Derechos de aduana: la Unión Europea quiere negociar con Estados Unidos este lunes, pero se impacienta con Trump

"Tengo la intención de volver a hablar con mis homólogos estadounidenses más tarde hoy", dijo el Comisario Europeo de Comercio, Maros Sefcovic.
La Unión Europea aún espera alcanzar un acuerdo con Estados Unidos tras las renovadas amenazas de Donald Trump de imponer aranceles del 30 % el 1 de agosto, pero la paciencia se agota, según declararon el lunes el negociador jefe de la UE y los ministros de Comercio europeos. "Tengo la intención de volver a hablar con mis homólogos estadounidenses hoy más tarde, porque no puedo imaginar dejar la situación como está sin un esfuerzo real", declaró el comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic. No obstante, añadió: "Debemos prepararnos para cualquier eventualidad, incluyendo, si es necesario, contramedidas proporcionadas y bien calibradas para restablecer el equilibrio en nuestra relación transatlántica".
La decisión del presidente estadounidense, anunciada en una carta publicada el sábado, ha generado un enfriamiento en las negociaciones comerciales entre Bruselas y Washington, que continúan antes de la fecha límite del 1 de agosto. "La incertidumbre actual causada por aranceles aduaneros injustificados no puede durar indefinidamente", enfatizó Maros Sefcovic. "Obviamente, la situación desde el sábado debe llevarnos a cambiar nuestro enfoque", añadió el ministro de Comercio Exterior francés, Laurent Saint-Martin, en Bruselas el lunes, antes de una reunión de ministros de la UE. Y no debe haber tabúes, insistió, incluyendo el anuncio de las primeras represalias el lunes. "Queremos un acuerdo, pero hay un viejo dicho que dice: 'Si quieres la paz, debes prepararte para la guerra'", declaró el ministro de Asuntos Exteriores danés, Lars Lokke Rasmussen, cuyo país ostenta actualmente la presidencia rotatoria de la UE.
Saltar el anuncioLa presidenta de la Comisión Europea, que negocia en nombre de los Estados miembros de la UE, Ursula von der Leyen, ha optado por una estrategia segura por el momento, bajo la presión, en particular, de países como Alemania, cuyas ventas a Estados Unidos representan la mayor parte de las exportaciones totales de la UE. El domingo anunció que la Unión Europea no tomaría represalias por el momento contra los aranceles estadounidenses al acero y al aluminio, con la esperanza de alcanzar un acuerdo menos doloroso. "Siempre hemos sido muy claros en nuestra preferencia por una solución negociada. Esto sigue siendo así y aprovecharemos el tiempo que tenemos hasta el 1 de agosto", declaró Ursula von der Leyen. Sin embargo, los diplomáticos enfatizaron que el lunes se presentaría a los ministros un paquete de medidas de represalia adicionales, medidas que podrían implementarse si Donald Trump opta por imponer aranceles del 30 % a las importaciones procedentes de la Unión Europea.
La UE ya amenazó en mayo con imponer aranceles a productos estadounidenses por valor de unos 100 000 millones de euros, incluyendo automóviles y aviones, si las negociaciones fracasaban, a pesar de que un diplomático sugirió que la lista final se había reducido a 72 000 millones de euros. Los países europeos intentan mantenerse unidos en este asunto, aunque sus economías no están igualmente expuestas a la ira arancelaria del presidente estadounidense. Emmanuel Macron instó el sábado a la Comisión Europea a "defender resueltamente los intereses europeos" y "acelerar la preparación de contramedidas creíbles".
El canciller alemán, Friedrich Merz, coincidió con el presidente francés el domingo, añadiendo que había hablado con él, Ursula von der Leyen y Donald Trump en los últimos días. Afirmó su deseo de participar activamente en la búsqueda de una solución. La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, advirtió el domingo contra la posibilidad de una "guerra comercial" en Occidente. "Europa tiene el poder económico y financiero para afirmar su posición y alcanzar un acuerdo justo y sensato. Italia hará su parte. Como siempre", declaró, mientras que su oposición la acusó de falta de firmeza al tratar con Washington. Desde su regreso a la presidencia de Estados Unidos en enero, Donald Trump ha impuesto aranceles fluctuantes y generalizados a sus aliados y competidores, lo que ha perturbado los mercados financieros y alimentado el temor a una desaceleración económica mundial.
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