Ropa adecuada, autoinspección, repelentes... Consejos para evitar las garrapatas al pasear

De marzo a junio, proliferan. Y con el cambio climático, que favorece los climas templados y húmedos, la situación será aún más grave en el futuro: cuidado con las garrapatas ixodes , la especie más extendida en los bosques de Francia continental.
Cuando pican a los caminantes, las garrapatas pueden transmitir infecciones como la enfermedad de Lyme o, más raramente, la encefalitis transmitida por garrapatas ; enfermedades que a veces tienen consecuencias muy graves para el sistema nervioso y que perturban enormemente la vida cotidiana de los afectados.
Aunque pueda parecer particularmente difícil evitar sus picaduras, dado que las garrapatas ixodes son pequeñas y les gusta adherirse a zonas inaccesibles del cuerpo humano (axilas, cuero cabelludo, espalda, cuello e incluso los pliegues de las articulaciones), existen algunos consejos para limitar los riesgos. Aquí tienes algunos.
La Oficina Nacional Forestal (ONF) ha elaborado una lista de consejos a seguir antes de adentrarse en una zona donde la hierba es densa y se dan las condiciones para la proliferación de garrapatas.
Ante todo, se recomienda encarecidamente usar ropa larga y abrigada, así como zapatos cerrados. El objetivo es proteger los brazos y las piernas al máximo, ya que están especialmente expuestos a las garrapatas durante los paseos al aire libre. Esto se aplica especialmente en bosques, matorrales, campos o cerca de arroyos, pantanos, estanques y charcas.

Se recomienda permanecer en senderos con la hierba lo más baja posible. Además, se puede usar un repelente cutáneo; sin embargo, tenga cuidado con las contraindicaciones en caso de embarazo o en niños pequeños.
"Los principios activos de los repelentes cutáneos no son inofensivos. La exposición repetida puede ser peligrosa, especialmente para los niños pequeños: de ahí la importancia de consultar las recomendaciones sanitarias emitidas por el Consejo Superior de Salud Pública", explica Nathalie Boulanger, profesora de parasitología en la Universidad de Estrasburgo y médica entomóloga del Centro de Referencia de Enfermedades Transmitidas por Garrapatas (CRMVT) en el este de Francia, a BFMTV.com.
"Cuando analizas los beneficios frente a los riesgos, te das cuenta de que no hay nada mejor que la protección mecánica", confirma.
Al igual que durante la preparación antes de la salida, la ONF recomienda respetar algunas reglas sencillas al regresar de la misma.
Entre ellas, y probablemente la más importante: inspeccionar cuidadosamente el cuerpo para detectar cualquier "mancha negra" sospechosa. Podrían ser garrapatas incrustadas en la piel. A veces, estas manchas son muy pequeñas.
La ONF también recomienda lavarse bien la ropa y las mochilas antes de subir al coche o de volver a casa. También es recomendable no mezclar sus pertenencias con las de otras personas para evitar que las garrapatas se propaguen a otras partes.
También se recomienda ducharse dos horas después de salir a una zona donde pueda haber garrapatas.
Si un paseante encuentra una garrapata en su cuerpo, no se asuste: con un quitagarrapatas, es fácil eliminarla. También se pueden usar pinzas. Sin embargo, debe asegurarse de retirar completamente la cabeza del parásito de la picadura y desinfectarla una vez finalizada la operación.
A menudo oímos que hay que girar y levantar el quitagarrapatas. No es obligatorio. Basta con levantarlo con cuidado, asegurándose de agarrar la cabeza de la garrapata. Si no tiene uno, un farmacéutico puede ayudarle y hacerlo por usted», enfatiza el académico de Estrasburgo.

Es necesario intensificar la vigilancia de la zona en los días siguientes y durante al menos 4 semanas. Si aparecen enrojecimiento u otros síntomas (fatiga, dolor de cabeza, dolor articular o muscular repentino), se debe solicitar cita médica.
"Estas son señales de que la persona ha sido picada por una garrapata portadora de la enfermedad de Lyme", dice Nathalie Boulanger. "No espere y busque ayuda médica".
Este último analizará cuidadosamente la mordedura y, si lo considera necesario, prescribirá un tratamiento antibiótico. También podrían realizarse pruebas adicionales varios meses después de la mordedura para determinar el riesgo de contaminación viral.
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