Balnearios, un punto de inflexión: llega la carta de cierre forzoso | De vuelta a 1970: sólo será una playa libre

Una novedad que podría revolucionar la forma en que vamos de vacaciones .
Los balnearios son concesiones de terrenos marítimos públicos confiadas a particulares o cooperativas, que gestionan porciones de playa dotándolas de servicios para los bañistas. Cada establecimiento generalmente ofrece sombrillas, hamacas, cabañas, duchas, baños, servicio de bar y en ocasiones también restauración, animación o deportes acuáticos. Estas concesiones son otorgadas por el Estado, a través de los Municipios, por un número determinado de años y mediante el pago de una tasa anual.
El gerente del establecimiento es responsable del mantenimiento del área, de la seguridad en la playa (con presencia obligatoria de socorristas) y del acceso regulado. Aunque el uso de la playa es público por ley, el acceso a las zonas acondicionadas y servicios del establecimiento está sujeto a pago. Sin embargo, existen escalones obligatorios para llegar a la orilla, que siempre debe permanecer accesible de forma gratuita.
En los últimos años, la gestión de las concesiones se ha convertido en un tema de debate , especialmente en referencia a la directiva europea Bolkestein, que prevé licitaciones públicas para la asignación de concesiones de playas, en lugar de su renovación automática. Esto ha generado tensiones entre el Estado, los Municipios y los gestores históricos, que temen perder los frutos de años de inversiones.
A pesar de la polémica , los establecimientos representan un elemento clave del turismo costero italiano, ofreciendo comodidad y seguridad a los visitantes y contribuyendo a la economía local. En temporada alta, sobre todo en los lugares más populares, las reservas se pueden hacer online o directamente en el lugar, pero los mejores lugares suelen reservarse con mucha antelación.
El mar se lo lleva todo: la fábrica debe cerrarDespués de 18 años de actividad, Andrea Calvani se ve obligado a cerrar el Lido di Nausicaa. El mar ha recuperado literalmente la playa, dejando sólo escombros y desesperación. Las marejadas ciclónicas destruyeron el quiosco de madera cuatro veces y, después del último derrumbe en 2024, Calvani decidió darse por vencido. Devolvió la concesión al Municipio y anunció públicamente el fin de su actividad, admitiendo amargamente que sin "su majestad la arena" no se puede seguir adelante.
La historia de Calvani es un relato de primera mano de una batalla perdida contra la erosión costera. Las intervenciones artificiales a lo largo de la costa, como los rompeolas construidos en Foce Verde, han alterado las corrientes, provocando la ampliación de algunas playas y la desaparición de otras. En el tramo del Lido de Nausicaa, la arena ha desaparecido, y con ella la posibilidad de trabajar. Los que tienen una concesión en un tramo afortunado pueden continuar, los demás cierran sus puertas.

El último intento de reapertura fue en 2023, pero terminó con una pérdida de más de 20 mil euros. Las solicitudes de reubicación no obtuvieron respuesta y las promesas de proyectos antierosión quedaron en meras palabras.
Más allá del daño económico, está el dolor humano: decenas de jóvenes trabajaron en Nausicaa para pagar sus estudios. Calvani recibe hoy mensajes de cariño y de incredulidad, pero ninguna solución concreta. Y el sentimiento amargo es que nadie realmente quería encontrarla.
Sicilia News 24