Shein desata un nuevo escándalo en Francia

Shein, el gigante chino de la moda ultrabarata y ultraefímera, está en el punto de mira del sistema judicial: la Dirección General de Competencia, Consumo y Lucha contra el Fraude (DGCCRF) francesa informó el sábado 1 de noviembre de la venta en su sitio web de muñecas sexuales con apariencia infantil, acompañadas de descripciones de carácter pedopornográfico.
«Su presentación no deja lugar a dudas sobre su naturaleza», señala la DGCCRF (Dirección General de Competencia, Consumo y Lucha contra el Fraude), que ha remitido el asunto a la fiscalía y a Arcom, el regulador digital. Las páginas, ahora eliminadas, mostraban muñecas de unos 80 centímetros de altura, con el cuerpo de una niña pequeña que sostenía un osito de peluche. «Incluso hay comentarios de compradores», declaró Alice Vilcot-Dutarte, portavoz de la DGCCRF, al diario Le Parisien .
En un comunicado enviado a la AFP, Shein afirma que retiró los productos de su sitio web "en cuanto se detectó" y que inició una investigación interna para comprender cómo estos anuncios lograron eludir sus filtros. "Tenemos una política de tolerancia cero", promete la empresa. Sin embargo, el incidente, que se produce pocos días antes de la inauguración de la primera tienda física de Shein en París, dentro de los grandes almacenes BHV, el miércoles 5 de noviembre, ha causado gran revuelo.
Porque no es la primera vez que la marca se ve envuelta en problemas. Desde su llegada a Francia hace diez años, Shein ha acumulado numerosas infracciones: publicidad engañosa, incumplimiento de la normativa sobre cookies, omisión en la declaración del uso de microfibras de plástico y prácticas comerciales desleales. El total de sus multas en Francia supera ya los 190 millones de euros.
Además de estas infracciones a las prácticas de comercio justo, también existen alertas sanitarias. El 30 de octubre, una investigación realizada por UFC-Que Choisir y varias asociaciones de consumidores europeas reveló la venta de juguetes y cargadores peligrosos en Shein y Temu, otro gigante chino de las ventas online de bajo coste.
De los 108 productos analizados, la mitad no cumplía con las normas europeas: riesgo de incendio, sobrecalentamiento superior a 100 °C, piezas desmontables que se podían ingerir fácilmente y niveles de sustancias cancerígenas que excedían los límites permitidos. Un cargador USB incluso fue identificado como «con alta probabilidad de causar una descarga eléctrica».
Ante las críticas, Shein prometió la retirada inmediata y global de los productos afectados. Temu, su competidor directo, aún no se ha pronunciado. Este episodio pone de manifiesto las deficiencias de un modelo que se basa en la venta online de millones de productos procedentes de China, a menudo sin la inspección previa de las aduanas europeas.
En menos de diez años operando en Europa, Shein se ha convertido en el símbolo del consumo compulsivo: ropa que se vende por unos pocos euros, se entrega en pocos días y, a veces, se usa solo una vez antes de desecharla. Esto conlleva un coste medioambiental colosal: emisiones de CO2, agotamiento de recursos, contaminación por plásticos y textiles… En 2024, Shein indicó en su informe anual que había duplicado sus emisiones de gases de efecto invernadero con respecto a 2023. Esto convirtió al grupo en el mayor contaminador de la industria de la moda a nivel mundial, con 16,7 millones de toneladas de CO2 .
Las ONG también denuncian las condiciones laborales en las fábricas chinas, donde diversas investigaciones realizadas por ONG y periodistas han documentado jornadas laborales de 75 horas semanales y salarios inferiores al mínimo legal. La marca también ha sido acusada por un grupo de legisladores estadounidenses de lucrarse con la explotación de los uigures , una minoría musulmana recluida en campos de internamiento en China; acusación que Shein ha negado sistemáticamente.
Ante este aumento, Europa está intentando reaccionar. El pasado mes de mayo, la Comisión Europea propuso un impuesto de 2 € por cada paquete pequeño con un valor inferior a 150 € enviado desde terceros países. El objetivo: frenar la afluencia de micropaquetes —más de mil millones al año— que eluden el IVA y los controles de cumplimiento.
En Francia, el gobierno también ha presentado un proyecto de ley contra la moda ultrarrápida, dirigido específicamente a Shein. El proyecto de ley prevé sanciones económicas progresivas para las marcas cuyo modelo de negocio se basa en la sobreproducción y los precios artificialmente bajos.
Pero para muchos cargos electos, tanto en Francia como en Europa, es necesario ir más allá regulando más, o incluso prohibiendo, estas plataformas que, según ellos, infringen las normas del mercado europeo en materia de seguridad, impuestos, derechos sociales y medio ambiente.
En este contexto, el anuncio de la apertura de un espacio Shein de 1.000 m² en BHV Marais el miércoles 5 de noviembre reavivó la polémica. Varias marcas francesas abandonaron los grandes almacenes, considerando esta colaboración incompatible con sus compromisos éticos. Junto con Société des Grands Magasins (SGM), propietaria de BHV desde 2023, Shein invertirá en otras cinco tiendas en las próximas semanas, en los centros comerciales Galeries Lafayette de Dijon, Reims, Grenoble, Angers y Limoges.
La Croıx




