Estás saboteando tu startup al hacerlo todo solo: aquí te explicamos por qué necesitas amigos fundadores

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Emprender un negocio puede ser una tarea solitaria . Por mucha confianza que tengas en tu producto y en ti mismo, siempre habrá momentos en que la duda te asalte, normalmente justo cuando intentas conciliar el sueño.
Estas crisis de confianza pueden ser fatales para tu visión, pero no tienen por qué serlo. Y una forma de evitar los miedos de las startups es contar con otros fundadores en quienes apoyarte.
Cuando Jotform era una empresa de una sola persona (yo), tenía un buen amigo que también era fundador en sus inicios. Su idea —vender productos de belleza online— era conceptualmente completamente diferente a la mía, pero eso no importaba. Nos enfrentábamos a las mismas dificultades, las mismas incertidumbres y muchas de las mismas decisiones difíciles.
Cada semana, pasábamos horas caminando por Nueva York, debatiendo nuestras ideas mientras recorríamos las calles adoquinadas del SoHo y los senderos arbolados de Brooklyn Heights. Intercambiábamos ideas de marketing y SEO, y hacíamos talleres sobre productos y estrategias de ventas. Celebrábamos los pequeños logros de cada uno —como conseguir un nuevo cliente o solucionar por fin un problema persistente— y nos desahogábamos sobre los contratiempos. Esas conversaciones no solo me hacían sentir menos solo, sino que agudizaban mi pensamiento y me mantenían responsable. En una etapa de la vida con tanta incertidumbre, ese tipo de camaradería era invaluable.
Para los fundadores, especialmente los que fundan en solitario, contar con alguien que comprenda la presión única de construir algo desde cero puede marcar la diferencia. Aquí te explicamos por qué.
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El poder de los pares frente a los mentoresCreo firmemente en el poder de los mentores y creo que todos deberían tener uno. Los mentores han estado en tu lugar y pueden ofrecerte sabios consejos basados en la experiencia y la retrospectiva. Pero si bien los mentores son indispensables, los compañeros aportan algo diferente, e igualmente esencial.
Un mentor puede contarte cómo manejó una situación particular hace cinco o diez años. Un compañero, en cambio, puede contarte qué hizo la semana pasada y si funcionó. El consejo es actual y el intercambio es recíproco. No solo recibes orientación, sino que colaboras.
Los colegas también aportan algo que los mentores no siempre pueden: resonancia emocional. Están en la misma situación que tú, enfrentando el mismo clima económico, los mismos cambios tecnológicos y las mismas expectativas de los clientes. No hace falta explicar por qué un lanzamiento mal ejecutado o una mala contratación resulta devastador. Ellos ya lo saben. Ese entendimiento compartido genera confianza rápidamente, y la confianza crea vínculos duraderos.
En esos primeros paseos con mi amigo fundador, no fingíamos tenerlo todo resuelto. Resolvíamos problemas en tiempo real, probábamos ideas, nos hacíamos preguntas y nos dábamos el impulso necesario para seguir adelante. No importaba que nuestros productos fueran diferentes; lo que importaba era que nuestros desafíos eran los mismos. También descubrí que resolver sus problemas empresariales me daba un descanso necesario de los míos. A menudo, volvía a mi escritorio después con nuevas perspectivas que nunca habría tenido si hubiera seguido dando tumbos por mis propios obstáculos.
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Dónde encontrar amigos fundadoresHoy en día, la mayoría de mis amigos cercanos también son fundadores. Dirigir un negocio es bastante absorbente, pero no solo hablamos de estrategia; nuestras conversaciones giran en torno a las personas que contratamos, la cultura de nuestra empresa y cómo ser líderes motivadores. He aprendido tanto en nuestras quedadas con café o cerveza que ningún libro o vídeo de YouTube podría haberme enseñado.
Si estás lanzando un negocio pero aún no tienes una comunidad de fundadores consolidada, no te desesperes. Hoy en día, existen muchísimos recursos para conectar con personas afines. Subreddits como r/Entrepreneur y comunidades como Indie Hackers son excelentes puntos de partida, pero no te limites a hacer contactos en línea. Busca reuniones tecnológicas en tu ciudad: con las startups más dispersas geográficamente que nunca, no necesitas vivir en Nueva York o el Área de la Bahía para encontrar una cerca. Y como en la mayoría de los casos, tu red de contactos es uno de tus recursos más valiosos. Haz saber que buscas ampliar tu comunidad de fundadores. Probablemente conozcas a alguien que conoce a alguien que hace lo mismo.
Si eres introvertido como yo, puede que todo esto te resulte intimidante. Pero lo cierto es que, en gran medida, dirigir un negocio se basa en construir relaciones. Y recuerda, estas primeras reuniones no tienen por qué ser formales. Una charla de 20 minutos con un café puede dar lugar a años de camaradería.
Una vez que hayas creado una conexión, busca un espacio para ella. Mi amiga y yo salíamos a caminar semanalmente por Nueva York. Podrían tener una videollamada de 30 minutos por Zoom cada dos viernes, o un hilo de WhatsApp donde se compartan novedades y se animen mutuamente. La constancia es clave. Estas conversaciones son más poderosas cuando se convierten en algo habitual, en lugar de algo puntual.
Y por último, sé honesto. Esto no es una entrevista. No necesitas fingir ni fingir. Habla de la idea que fracasó. Sé realista sobre tus dificultades para escalar. La vulnerabilidad es lo que hace que las relaciones sean significativas. También es lo que las hace útiles. Porque el objetivo no es impresionar, sino crecer.
Crear un negocio siempre conlleva momentos de duda. Pero tener a tu alrededor personas que realmente comprenden por lo que estás pasando puede hacer que el camino se sienta mucho menos solitario.
Emprender un negocio puede ser una tarea solitaria . Por mucha confianza que tengas en tu producto y en ti mismo, siempre habrá momentos en que la duda te asalte, normalmente justo cuando intentas conciliar el sueño.
Estas crisis de confianza pueden ser fatales para tu visión, pero no tienen por qué serlo. Y una forma de evitar los miedos de las startups es contar con otros fundadores en quienes apoyarte.
Cuando Jotform era una empresa de una sola persona (yo), tenía un buen amigo que también era fundador en sus inicios. Su idea —vender productos de belleza online— era conceptualmente completamente diferente a la mía, pero eso no importaba. Nos enfrentábamos a las mismas dificultades, las mismas incertidumbres y muchas de las mismas decisiones difíciles.
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