«Aquí no se preocupaban de saber qué enfermedad tenía»: el Club de Burdeos derriba los muros de la psiquiatría.

Un lugar de apoyo mutuo para personas que viven con trastornos psiquiátricos, el Bordeaux Clubhouse se centra en los recursos humanos y la cogestión para dar a los pacientes un lugar en la sociedad.
No hay ventanas seguras, ni puertas con grandes cerraduras, ni batas blancas, sino un espacio abierto y luminoso con su techo decorado en forma de nubes blancas. El Clubhouse de Bordeaux (CHB) rompe con la imagen tradicional de la institución psiquiátrica. Aquí, en el barrio de Tivoli, la herramienta más poderosa para la sanación en este nuevo tipo de centro no son los psicofármacos, sino la vuelta a la acción y la integración.
Este centro de apoyo funciona como un laboratorio social que Ludivine Gatti, consejera del CHB desde diciembre de 2023, define como "un trampolín entre la atención y la vida laboral". El modelo, nacido en 1948 en Nueva York, es claro: conectar la hospitalización psiquiátrica con la reinserción profesional. "Sabemos que crear vínculos sociales es esencial para estabilizar la salud psicológica", resume Morgane Metz, responsable de desarrollo de recursos de la organización.

Fabien Cottereau / SO
Los "miembros", como se les llama, deben ser adultos, voluntarios y mantener un seguimiento médico fuera del club. El Clubhouse de Burdeos, inaugurado en 2017, once años después del primero en París, ya ha recibido a 500 personas, incluidas 269 en la "fila activa". Antes de unirse, los participantes deben participar en reuniones de grupo y sesiones de descubrimiento de medio día.
“Sabemos que crear vínculos sociales es esencial para estabilizar la salud psicológica”.
La actividad se rige como una jornada laboral organizada, pero sin jerarquía vertical. Abierto cinco días a la semana, este espacio es cogestionado por miembros y empleados. «Todo se decide colectivamente en reuniones semanales donde todos tienen voz», enfatiza Morgane Metz.
“Me recibieron muy bien, con amabilidad y sencillez. A la gente no le importaba mi enfermedad ni nada más”, dice Marion Léna. Diagnosticada con trastorno bipolar en la adolescencia, esta residente de Burdeos se unió al Clubhouse en 2020. “Aquí, haces lo que quieres, cuando quieres, y participas en múltiples y variadas actividades. Lo mejor es poder elegir. Pero cuando te comprometes, lo llevas hasta el final”.
Muchos talleresSe ofrecen talleres específicos, que van desde cocina abierta al espacio común, sofrología y actividad física adaptada (APA) sin competición, hasta la creación de una radio web para hablar sobre salud mental o "buscar noticias". El objetivo es reconectar con miembros que no han tenido noticias en dos o tres semanas, una actividad que Marion Léna disfruta especialmente.

“Un mentor también me enseñó a escribir una carta de presentación y un CV. Son cosas concretas que me hacen darme cuenta de que tengo valor y que puedo destacar”, continúa la residente de Burdeos, quien busca unas prácticas de estudio y trabajo para su título universitario en salud mental.

Fabien Cottereau / SO
Este es el principio del apoyo entre iguales, la base del sistema: el apoyo de quienes han afrontado dificultades similares. Morgane Metz, exalumna de Science Po Bordeaux, enfatiza la urgente necesidad de desestigmatizar las enfermedades mentales, "el principal obstáculo para la reintegración". "El suicidio es la principal causa de muerte entre los hombres de 15 a 29 años. Podemos salvar vidas". La tasa de integración profesional de los miembros que han pasado por los clubes en Francia alcanzará el 45 % para 2024, incluyendo el 93 % en entornos convencionales.
Los "miembros", como se les llama, deben ser adultos, voluntarios y mantener un seguimiento médico externo.
Los beneficios de la labor del CHB también son económicos. Un cálculo rápido ayuda a comprenderlo. El Tribunal de Cuentas estima que la carga económica de los trastornos mentales asciende a 107 000 millones de euros anuales. Al reducir significativamente los tiempos de hospitalización y las tasas de recaída, alivian automáticamente la carga para la sociedad.
Su financiación proviene principalmente de agencias regionales de salud (250.000 € por estructura), del patrocinio de empresas como Axa, Safran o Château Laffite Baron de Rothschild, en el marco de sus políticas de RSE, o de estructuras más pequeñas. También cuentan con el apoyo de las Direcciones Regionales de Economía, Empleo, Trabajo y Solidaridad (DREETS) y de la Asociación para la Gestión del Fondo para la Integración Profesional de Personas con Discapacidad (Agefiph).
Ahora que la salud mental ha sido declarada una de las principales causas nacionales en Francia en 2025, el Clubhouse de Burdeos ofrece un modelo complementario y esencial para el futuro de la salud mental.