Mil vuelos cancelados en Francia este viernes, segundo día de huelga de controladores aéreos.

El fin del año escolar en Francia este viernes supone un problema para los turistas que tenían previsto viajar en avión: mil vuelos seguían cancelados el viernes 4 de julio, sobre todo en los aeropuertos de París, en el segundo día de huelga de controladores aéreos.

"Debemos ser conscientes de que ayer y hoy, 272 personas en nuestro país afectarán el bienestar de más de 500.000 personas. Esto es inaceptable", declaró el ministro de Transporte, Philippe Tabarot, el viernes por la mañana en CNews.

Cientos de miles de personas en Francia y Europa ya se vieron afectadas el jueves por este movimiento social, desencadenado por dos sindicatos minoritarios que exigen mejores condiciones de trabajo y un aumento de la plantilla.

Lara, de 30 años, tenía previsto volar de París a Berlín con su pareja para visitar a unos amigos. "El vuelo estaba programado para el jueves por la noche, pero el miércoles nos informaron de que había sido cancelado. Habíamos conseguido otro billete gratis para el viernes por la noche, pero también lo cancelaron", declaró a la AFP.

"Tuvimos que comprar billetes de tren urgentemente. El resultado fue un sobrecoste de 100 euros y varias horas extra de viaje", explica.

Un millar de vuelos fueron cancelados el viernes, tanto con salida como con llegada a Francia, según la Dirección General de Aviación Civil, frente a los 933 del jueves.

«Una catástrofe», denunció Laurent Abitbol, ​​presidente del consejo de administración de las agencias de viajes Selectour, en France Inter el viernes. «Tengo muchos clientes varados en todo el mundo (...) Serán muchas pérdidas económicas para nuestros agentes», añadió.

El primer ministro François Bayrou calificó el jueves la huelga de "impactante" y acusó a los huelguistas de "tomar a los franceses como rehenes" el día en el que "todo el mundo se va de vacaciones".

"Un golpe de más"

Los efectos del movimiento se están sintiendo más allá de las fronteras nacionales: la principal asociación de aerolíneas europeas, Airlines for Europe (A4E), estima que 1.500 vuelos serían cancelados en toda Europa el jueves y el viernes, "afectando a casi 300.000 pasajeros" en el Viejo Continente.

"Esta huelga es intolerable. El control aéreo francés ya es responsable de algunos de los peores retrasos en Europa, y ahora las acciones de una minoría de controladores aéreos franceses perturbarán los planes de vacaciones de miles de personas en Francia y Europa", declaró Ourania Georgoutsakou, directora general de A4E.

Según la DGAC, la tasa de huelga se situó el jueves en el 26,2%, participando en el movimiento 272 controladores de un total de mil efectivos de servicio.

El segundo sindicato de controladores aéreos, Unsa-Icna (17% de los votos en las últimas elecciones profesionales), lanzó este movimiento para exigir mejores condiciones de trabajo y un mayor número de plantillas.

A él se sumó el tercer sindicato más importante de la profesión, la Usac-CGT (16%).

El jueves, los vuelos que seguían operando sufrieron retrasos significativos, especialmente en Niza y Marsella. A4E estimó que los retrasos acumulados en Europa el jueves ascendieron a "casi 500.000 minutos" en casi 33.000 vuelos comerciales, con muchos aviones utilizando el espacio aéreo francés sin necesariamente aterrizar en el país.

La aerolínea más grande de Europa, Ryanair, anunció el jueves que tuvo que cancelar 400 vuelos, lo que afectó a 70.000 pasajeros.

Su jefe, Michael O'Leary, que no es ajeno a las maniobras de alto perfil, denunció la situación como causada por "un pequeño número de controladores aéreos franceses que participan en huelgas recreativas" e instó a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, a reformar el control del tráfico aéreo en Europa o, en su defecto, a dimitir.

Air France confirmó que se vio "obligada a adaptar su programación de vuelos" , sin precisar el número de anulaciones, pero subrayó que todos los vuelos de larga distancia se "mantuvieron" el jueves y el viernes.

"Un golpe de más" en un contexto de "un problemático mal rendimiento global de la navegación aérea francesa, que penaliza en particular a las compañías establecidas en Francia", denunció este viernes la Federación Nacional de Aviación Civil.

"Gestión de tóxicos"

Una controvertida reforma está en marcha para establecer un control de tiempo para los controladores cuando toman posesión de sus funciones, tras un "grave incidente" en el aeropuerto de Burdeos a finales de 2022, cuando dos aviones casi colisionaron.

Una investigación atribuyó la culpa a una mala organización del trabajo de los señaleros, al margen del marco legal y sin respeto del turno de guardia.

Entre las quejas de la Unsa-Icna: "una falta de personal mantenida y responsable de retrasos durante buena parte del verano" , herramientas obsoletas y una "gestión tóxica, incompatible con los imperativos de serenidad y seguridad requeridos".

El principal sindicato de controladores aéreos, la SNCTA (60% de los votos), no convocó a la huelga.