Qué ver en Taranto: el encanto de la Ciudad de los Dos Mares

Con vistas a dos cuerpos de agua, Taranto es una ciudad suspendida entre el mito y la historia, entre el viento salado y siglos de civilización. No es sólo una capital de Apulia con vistas al azul del Mediterráneo, sino un lugar que conserva en su ADN la huella de los grandes imperios que han pasado por ella. A menudo se la llama la Ciudad de los Dos Mares , debido a su particular posición geográfica entre el Mar Grande y el Mar Piccolo, pero también es conocida como la Ciudad Espartana , la única colonia fundada por los espartanos fuera de Grecia.
Detenerse aquí significa hacer un viaje a través de los siglos, en presencia de templos dóricos, castillos aragoneses, antiguas necrópolis e iglesias barrocas, pero también sorprenderse por la arquitectura moderna reflejada en el agua.
8 cosas que ver en TarantoTaranto, en definitiva, es una historia para vivir, una ciudad que habla con la piedra, el viento y el mar. Cada rincón esconde una historia y cada vistazo es una ventana abierta a un pasado fascinante.
1. El Castillo AragonésTan pronto como se llega a la isla del centro histórico, no se puede dejar de quedar impresionado por la majestuosidad del Castillo Aragonés , también conocido como Castel Sant'Angelo. Su posición estratégica, en el extremo de la Ciudad Vieja, revela inmediatamente su función defensiva. Sus orígenes se remontan a la época bizantina, en torno al siglo IX , cuando existía la necesidad de protegerse de los ataques procedentes del mar. Las torres originales eran altas y esbeltas, perfectas para repeler ataques por cualquier medio posible: desde flechas hasta piedras o aceite hirviendo.
Pero fue en el siglo XV cuando el castillo adquirió el aspecto que conocemos hoy. Fernando II de Aragón, gobernante católico, impulsó su expansión, convirtiéndola en una fortaleza aún más imponente, con siete torres, incluida la famosa Rivellino , diseñada para garantizar una ruta de escape segura en caso de asedio.
2. La ciudad vieja de TarentoSuspendida en el tiempo, la Ciudad Vieja es el alma auténtica de Taranto . Un laberinto de callejones, calles estrechas y sinuosas, patios y pequeñas plazas que se extienden por una isla conectada al continente por dos puentes: el Ponte di Pietra y el Ponte Girevole.
Entre un colorido mural y una iglesia barroca, se pueden vislumbrar restaurantes y tiendas ocultas que han resistido el paso del tiempo. Y aquí mismo, a pocos pasos del Ayuntamiento, se encuentran dos antiguas columnas dóricas : son lo que queda del Templo de Poseidón, construido incluso antes que los templos de Paestum y Siracusa.
3. La Iglesia de San Domenico MaggioreA lo largo de Via Duomo, en el corazón palpitante del antiguo pueblo, se abre la sobria pero fascinante fachada de la Iglesia de San Domenico Maggiore . Lo que inmediatamente lo distingue es la escalera de tijera que parece invitar al visitante a subir.
La iglesia, sede desde hace siglos de la Cofradía de la Addolorata, alberga uno de los símbolos más queridos por los tarentonos: la estatua de la Madonna dell'Addolorata , que cada Jueves Santo pasa en procesión por las calles de la ciudad, en un rito sentido y evocador. El interior, con un altar barroco, habla de la profunda devoción que une a la comunidad a su pasado espiritual.
4. El puente giratorioEs imposible pensar en Taranto sin evocar el famoso Ponte Girevole , que desde 1887 conecta el centro histórico con la ciudad nueva. No es sólo una infraestructura, sino un símbolo de la identidad de Taranto. De casi 90 metros de largo, se abría antaño gracias a un mecanismo manual de palancas y pasadores que permitía el paso de buques militares hacia el Arsenal.
Hoy, modernizado con sistema eléctrico, sigue sorprendiendo cada vez que se abre, dividiendo las dos orillas como por arte de magia. Cruzarlo a pie es un “pequeño ritual” para quien quiera sumergirse en la vida cotidiana de la ciudad, escuchando el susurro del mar y el paso de los barcos debajo.
5. La Catedral de San CataldoEn el centro del casco antiguo, la Catedral de San Cataldo se impone con su solemne presencia: es la catedral más antigua de Apulia, data del siglo X y fue construida sobre cimientos aún anteriores. El interior, de tres naves, es un viaje en el tiempo: desde el núcleo bizantino original hasta las transformaciones posteriores que lo enriquecieron con elementos románicos y barrocos.
La fachada del siglo XVIII, con su sobria elegancia, anticipa la atmósfera íntima del interior, donde descansan algunas de las figuras más importantes del pasado de la ciudad. El antiguo campanario normando ya no existe, destruido por un terremoto en 1400, pero el recuerdo de su existencia aún está vivo entre las piedras y en las historias.
6. El Museo Arqueológico NacionalPara comprender plenamente la grandeza de Taranto es imprescindible visitar el Museo Arqueológico Nacional . En su interior, albergado en el antiguo convento de los Frailes Alcantarini, se despliega un patrimonio arqueológico de extraordinaria importancia. El primer piso alberga hallazgos del pasado griego, romano y bizantino de la ciudad, entre ellos ánforas, monedas, estatuas y joyas que dan testimonio de la riqueza y el refinamiento de la antigua Taranto.
La segunda planta, más reciente, revela los orígenes más remotos del territorio, con hallazgos que se remontan al Neolítico . Una sección especial está dedicada a la historia de la ciudad, en un fascinante recorrido que acompaña al visitante desde los asentamientos prehistóricos hasta el siglo IV a.C.
