¿Por qué el crochet y el tejido ya no son actividades de las abuelas?

En las redes sociales, estos gestos ancestrales están resurgiendo. Muchos jóvenes están empezando a crear accesorios y ropa. ¿Por qué funciona?
Miles de jóvenes se han lanzado a confeccionar todo tipo de ropa y accesorios. En TikTok, más de nueve millones de publicaciones han sido etiquetadas con la etiqueta "crochet". Esta sencilla actividad tiene la ventaja de ser útil, económica y una fuente inagotable de creatividad.
Para tejer a crochet un peluche que cuesta 45 euros en tiendas, solo necesitas gastar entre 5 y 10 euros, explica Lucie Pochet. En su cuenta de Instagram @soulmate_crochet, comparte tutoriales, creaciones e incluso hace su propia lana. "Estamos volviendo a una época en la que todos queremos ahorrar y hacerlo todo nosotros mismos", explica.
"Es relajante", dicen los internautas. Con este tipo de actividad, valoramos la paciencia y tomarnos nuestro tiempo. Es un regreso a los gestos sencillos en una sociedad digital, donde todo avanza a un ritmo acelerado.
Al mismo tiempo, los amantes del tejido y del crochet luchan contra la moda rápida y la industria textil altamente contaminante, que representa entre el 8 y el 10% de las emisiones globales, o hasta 4 mil millones de toneladas de CO2 cada año.
La historiadora de moda Audrey Millet incluso lo define como un acto de resistencia y autonomía. «Estamos tejiendo significado», explica la experta.
Creamos a partir de restos, nos negamos a acumular. Ralentizamos nuestro consumo en un mundo de desperdicios.
Audrey Millet, historiadora de la modaa franceinfo
«El crochet se está convirtiendo en una ecología concreta, artesanal y alegre que se puede practicar en cualquier lugar», añade la historiadora. Con este regreso de la lana, asistimos, según ella, a la puesta en valor de un saber hacer femenino, durante mucho tiempo invisible y percibido como un gesto doméstico.
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