Las perspectivas siguen siendo sombrías para los fabricantes de automóviles europeos

En 2019, la industria automotriz en su conjunto representaba aproximadamente 375.000 empleos industriales (fabricantes, fabricantes de equipos, proveedores). Desde entonces, se han perdido casi 40.000 empleos. Y según las proyecciones de un estudio encargado por el EDEC (Compromiso para el Empleo y el Desarrollo de Competencias, que reúne al gobierno, organizaciones profesionales de empleadores, sindicatos, etc.), la industria podría perder unos 75.000 empleos adicionales en los próximos diez años.
Esta pérdida se compensaría, en el mejor de los casos, con la creación de tan solo 19.000 empleos en sectores emergentes como las baterías o el hidrógeno. El resultado: una pérdida neta estimada de casi 56.000 empleos para 2035 en la industria automotriz.
Esto se explica por varios factores. En primer lugar, la disminución de las ventas de coches nuevos: se han registrado 5 millones menos de matriculaciones desde 2019. Al mismo tiempo, la producción de vehículos en Francia se ha reducido a más de la mitad en menos de veinte años.
Además, la creciente automatización y la transición a vehículos eléctricos desempeñan un papel fundamental. Un motor de combustión requiere alrededor de 2000 piezas, en comparación con solo unas 20 para un motor eléctrico. Se acabaron los rieles de combustible, los árboles de levas, los cárteres y los cambios de aceite: esto significa menos mantenimiento, menos reparaciones... y, por lo tanto, menos empleos.
Los talleres mecánicos, subcontratistas y fabricantes de repuestos se ven directamente afectados. Más del 13 % de los talleres de chapa y pintura ya registran un beneficio neto negativo, y casi uno de cada tres fabricantes de equipos se encuentra en una situación delicada.
Ni siquiera los empleados de gasolineras se salvan: Francia pierde una media de 100 gasolineras al año. Y más allá de estas pérdidas directas, cabe recordar que un puesto de trabajo industrial suele sustentar de dos a tres empleos adicionales en otros sectores.
Sin embargo, esto no significa que el sector vaya a dejar de contratar. Las necesidades de contratación seguirán siendo significativas debido a las jubilaciones y la movilidad intersectorial. El estudio estima que el número de puestos que se cubrirán cada año ronda los 6.200.
Además, la estructura laboral en la industria automotriz cambiará. Se prevé que la proporción de ingenieros y gerentes técnicos aumente, mientras que la de obreros seguirá disminuyendo, aunque a un ritmo más moderado que antes. Esto refleja una creciente demanda de habilidades técnicas más avanzadas. Los puestos administrativos, por su parte, tienden a disminuir.
Finalmente, la pirámide de edad en el sector representa un desafío importante. Para 2030, el 18% de la fuerza laboral actual habrá alcanzado la edad de jubilación; esta cifra aumentará al 29% para 2035. Esta evolución plantea un doble desafío: la renovación de competencias y la transformación de los perfiles dentro del sector.
RMC