muy bonita, en la que el amor es muy grande, donde tengo muchos fans y mucha gente me ama. Mi vida es una realidad llena de luz, pero este problema se refleja en adolescentes que están teniendo temas de suicidio y que me escriben a mis redes sobre el acoso.
Amanda Lalena eligió el lado del amor. Un día por fin contó esa historia. Un día volteó a ver la luz del cielo y sintió orgullo de ser quien es.
Las historias son lo máximo para mí, lo más bonito. Buscaré la manera de seguir contando a través de la música, de pódcast o de libros.
Artistas tomaron la brocha para protestar contra el genocidio en Gaza
Convocados por Gabriel Macotela y Demián Flores, una treintena de pintores manifestaron en un muro su rechazo a los ataques israelíes
Daniel López Aguilar
Periódico La JornadaDomingo 1º de junio de 2025, p. 3
Ayer, entre los murmullos del tránsito sobre avenida Insurgentes Sur y la quietud del mediodía capitalino, emergió un nuevo lenguaje visual en la esquina con Yucatán: más de 30 artistas hicieron de una vieja pared de estacionamiento una galería al aire libre que alzó la voz contra el genocidio del pueblo palestino.
La brocha se volvió acto político y el color, forma de duelo compartido.
No es la primera vez que esta superficie sirve de lienzo para la indignación: antes fue memoria para los desaparecidos, tributo a mujeres asesinadas y eco de los migrantes invisibles. Esta vez, volvió a manifestarse sobre la barbarie que cubre de dolor a Palestina.
Estamos aquí porque nos duele el mundo
, se leía en el cartel de convocatoria. En él, los organizadores, Gabriel Macotela y Demián Flores, compartieron el impulso que motivó esta acción: “Nos angustia lo que ocurre en el mundo… el horror en Ucrania, la tragedia de los migrantes centroamericanos, y lo que hace el ejército israelí en Palestina. Eso no puede continuar”.
Es injustificable
Las paredes, divididas en segmentos, se llenaron de trazos: rostros cubiertos con pañuelos, niños con ojos abiertos al miedo, mapas fracturados, cruces que simbolizaban ausencias y frases que cortaban el aliento. Una de ellas citaba a la Nobel francesa de Literatura Annie Ernaux: Es injustificable
, parte del manifiesto firmado por más de 700 escritores que condenan la masacre en Gaza.
En entrevista con La Jornada, Gabriel Macotela, referente del arte mexicano, comentó: Esta barda la hemos intervenido antes, siempre por causas urgentes. Hoy nos convoca el exterminio. Lo que realiza el ejército israelí no es defensa, sino una masacre. No se trata de religiones ni banderas; es una cuestión de humanidad, ética y no violencia
.
Añadió que su iniciativa surge como un acto colectivo y espontáneo en el que convergen creadores que buscan manifestar mediante el arte la urgencia de detener esta guerra desigual. Para nosotros, como creadores, es un diálogo interno que manifiesta ética, valores humanos y la necesidad de paz en un mundo plagado de fanatismos y desigualdades
.
Gritón, presente
Demián Flores pintó una de las obras más emotivas de la jornada cultural. En ella aparece el rostro del artista y activista Antonio Ortiz Gritón, fallecido en diciembre pasado. Lo rodean los colores de la bandera palestina y la frase: Palestina libre
. Su pieza, Gritón palestino, es un doble homenaje: al amigo ausente y al pueblo bombardeado.
“El Gritón siempre estuvo con nosotros en estas luchas. Hoy no está físicamente, pero su presencia nos sigue marcando. Su voz está en estas paredes”, dijo conmovido.

▲ El maestro Macotela (imagen superior) y Demián Flores (sobre estas líneas) durante la realización de sus piezas en las paredes que convergen en Insurgentes Sur y Yucatán.Foto Jair Cabrera Torres
No queremos más guerras. Ni aquí, ni en ningún lugar. Ni más fosas, ni más niños sin hogar. Esta es nuestra forma de alzar la voz.
