Compañía. Fin de la vida: “Es imposible predecir objetivamente cuánto tiempo le queda de vida a un paciente”


Foto HAS
Los dos textos sobre el final de la vida serán debatidos a partir de este lunes en la Asamblea Nacional . Si bien existe consenso sobre la sección “cuidados paliativos”, no puede decirse lo mismo del texto sobre asistencia activa para morir.
Claire Compagnon, miembro del colegio HAS y presidenta del comité de recomendaciones, relevancia, vías de acceso e indicadores (CRPPI), nos explica por qué se ha privilegiado la "calidad de vida restante" frente a la noción de "pronóstico vital".
¿Por qué el Gobierno pidió a la Alta Autoridad Sanitaria que se pronunciara sobre los conceptos de «pronóstico vital a medio plazo» y de «fase avanzada o terminal de una enfermedad», antes de la ley sobre el final de la vida?
Los Ministros de Salud nos han contactado sucesivamente durante 2024 para aclarar los conceptos de pronóstico potencialmente mortal a mediano plazo y enfermedad en etapa avanzada. El objetivo del grupo de trabajo era responder a las siguientes preguntas: ¿cómo evaluar el pronóstico a medio plazo de una persona enferma y qué definición debe darle? ¿Cómo podemos tener en cuenta la incertidumbre asociada a esta noción de pronóstico vital a medio plazo? ¿Es relevante hablar de pronóstico vital a medio plazo por patología? Y entonces ¿cuál es la definición de una fase avanzada? ¿Y cuáles son los criterios objetivos que podrían aclarar esta noción de fase avanzada? Hay mucho en juego. Si mantenemos uno u otro de estos criterios temporales, determinamos las personas que pueden beneficiarse o no del derecho a la asistencia activa a la muerte.
¿Cuales son sus conclusiones?
Tras revisar la literatura científica sobre el tema, entrevistas con expertos médicos e investigadores en ciencias sociales en Francia y en el extranjero y examinar la legislación extranjera, la Alta Autoridad de la Salud considera que es imposible predecir objetivamente el tiempo de vida que le queda a un paciente.
¿Por qué es imposible predecir el pronóstico de vida a medio plazo?
Cada individuo enfermo tiene su propia singularidad médica y reacciones específicas a los tratamientos. Además, su estado mental, su trayectoria vital y otros elementos más subjetivos de su personalidad juegan un papel en su plan de tratamiento. Finalmente, todas las herramientas estadísticas, clínicas y predictivas en este área no nos permiten responder a esta pregunta y presentan un grado de incertidumbre importante. Por eso no es posible definir esta noción de temporalidad en el mediano plazo. Del mismo modo, no existe consenso médico sobre la noción de fase avanzada considerada desde una perspectiva individual: puede definirse como la entrada en un proceso irreversible marcado por el empeoramiento del estado de salud de la persona enferma y que afecta a su calidad de vida.
¿Entonces la HAS recomienda que los políticos no incluyan estos conceptos en la ley?
La Alta Autoridad afirma que hoy en día es imposible tener elementos para predecir objetivamente el tiempo que le queda de vida a una persona. Proporcionamos una opinión científica. Nuestro papel termina ahí. No es nuestra responsabilidad si este concepto debe o no introducirse en la ley. Éste es trabajo de los parlamentarios.
¿Debemos pensar de manera diferente sobre ciertas patologías, como la enfermedad de Lou Gehrig, que está en el centro del debate?
Sea cual sea la enfermedad la respuesta siempre es la misma. Ya sea un paciente con cáncer, enfermedades del sistema nervioso u otras patologías, el desafío es tener en cuenta el tiempo que le queda a la persona por vivir. Pasar de una lógica de cantidad de tiempo a una lógica de calidad del tiempo que nos queda por vivir.
Le Bien Public