Dominar las emociones negativas reduce el dolor crónico

Los investigadores han evaluado con éxito un nuevo enfoque para reducir el dolor crónico, aquel que dura más de tres meses y no se puede superar. Su idea: reemplazar las emociones negativas por positivas.
¿Cómo podemos aliviar el dolor crónico, aquel que persiste durante más de tres meses, a menudo años, y que afecta entre el 20 y el 30% de la población? Investigadores australianos han propuesto un nuevo enfoque, basado en un programa que combina mindfulness, gestión de emociones y tolerancia a la angustia, que han evaluado en un ensayo clínico. Y los resultados, publicados el 6 de mayo en JAMA Network Open , demuestran la relevancia de esta estrategia.
“El dolor crónico es más que una experiencia sensorial; tiene una dimensión muy emocional”, dijo a New Scientist una de las investigadoras, Nell Norman-Nott, de la Universidad de Nueva Gales del Sur en Sídney. “ Además, en aproximadamente el 80% de las personas que viven con dolor crónico, los niveles de ansiedad y depresión son más altos ” que en la población general. Las emociones negativas asociadas con el dolor crónico incluyen la ira y la preocupación. También existe una dificultad en regular las emociones, es decir, dicho de forma sencilla, en poder calmar las emociones negativas reforzando las positivas.
Para romper el “ círculo vicioso ” del dolor que amplifica las emociones negativas, que empeoran el dolor, Nell Norman-Nott y sus colegas probaron una nueva estrategia en 89 voluntarios, en su mayoría mujeres, cuyo dolor había comenzado un promedio de 16 años antes. Se dividieron en dos grupos: la mitad asistió a sesiones grupales en línea con un terapeuta durante ocho semanas, mientras que la otra mitad continuó con su tratamiento habitual para el dolor.
Una semana después de finalizar el protocolo, “ hubo [en el primer grupo] mejoras notables en la desregulación emocional, la depresión, la ansiedad, los trastornos del sueño y el bienestar general”, informa Cosmos , un sitio australiano de noticias científicas. Seis meses después, los participantes todavía tenían un mejor control emocional “e informaron que su dolor era significativamente menor ”.
En 2021, el equipo de investigación observó que el dolor crónico provocaba cambios en el cerebro. “ Habíamos demostrado que el dolor provocaba una disminución de un neurotransmisor cerebral, el GABA, en la corteza prefrontal, […] la parte del cerebro encargada de gestionar y controlar las emociones”, recuerda Sylvia Gustin, quien dirigió el ensayo clínico.
Courrier International