El pintor mazateco Filogonio García Calixto, conocido como Fil Calixto, presentó una creación compuesta por cruces negras sobre rostros blancos. La cruz es un alto. Ya no más muerte. Ya no más sufrimiento. Como artistas no tenemos armas, pero sí tenemos voz. Esta es nuestra forma de resistir
.
Entre las muchas obras que surgieron a lo largo del muro, destacaba también un poema del escritor Salem Al-Naffar, asesinado junto con su familia en un ataque aéreo en Gaza, en diciembre de 2023. Su texto, traducido y pintado sobre la pared, decía: Cuchillos podrán comerse lo que quedan de mis costillas, máquinas podrán aplastar lo que queda de las piedras, pero la vida vendrá porque esa es su manera, a crear vida incluso para nosotros
.
Otro segmento estaba dedicado a Yaqeen Hammad, niña muerta durante un bombardeo israelí. Su nombre fue escrito en rojo, junto a la frase: “Los territorios en disputa siempre son los cuerpos de niñas, niños, ancianos y mujeres… ¡Gaza libre, alto al genocidio!”
Entre los trazos aún frescos se encontraba también la artista Teresa Barrera, quien decidió sumarse a la acción tras ver la convocatoria en redes sociales.
No podemos ser indiferentes ante el exceso de impunidad y poder que tiene un estado ilegítimo, que está ocupando un territorio que no es suyo y que, delante del mundo, elimina a los habitantes de ese lugar. No podemos hacer como si nada pasara
, señaló.
Su intervención es una alegoría de la libertad: una niña palestina con vestimenta tradicional, en tonos negros, blancos y rojos, ondeando la bandera de su país.
Me gustaría que aprecien la imagen, primero se detengan y luego se pregunten por qué está aquí, por qué lleva esa bandera. Que investiguen, que sepan lo que pasa allá, porque si eso les sucede a ellos, también podría pasarnos a nosotros
, explicó Barrera.
En tiempos de guerra y desigualdad, nuestra herramienta es el arte. No estamos armados, pero sí tenemos voz, y esta es nuestra manera de llamar la atención sobre un genocidio que está ocurriendo en tiempo real.
El sol ayudó a que las vinílicas se fijaran al concreto.
Hacia las cuatro de la tarde, una llovizna ligera comenzó a caer sobre las imágenes, pero las gotas no borraron el mensaje, lo subrayaron: Gaza duele, y el arte no calla
.
Hermann Bellinghausen, como artesano, crea en silencio, sin molde, una pieza a la vez
El periodista y poeta habla en entrevista de su nuevo libro, Mester de alfarería // La ficción a veces dice mejor la verdad que la verdad misma
, reconoce
Daniel López Aguilar
Periódico La JornadaDomingo 1º de junio de 2025, p. 4
El poeta, cronista y editor Hermann Bellinghausen (Ciudad de México, 1953) se descubre con otra piel en su libro Mester de alfarería, la del artesano de cuentos que da forma a narraciones únicas, necesarias e irregulares, como piezas de barro.
Esta colección, publicada por Ficticia en coedición con la Universidad Veracruzana, se presentó ayer en la Feria del Libro de Valle de Bravo. Como quien acomoda con paciencia objetos moldeados a fuego lento, el autor ofrece relatos que buscan ser leídos y escuchados.
No creo hacer porcelana, pero sí alfarería
, señaló en entrevista con La Jornada.
Desde hace décadas, el también periodista, activista y viajero incansable recorre los territorios del México profundo, ese que se vive en las comunidades indígenas y zonas rurales, donde las luchas sociales y movimientos insurgentes no son figuras retóricas, sino parte del día a día.
Ahora, en esta obra, la ficción toma el lugar central. El título alude, claro, al mester de clerecía, aunque aquí no hay monjes ni copistas. Lo que late en estas páginas es una pulsación narrativa hecha a mano limpia, como si cada cuento fuera una figurita salida del torno.
El primero, sobre un alfarero obsesionado con sus creaciones, funciona como clave. Me pareció una metáfora de mí mismo. Siempre estoy escribiendo algo nuevo y, a veces, eso te rebasa
, añadió el director del suplemento Ojarasca, que se publica mensualmente en este diario.