7. Las necrópolis grecorromanasBajo la superficie de Taranto se esconde otra ciudad, hecha de silencio y memoria: la de la necrópolis grecorromana . Dispersas en diversos puntos del asentamiento moderno, las áreas arqueológicas nos dicen mucho sobre la relación que tenían los antiguos con la muerte y el más allá.
La necrópolis de via Marche, las tumbas de via Umbria y via Sardegna, hasta la famosa Tomba degli Atleti en via Francesco Crispi, han sido objeto de importantes excavaciones que han sacado a la luz más de 160 enterramientos . Cada tumba contiene un mundo: cuerpos colocados en posición fetal, urnas cinerarias, objetos cotidianos, joyas y cerámica, todo diseñado para acompañar al difunto en su viaje final.
8. La Concatedral de la Gran Madre de DiosY por último, para recordarnos que Taranto no vive sólo del pasado sino que mira también al futuro, está la Gran Madre di Dio Concattedrale . En Borgo Nuovo, se encuentra un ejemplo de arquitectura religiosa moderna, concebida en los años setenta con un estilo que rompe todos los moldes. Desde el exterior, la iglesia aparece como una vela desplegada, una estructura ligera y aireada de acero y hormigón que se refleja en el agua, un símbolo de espiritualidad proyectada al tiempo presente.
En el interior, la atmósfera es igualmente esencial, casi minimalista: no hay frescos, ni cúpulas barrocas, sino paredes perforadas que dejan filtrar la luz.
Qué hacer en Taranto: experiencias para vivirDescubrir Taranto es también una invitación a vivir experiencias auténticas, que permiten entrar en contacto con la naturaleza, el mar y las tradiciones más arraigadas de este rincón de Apulia.
Ya seas un amante de la biodiversidad, un apasionado del mar o un buscador de emociones, Taranto tiene mucho que ofrecer. Aquí te presentamos tres experiencias que definitivamente vale la pena vivir.
Visita la Reserva Natural “Palude La Vela”No muy lejos del centro histórico, en las tranquilas orillas del Mar Piccolo, se encuentra un rincón de naturaleza todavía salvaje y preciosa: la Reserva Natural “Palude La Vela” , protegida y gestionada por el WWF de Taranto, uno de los ecosistemas más variados de la zona, donde el agua dulce y salobre se encuentran creando un hábitat perfecto para una fauna extraordinaria.
Entre los juncos mecidos por el viento y los espontáneos pinares se pueden avistar aves fascinantes como cigüeñas , flamencos y águilas pescadoras . Y no faltan reptiles , como tortugas de pantano y algunas víboras bien escondidas entre la hierba alta, así como pequeños mamíferos como ardillas, topillos y lirones de jardín.
La sensación, al pasear por los senderos inmersos en la vegetación u observar las aves desde las casetas de observación de aves , es la de haber entrado en una dimensión paralela, donde todo es más silencioso, lento, auténtico.
Disfrutando del mar en veranoTaranto en verano tiene el olor de la sal en la piel, el sonido de las olas acariciando la orilla y esa luz intensa que parece dibujar el paisaje a cada hora del día. Cuando brilla el sol, no hay nada mejor que llegar a las playas de la zona, verdaderas joyas enclavadas a lo largo de la costa jónica.
La playa de Lido Silvana , quizás la más conocida, es un pequeño paraíso para los amantes de la arena fina y el agua cristalina. Pero también la playa de San Vito , frecuentada sobre todo por los habitantes de Tarento, tiene un encanto propio, más reservado y genuino. Y luego Chiatona , ideal para quienes desean un rincón tranquilo donde dejarse arrullar por las olas.
Continuando hacia el sur, la costa ofrece paisajes de postal: Marina di Pulsano y Marina di Lizzano encantan con suaves dunas, mar transparente y arena clara, perfectas para largos días de sol o para relajantes baños. Y si quieres ir aún más lejos, aquí está Campomarino , inmerso en la maleza mediterránea, y San Pietro in Bevagna , donde el agua es tan clara que parece una piscina natural.
Avistamiento de delfinesEn pocos lugares del mundo el vínculo entre el hombre y el mar es tan profundo como en Taranto. Y para recordarlo, de forma simbólica y poderosa, está el delfín , un animal que siempre ha sido protagonista del escudo de la ciudad y vinculado al mito mismo de la fundación de la ciudad.
Hoy ese vínculo sigue vivo gracias a un proyecto extraordinario: Jonian Dolphin Conservation . La asociación lleva años vigilando, estudiando y protegiendo a los cetáceos que habitan las aguas del Golfo de Tarento. Pero sobre todo, permite a cada uno vivir una experiencia única: subir a bordo del catamarán Taras y embarcarse en una auténtica expedición científica en mar abierto.
Durante las excursiones podrás observar de cerca a los delfines en su hábitat natural. Nadan libres, juegan en las olas, acompañan al barco en un espectáculo silencioso que conmueve y sorprende. En ocasiones también aparecen otras especies marinas, lo que hace aún más sorprendente el recorrido.
Cómo llegarLlegar a Taranto es fácil tanto si decides viajar en tren como en coche. Las conexiones ferroviarias la conectan con las principales ciudades del sur de Italia: es posible llegar desde Bari, Brindisi o Calabria, gracias a las líneas ferroviarias jónicas y adriáticas que sirven diariamente la estación.
Para quienes prefieren el coche, la autopista A14 es la ruta principal. Quien llega desde el norte puede salir en el cruce de Massafra y continuar hacia Taranto. La red de carreteras estatales también ofrece soluciones cómodas y bien conectadas: la SS 106 Ionica acompaña a lo largo de la vertiente calabresa, la SS 100 llega directamente desde Bari y la SS 7 Appia permite una conexión directa con Brindisi.
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