Entre Delphine Ernotte-Cunci y France Télévisions, lo más difícil está por venir
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¿Y tres? La historia de la dirección de France Télévisions es lo suficientemente agitada como para poner de relieve una situación inédita: la probable reelección, para un tercer mandato , de Delphine Ernotte al frente del gigante de la radiodifusión pública francesa. A sus 58 años, solicitará de todos modos hoy a Arcom, la autoridad reguladora, el derecho a continuar durante cinco años más. La historia de la dirección de France Télévisions es lo suficientemente incestuosa con las cumbres políticas del Estado como para comprobar también que Delphine Ernotte y Emmanuel Macron no mantuvieron las vacas juntas. Así pues, si la actual directora de France Télés fuera reelegida –hay que reconocer que frente a una competencia de calidad, digamos, media–, lo debería, en primer lugar, a un historial más que meritorio, a pesar de las restricciones presupuestarias. Sin ningún orden en particular: digitalización exitosa de la empresa, fusión realizada sin demasiados problemas entre France 2 y France 3, feminización de los radiodifusores y de los altos ejecutivos, cobertura XXL de los Juegos Olímpicos. En este punto, los franceses están de acuerdo, ya que el 84% de ellos, según el Ifop, tienen una buena imagen de su televisión pública.
Aún quedan algunas sombras en el horizonte: la cadena France Info, que sigue teniendo dificultades para controlar sus audiencias, y la dura gestión de sus recursos humanos . Pero la verdadera sombra se cierne sobre el futuro y el proyecto de fusión que lidera Rachida Dati entre France Télés y Radio France. La semana pasada, en France Inter, el Ministro de Cultura tuvo dificultades para convencer a la gente de su relevancia. El caótico recorrido parlamentario del texto –aplazado, volvería finalmente a la agenda en junio– hace pensar que todavía hay un lobo político acechando en alguna parte. El hecho es que Delphine Ernotte querría dirigir este mega holding. Y hubiera metido el dedo en el lío de su ministro supervisor... ¿Pecado de soberbia? Si el proyecto sigue adelante, una cosa es segura: lo más difícil le espera, sin duda, a Delphine Ernotte.
Libération