Gabriel Attal, secretario general de Renacimiento, envió un correo electrónico a los miembros y funcionarios del partido el jueves 31 de julio, preguntándoles sobre el futuro del partido y, en particular, sobre el nombre y la identidad del movimiento.

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Gabriel Attal, Secretario General de Renacimiento, 5 de julio de 2025. (SEBASTIEN DUPUY / AFP)

Si los franceses son conocidos en el extranjero por su gastronomía, su herencia y su cultura, además de por su carácter gruñón, sería justo que también se les reconociera su incontenible hábito de cambiar el nombre de sus partidos políticos. Desde las elecciones presidenciales de 2002, por ejemplo, todos los principales partidos políticos franceses han cambiado de nombre, excepto el Partido Socialista y el Partido Comunista. La UMP ha sido reemplazada por Les Républicains, el Frente Nacional por Agrupación Nacional. La UDF se ha convertido en el MôDem, y Europe Ecologie les Verts se ha convertido en los Ecologistas.

En el resto del mundo, por el contrario, los nombres de los partidos políticos permanecen inalterados. La CDU, el partido del canciller alemán Friedrich Merz, se llama así desde 1945. El Partido Laborista del primer ministro británico Keir Starmer no ha cambiado de nombre desde 1900. Y en Estados Unidos, el Partido Republicano de Donald Trump ha mantenido el mismo nombre desde su creación en 1854.

El partido de Emmanuel Macron se fundó en 2016 con el nombre de En Marcha, y posteriormente se denominó La República en Marcha (LREM) entre 2017 y 2022, antes de convertirse en Renacimiento. Tras liderar también la coalición Ensemble pour la République para las elecciones legislativas de 2022 y 2024, está a punto de cambiar de nombre.

Si Gabriel Attal quiere cambiar el nombre del partido Renacimiento, hay una razón tanto oficial como extraoficial. Oficialmente, se debe a la debilidad política de la marca Renacimiento: según una encuesta encargada por el partido presidencial, apenas un tercio de los votantes franceses identifica correctamente el nombre Renacimiento. En comparación, el 70 % de estos mismos votantes entendió correctamente a qué partido corresponden los nombres LFI y RN.

Pero la verdadera motivación reside en otra parte: el objetivo de Gabriel Attal, secretario general de Renacimiento desde el año pasado, es moldear el partido a su imagen y semejanza. En cierto modo, quiere "matar al padre", según la teoría freudiana, o al menos "matar" al padre fundador del partido, Emmanuel Macron.

Y Gabriel Attal no es el único que quiere cortar lazos con Emmanuel Macron. Cuando un Presidente de la República no quiere o no puede volver a presentarse, es sabido que pierde influencia ante sus propias tropas.

Al igual que Gabriel Attal, Gérald Darmanin se distancia del presidente de la República. En una entrevista con el JDD el domingo 3 de agosto, el ministro de Justicia confesó que la actual oferta política "no se corresponde plenamente con sus convicciones". Con ello, da a entender que no asume plenamente la trayectoria de Emmanuel Macron. En el bando presidencial, en este verano de 2025, los aspirantes a las elecciones de 2027 empiezan a zarpar.