"Nuevas perspectivas para la investigación": una potente resonancia magnética proporciona imágenes de una potencia sin precedentes

Imágenes del cerebro de un niño de seis años con una precisión sin precedentes: investigadores de la Comisión Francesa de Energía Atómica (CEA) esperan, gracias a una innovación tecnológica, comprender mejor los trastornos del desarrollo neurológico y las enfermedades cerebrales en los niños.
Instalada desde 2007 en un centro de investigación del CEA (Neurospin), en la meseta de Saclay (Essonne), la potente resonancia magnética que produjo estas imágenes ya proporciona imágenes del cerebro adulto. Adaptar esta tecnología para su uso en niños y obtener la aprobación de las autoridades sanitarias requirió varios años de investigación y desarrollo, explicaron los investigadores el miércoles en una conferencia de prensa.
Para el Dr. David Germanaud, neurólogo pediátrico del Instituto Robert Debré para el Cerebro Infantil e investigador del CEA, se trata de "una primicia mundial a este nivel de tecnología de imagen y de garantía de seguridad".
Gracias a una mejor resolución de imagen y un mayor contraste, esta resonancia magnética de siete Tesla (una unidad de medida llamada así en honor del físico serbio Nikola Tesla), en comparación con los 1,5 o 3 de las resonancias magnéticas que se encuentran en el hospital de investigación, permite ver "los detalles finos del cerebro, la vascularización, el metabolismo cerebral... y su actividad a escala individual", dijo.
El objetivo es comprender mejor los trastornos del desarrollo neurológico y las enfermedades cerebrales infantiles.
"En los niños afectados, cuyo funcionamiento cognitivo está gravemente afectado y cuyo cerebelo es demasiado pequeño, hemos demostrado que las regiones más afectadas del cerebelo son las que están más implicadas en el funcionamiento motor", explicó el Dr. David Germanaud.
Así, a nivel de la corteza cerebral, "puede haber pequeñas malformaciones responsables de ciertas epilepsias infantiles: cuando las detectamos precozmente, podemos, en algunas de ellas, proponer una cirugía, extirpar la lesión y curar la epilepsia, y cuanto antes lo hagamos, mejor", explicó el doctor David Germanaud.
Este avance en la imagen abre, según él, "nuevas perspectivas para la investigación sobre los trastornos del neurodesarrollo y las enfermedades del cerebro infantil".
Otro ejemplo de aplicación: comprender mejor “otra enfermedad del desarrollo, la causada por la exposición prenatal al alcohol”.
"Estos niños pueden presentar signos físicos, lo que llamamos ' síndrome alcohólico fetal ', pero a veces no los presentan. En cualquier caso, el alcohol ha alterado su desarrollo cerebral", explicó el neurólogo pediátrico. "Nos dimos cuenta de que su cerebelo podría estar malformado", dijo.
Además, "el desciframiento del desarrollo de las capacidades cognitivas y del aprendizaje podrá considerarse mucho más a escala individual", según los investigadores.
Dirigirán, en particular, un proyecto de investigación de tres años que estudiará el cerebelo y la corteza cerebral de un centenar de niños, divididos en tres grupos de una treintena de individuos.
El primero estará formado por niños con epilepsia, el segundo por niños que padecen trastorno del espectro alcohólico fetal y el último será un grupo control, que permitirá estudiar el desarrollo cerebeloso sano.
BFM TV