Movilidad en Burdeos: ir al trabajo en bicicleta en pareja para resolver dudas

En la región metropolitana de Burdeos, la asociación Vélo-Cité acompaña a los empleados que lo deseen en el aprendizaje del ciclismo para sus desplazamientos de casa al trabajo.
Son las 7:30 a. m. en Villenave-d'Ornon cuando Sacha Viel, instructor de la asociación Vélo-Cité, llega al edificio de su alumna. Su misión del día: enseñar a Maelisse, técnica de laboratorio, a desplazarse al trabajo en dos ruedas, entre Villenave-d'Ornon y el Hospital Haut-Lévêque de Pessac. «La idea es enseñar a los empleados a desplazarse y reparar sus vehículos, a través de talleres. Pero todavía hay pocos que quieran empezar», lamenta Sacha.
En Francia, solo 500.000 franceses van en bicicleta al trabajo. ¡Así que el monitor de Vélo-Cité aún tiene trabajo por delante! Sin embargo, aún hay puntos positivos: Nueva Aquitania, con un 3% de ciclistas en 2020 según el INSEE, está ligeramente por encima de la media nacional. Y Burdeos, la tercera ciudad de Francia con más ciclistas en este tipo de desplazamiento. Para aumentar el número de usuarios de dos ruedas, la Federación Francesa de Usuarios de Bicicletas (FUB) puso en marcha estas iniciativas como parte del programa nacional Objectif employeur pro vélo (OEPV), inaugurado en 2022.
Un marco a medidaHoy vamos a Pessac. Maelisse por fin se ha decidido: "¡En cuanto vi el taller que ofrecían en la intranet del CHU, no lo dudé! ¡Sola, nunca lo habría hecho, pero con apoyo, no pude negarme!". Su empresa financia la formación. Y lo que es mejor: como la técnica de laboratorio prioriza la ecomovilidad, el hospital le paga una bonificación que aumenta según el número de viajes. Se trata del paquete de movilidad sostenible (FMD), implementado en 2020. "Me explicaron que podía recibir hasta 300 euros al año, ¡así que me apunté!", comenta con entusiasmo.
Nunca hubiera seguido adelante por mi cuenta, pero con alguien que me guiara, ¡no podía negarme!
Un recordatorio de las zonas de riesgo, un casco y la revisión del GPS. La salida es inminente. Para su sesión con Maelisse, Sacha ha trazado una ruta a medida de 15 kilómetros. "Ayer ya recorrí este circuito solo", explica el instructor. "Hay algunos tramos un poco peligrosos, así que habrá que estar atento, pero la ruta está bien trazada". Tras unas pedaladas vacilantes, la cuidadora finalmente se pone en marcha en su bicicleta negra y cromada.
Asesoramiento y confianzaDurante el trayecto, el profesor se detiene para recordarles las normas del Código de Circulación, "que solemos olvidar". "¡No duden en indicar a los conductores en qué dirección van!" "¡Dejen una puerta entre ustedes y los coches!". Al frente de la fila, mira hacia atrás con frecuencia para asegurarse de que su alumno no tenga ningún problema. Para Maelisse, todo parece ir sobre ruedas.
A las 8:45 a. m., mientras el calor del verano empieza a subir, la enfermera y el instructor finalmente llegan al estacionamiento del hospital. Es hora de hacer balance. Tras un breve intercambio, Sacha le promete a la joven que le enviará su ruta personalizada. Maelisse, por su parte, lo tranquiliza: "¡Hay instalaciones de verdad para ciclistas! ¡Tengo más confianza! ¡Mañana me voy de nuevo!". Una victoria para el entusiasta, que se felicita. Como prueba de su entusiasmo, incluso le escribe un poco más tarde: "¡Me di cuenta de que ir al trabajo en bicicleta es realmente posible!".
Este artículo forma parte de un suplemento editorial dedicado a la movilidad sostenible, publicado el miércoles 17 de septiembre en «Sud Ouest», disponible en los quioscos en sudouest.fr.
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