Call of Duty en Xbox Game Pass: Microsoft pierde más de 300 millones

Microsoft prometía un Game Pass rentable, pero los últimos informes sugieren lo contrario. Según Bloomberg, añadir Call of Duty a Xbox Game Pass provocó pérdidas millonarias: más de 300 millones de dólares en ventas de consolas y PC.
El informe se basa en entrevistas con ocho exempleados de Xbox, quienes indicaron que la estrategia redujo las ganancias directas del popular título, aunque impulsó la base de suscriptores de Game Pass. La saga, tradicionalmente un éxito en ventas físicas, especialmente en PS4 y PS5, sufrió un impacto notable por su inclusión en la plataforma de suscripción de Microsoft.
El reciente incremento del precio de Game Pass Ultimate de 17,99 a 26,99 euros desconcertó a muchos jugadores. Aunque Microsoft afirma que busca reforzar el valor de cada plan, los cambios —incluyendo posibles anuncios en Xbox Cloud Gaming y eliminación de descuentos en DLC— reflejan la tensión entre suscripción y ventas directas de títulos AAA.
Joost Van Dreunen, fundador de Aldora, explica: “Game Pass no pudo dar ese crecimiento explosivo esperado tras Activision, y el coste de la infraestructura no se ajusta al modelo de precio”. Esto evidencia que Microsoft enfrenta un dilema estratégico: maximizar ingresos por suscripción o mantener ventas físicas de alto margen.
Call of Duty, adquirido por Microsoft tras la compra de Activision Blizzard, es un título emblemático que genera millones en ventas físicas y digitales. Sin embargo, su inclusión en Game Pass altera el ecosistema: los jugadores que antes compraban el juego completo ahora acceden a él dentro de la suscripción, reduciendo ingresos directos pero aumentando la retención de usuarios.
Esta decisión, aunque controversial, podría ser clave para expandir Game Pass a más plataformas y justificar futuras integraciones de franquicias de alto impacto, incluyendo potenciales lanzamientos como Black Ops 7 en Nintendo Switch 2.
El caso de Call of Duty en Game Pass muestra cómo la transición a modelos de suscripción puede afectar los ingresos tradicionales. Microsoft apuesta a largo plazo, priorizando la fidelización de jugadores sobre ganancias inmediatas. No obstante, los 300 millones perdidos demuestran los riesgos de esta estrategia y cómo el mercado de videojuegos sigue siendo sensible a cambios en precios y formatos de distribución.
La Verdad Yucatán