«Hay que tener la mente clara»: Jean-Noël Barrot, el ministro al frente de una diplomacia francesa en decadencia
Irán, Argel, Gaza, Ucrania… Los expedientes se acumulan en el Quai d'Orsay. ¿Con qué fin? Con cada crisis, surgen las mismas preguntas y críticas sobre la pérdida de influencia de Francia. «Es una caricatura», protesta.
Por Pauline Théveniaud y Henri VernetEn su despacho del Quai d'Orsay, uno de los palacios más majestuosos de la República, por donde pasaron Hubert Védrine y Dominique de Villepin, Jean-Noël Barrot solo ha esparcido algunos toques personales. Un lanzamisiles ucraniano; una foto de su padre, Jacques Barrot, figura centrista y exvicepresidente de la Comisión Europea, con François Bayrou , de treinta años; cinco figuras de gallos, emblema de Yssingeaux (Alto Loira), el bastión familiar. Y un dibujo de su hija colocado en una gruesa carpeta con el sello «Irán» .
Irán, su programa nuclear, sus rehenes franceses... «A menudo olvidamos esta dimensión tan soberana del Ministerio de Asuntos Exteriores», señala. «Negociar la liberación de rehenes, organizar evacuaciones o repatriaciones ». La situación está tomando un giro dramático estos días, con la acusación en Teherán de Cécile Kohler y Jacques Paris por espionaje, penado con la muerte. O el destino pendiente, en Argel, de Boualem Sansal (con esperanza de indulto este sábado) y el periodista Christophe Gleizes .
Le Parisien