La portada del libro refuerza esa idea. Es una fotografía tomada por el propio Bellinghausen al amanecer en Xochimilco, en la que no aparece él, sino el instante capturado: la bruma, la luz, el silencio.
Ese momento lo viví solo, y fue como si algo muy antiguo me hablara. Me pareció un símbolo perfecto para el libro. Así son los cuentos: aparecen en silencio y flotando
, recordó.
Ajeno a las modas literarias y sin seguir moldes de manufactura editorial, este conjunto de relatos nace de una práctica prolongada, aunque discreta.
Siempre pensé que los narradores eran otros. En mi generación estaban muy definidos los papeles: poetas, ensayistas y narradores. Yo nunca supe bien dónde quedaba. Pero igual escribí narrativa desde siempre. Lo que pasa es que no me preocupé por hacerlo evidente
, subrayó el autor.
Las historias transitan entre la evocación, la crónica y la invención, sin instalarse del todo en ninguna. La voz que las recorre no se impone; más bien acompaña, como quien conversa sin alzar demasiado la voz.
La ficción a veces dice mejor la verdad que la verdad misma. Un reportero no puede inventar. Un cronista, con suerte, se permite ciertas licencias. Pero el cuento da más libertad: puedes escoger el tono, el ritmo e incluso los hechos.
En esa libertad encontró un respiro durante los años más intensos de su labor periodística, especialmente en Chiapas.

▲ El escritor considera que los grandes sellos editoriales quieren que tengas un perfil, como los roqueros. Y no tengo ninguno
.Foto Sergio Hernández Vega
Cuando la realidad te golpea todos los días, escribir ficción era una manera de voltearte un rato. Contar mentiras, digamos. O fabular a partir de recuerdos. A veces no sé si un personaje soy yo, pero me gusta pensar que escribir también es una forma de conocer gente.
La naturaleza, presente desde siempre en su vida, atraviesa los textos con naturalidad: el mar, los animales, el viento, los paisajes del sur se asoman sin esfuerzo.
He pasado buena parte de mi vida al aire libre. De chavo me tiraba a los ríos, subía cerros. Luego viví 20 años en Chiapas, y gran parte de ese tiempo en la selva. Eso se queda contigo. Las historias suceden en el campo porque es lo que conozco. He visto muchos animales salvajes. Me fascinan. Es lógico que aparezcan
, afirmó el narrador.
Ese mismo arraigo se extiende a los pueblos originarios de México, con los que Bellinghausen mantiene un vínculo profundo, tanto político como afectivo. Sus presencias se filtran en los textos, a veces de manera simbólica; otras, con una claridad directa.
“En mi poesía no suelo referirme de forma explícita a esas vivencias, pero en la narrativa, sí. Si escribes sobre el país, eso termina por salir. Aunque sea ficción, aunque se vuelva algo muy poético. No se puede evitar.
No puedo hablar por los pueblos. Pero puedo dejar constancia de lo que he visto, de lo que me han contado. Mi manera de honrarlos es no explicarlos. Sólo escucharlos, dejar que la historia fluya.
Y entre esas tramas, también se cuela el humor, casi a su pesar.
“Nunca intento ser chistoso, y creo que no lo soy. Pero a veces me río con lo que escribo. Las situaciones se desenvuelven un poco solas. Algunas veces sé adónde van; en otras, los personajes me arrastran. Me ha pasado que uno se mete en otro episodio, como si quisiera volver. A veces lo hago a propósito, otras ni me doy cuenta hasta que releo.
La música también aparece. No como tema, sino como atmósfera, como ruido de fondo que a ratos se vuelve protagonista. Ésta entra como entra en la vida. No digo: ahora va música, pero si el momento lo pide, ahí está.
Sin embargo, la relación de Hermann Bellinghausen con el mercado editorial ha sido, por decir lo menos, esquiva.
Nunca me han pelado mucho. La mayoría de mis libros han salido con universidades o editoriales pequeñas. No tengo libros en la industria. He intentado, pero no funcionó. Los grandes sellos quieren que tengas un perfil, como los roqueros. Y no tengo ninguno.
