Para su primer desfile de Balenciaga, Pierpaolo Piccioli sigue los pasos de Cristóbal

Cuando, durante la breve entrevista que concedió a un puñado de periodistas, pocas horas antes de su primer desfile para Balenciaga , le preguntaron a Pierpaolo Piccioli si se sentía estresado, respondió con una sonrisa: « Para nada, me siento como en casa aquí ». No se refería a la capilla Laennec, donde se ubicaban las oficinas de la casa (y las de Kering), sino a la casa de Cristóbal Balenciaga, por quien el italiano nunca ha ocultado su cariño y admiración. Hoy, le divierte: « En los archivos, incluso bordaron mis iniciales en los guantes blancos que uso constantemente. Admito que no oculto mi placer. Observar de cerca su trabajo y el de todos mis predecesores me fascina. También estoy en esta situación gracias a ellos. Es la historia completa de esta casa la que quiero apropiarme».

Habla extensamente sobre su meticuloso estudio de la técnica de Cristóbal y su talento para el corte y el movimiento: « Lo que me conmueve es su interés por poner el cuerpo en el centro de su enfoque de la ropa». Una inmersión en la herencia de Balenciaga que lo inspiró a usar algodón y lana con la misma técnica que el gazar, un tejido de alta costura inventado en 1958 para el maestro español. Este neogazar, como él lo llama, es el origen de las 53 siluetas para el verano de 2026.

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Piccioli inaugura esta prueba con su versión del inimitable vestido Sack de Cristóbal de 1957. Un vestido negro de tubo con espalda ovoide... combinado con unas gafas retrofuturistas que evocan la era Demna, al igual que el lugar del desfile, esta capilla, que acogió la retrospectiva de sus diez años al frente de las colecciones el otoño pasado. A medida que avanza el desfile, se detectan los diversos homenajes a los directores de arte que lo precedieron: el éxito de ventas City de Nicolas Ghesquière y sus gorras bomber que le confieren un porte altivo; el vestuario de estilo americano de Alexander Wang; la credibilidad urbana de Demna con sus bermudas vaqueras desteñidas y holgadas y otras chaquetas bomber cortas.

Fue durante esta rueda de prensa que uno de nuestros colegas le preguntó a Piccioli a qué mujer se dirigía, cuando Cristóbal vestía a la aristocracia, Ghesquière a la vanguardia y Demna a la calle. El diseñador evade la pregunta: « Balenciaga no es una marca cualquiera, es una auténtica casa de moda». Luego habla del valor de sus prendas, la autenticidad de su enfoque creativo y las redes sociales que popularizan esta cultura de la moda . Es solo una primera colección, pero nos preguntamos por el precioso prêt-à-porter de Balenciaga de esta misma noche, dado que el diseñador romano presentará alta costura el próximo enero. Continuará...