En Nueva Caledonia fracasan las negociaciones sobre el futuro institucional

"No se ha llegado a ningún acuerdo", reconoció este jueves el ministro de Ultramar durante una rueda de prensa, tras un "cónclave" de tres días celebrado en un hotel aislado a dos horas y media de Numea, elegido para mayor confidencialidad y para favorecer un diálogo pacífico.
Este bloqueo, añadió Manuel Valls, impide en particular "resolver la cuestión de la composición del cuerpo electoral", en el origen de la violencia insurreccional de mayo de 2024, "y la del ejercicio del derecho a la autodeterminación" del archipiélago francés del Pacífico Sur.
Desde el último referéndum de 2021, boicoteado por los separatistas, la situación política en el archipiélago está congelada. Estas elecciones dejaron el proceso sin un resultado claro, dando lugar a los disturbios de mayo de 2024, que dejaron 14 muertos y más de dos mil millones de euros en daños, en el contexto de una aguda crisis económica.
Las negociaciones sobre el futuro estatuto de Nueva Caledonia se reanudaron a principios de 2025. Se celebraron varias rondas de debates y el ex Primer Ministro realizó tres viajes, logrando volver a sentar a la mesa de negociaciones a dos bandos cuyas posiciones eran difíciles de conciliar y que ya no se dialogaban.
Durante este último ciclo se examinaron en profundidad dos proyectos, explicó el jueves el Ministro de Territorios de Ultramar.
"Una basada en la soberanía con Francia", defendida por el ministro, y "la otra basada en el federalismo en el seno de la República Francesa", apoyada en particular por los leales, una de las ramas del movimiento no independentista.
Pero "ningún proyecto ha conseguido consenso", lamentó Valls. Según él, el proyecto de los leales "pone en tela de juicio, a nuestro juicio, la unidad y la indivisibilidad de Nueva Caledonia", mediante "un proyecto de partición de facto".
"Punto de bloqueo"El proyecto presentado por el gobierno, que preveía "una doble nacionalidad, francesa de derecho y caledonia", así como una "transferencia y delegación inmediata de poderes soberanos", había suscitado la indignación de los no independentistas, que consideraban que equivalía a confirmar de facto la independencia del territorio.
Para el diputado no independentista Nicolas Metzdorf, "el principal punto de fricción" es "la transferencia de poderes soberanos (...) a Nueva Caledonia", antes de una posible delegación a Francia.
"Esta es una propuesta que rechazamos", dijo a la AFP. "Seguimos fieles a nuestra propuesta de un Estado federado con fortalecimiento de los poderes provinciales", añadió.
La otra dirigente leal, Sonia Backès, aseguró durante una rueda de prensa haber "evitado la catástrofe para Nueva Caledonia", asegurando que la ausencia de acuerdo "no es el caos".
«Gracias al sacrificio y la unidad de los Lealistas y la Agrupación-LR, así como al apoyo de sus representantes metropolitanos, no se ha firmado ningún acuerdo. Por lo tanto, Nueva Caledonia sigue siendo francesa», se congratularon estos partidos no independentistas en un comunicado de prensa.
Por su parte, Calédonie Ensemble, un partido moderado no independentista que apoyó el proyecto de Manuel Valls, deplora "un fracaso colectivo" y quiere convencer "de que un acuerdo es posible". Porque, afirmó en un comunicado, "renunciar al consenso es renunciar a la paz".
Elecciones provinciales crucialesLa próxima fecha límite política para Nueva Caledonia es la celebración de elecciones provinciales, cruciales porque determinan la composición del gobierno local. Originalmente estaban previstos para 2024, pero fueron pospuestos por los disturbios de mayo. El Consejo de Estado ha fijado la fecha límite para su celebración en el 30 de noviembre de 2025.
"El Gobierno tendrá que examinar el plan de convocar y organizar elecciones provinciales de acuerdo con el marco legal actualmente vigente", es decir, con un electorado congelado, indicó Manuel Valls.
Desde 2007, esta congelación del organismo electoral ha excluido de las elecciones provinciales a la mayoría de las personas que llegaron a Nueva Caledonia después de noviembre de 1998, fecha de ratificación de los Acuerdos de Numea.
Pese al fracaso, Manuel Valls valoró positivamente el debate, que "se desarrolló de forma respetuosa" y afirmó que se han identificado "puntos de convergencia". Un comité de seguimiento, creado por el Estado, debería permitir mantener un marco de diálogo en los próximos meses, aseguró.
"Sigo y seguiré trabajando para evitar el retorno de la violencia", insistió el ministro, llamando a todas las fuerzas políticas y sociales a "unirse con el Estado por la paz, el diálogo y la reconstrucción".
Nice Matin