Lejos de lamentarlo, asume esa condición con tranquilidad. Tal vez sea mejor así. Si tuviera más visibilidad, quizá no podría escribir como lo hago. Prefiero seguir trabajando como un alfarero: en silencio, sin molde, una pieza a la vez
, concluyó.
El Jardín Botánico de NY representa el colorido universo de Van Gogh
Alondra Flores Soto
Periódico La JornadaDomingo 1º de junio de 2025, p. 4
Un campo de girasoles gigantes en el Jardín Botánico de Nueva York nace para el deleite de los sentidos, y las flores que inspiraron las pinturas de Vicent van Gogh se convierten en un lienzo viviente con las pinceladas de colores de uno de los artistas más admirados en el mundo.
Van Gogh’s Flowers es el título de la exposición que se presenta en este oasis de la naturaleza en la ciudad estadunidense. Algunas noches, los patrones arremolinados del lienzo La noche estrellada brillarán en el cielo con un vanguardista espectáculo de drones, el primero en su tipo en una institución cultural de Nueva York, como anunció el museo viviente ubicado en el Bronx.
Vincent van Gogh (1853-1890) es considerado un pintor posimpresionista. La explosión de colores, los simbolismos y pinceladas apasionadas revolucionaron la historia del arte.
Murió sin tener éxito, sumido en la depresión, en la pobreza y sin vender sus cuadros. La tristeza durará por siempre
, fueron probablemente sus últimas palabras, como escribió a su hermano Theo en una carta. A casi 135 años de su muerte en Auvers-sur-Oise, Francia, es uno de los artistas más amados y valorados, no sólo en el mundo del arte, sino también en la cultura popular.
Los pintores entienden la naturaleza y la aman, y nos enseñan a ver
, escribió Van Gogh en su asombro y el deseo de reproducirla en su arte. Las flores, los campos y los árboles son motivos frecuentes en los lienzos que dejó para admiración del mundo. Los girasoles, pintados en múltiples ocasiones, o los lirios violetas, son algunos de sus cuadros más famosos.
Fundado en 1891, el Jardín Botánico de Nueva York propone ser un vínculo entre las personas, las plantas y la aventura de la ciencia, busca explorar el gozo, la belleza y el respiro de la naturaleza
. Primavera y verano son la mejor época para visitar los 48 jardines ubicados en un kilómetro cuadrado, pues son las temporadas en las que el clima permite la exuberante variedad botánica. Uno de los puntos centrales es el Haupt Conservatory, invernadero con estructura de hierro forjado.
La instalación, inspirada en las pinturas del pintor neerlandés, estará abierta del 24 de mayo al 26 de octubre, en una explosión de colores de flores. El Haupt Conservatory y sus alrededores se han transformado esta primavera. Arreglos botánicos y piezas de arte contemporáneo florecen para dar vida al mundo de Van Gogh y dejar que el visitante ingrese a los lienzos.
Con colores vibrantes y una belleza floreciente en cada rincón, incluyendo un campo de girasoles monumentales para pasear, venga a conectar con el mundo natural que inspiró la visión del artista
, es la cautivadora invitación del Jardín Botánico.
En un video difundido por la institución, Kelly Ivanoski, encargada de los invernaderos Nolen de este vergel, explica cómo trabajan para germinar y cuidar las plantas de la exhibición, que mostrará muchas variedades de girasoles y especies cercanas, tendremos cualquier cosa que evoque lo que Van Gogh mostró en su arte, el color y el brillo
.
Además, el jardín del hospital de Arlés donde estuvo internado, pintado en 1889, es recreado con una representación de flores naturales y elementos arquitectónicos.
Artistas contemporáneos crearon piezas que se integran en el espacio, incluido un campo con esculturas gigantes de girasoles entre los que los visitantes podrán deambular
, obra de Cyril Lancelin. También colaboraron la escultora Amie Jacobson y los artistas gráficos Lee Baker y Catherine Borowski, fundadores Graphic Rewilding, para llevar al espacio público murales gráficos inspirados en la naturaleza y hacer un contrapeso en el paisaje urbano.
jornada