Pfizergate: el largo Covid político de Ursula von der Leyen

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Pfizergate: el largo Covid político de Ursula von der Leyen

Pfizergate: el largo Covid político de Ursula von der Leyen

El Tribunal General de la Unión Europea se pronunciará el miércoles por la mañana sobre el escándalo “Pfizergate” que involucra a Ursula von der Leyen. En el punto álgido de la pandemia de Covid, el presidente de la Comisión Europea negoció contratos de vacunas por valor de miles de millones de dólares a través de mensajes de texto. El contenido de los mensajes aún no se conoce públicamente.

El presidente de la Comisión Europea está luchando contra una enfermedad que podría describirse como “Covid político prolongado”.

Cuatro años después de intercambiar mensajes de texto con el director del gigante farmacéutico Pfizer, el Tribunal General de la Unión Europea decidirá si esto violó las reglas de transparencia cuando von der Leyen se negó a hacer públicos los mensajes.

El New York Times presentó una demanda contra la Comisión Europea en 2023 tras negarse a revelar el contenido de los mensajes que von der Leyen había intercambiado con el director ejecutivo de Pfizer, Albert Bourla. El Times había publicado los mensajes en una entrevista con Bourla en 2021. En ese momento, ambos negociaban un contrato de 35.000 millones de euros para suministrar 900 millones de vacunas contra la COVID-19 con opción a otros 900 millones.

Durante mucho tiempo, la Comisión Europea no tuvo clara la existencia de los mensajes. Sin embargo, en noviembre del año pasado, un abogado de la Comisión, Paolo Stancanelli, admitió que se había producido un intercambio entre von der Leyen y Bourla a través de canales privados.

El tribunal podría ahora ordenar a la Comisión que revele el contenido de los mensajes.

Mensajes perdidos y jet lag

La Comisión considera que los mensajes de texto habrían sido archivados y conservados si hubieran contenido información importante directamente relacionada con las negociaciones del contrato.

Cuando se le preguntó si los mensajes todavía existen o han sido eliminados, la Comisión respondió que no podía responder a esta pregunta.

En su defensa, también cita la naturaleza transitoria de los mensajes de texto para explicar por qué no están sujetos a las normas de transparencia de la UE.

El reglamento interno de la Comisión estipula que solo se registran y posteriormente se archivan los mensajes con contenido sustancial. En particular, no se registran los mensajes de carácter fugaz, explicó un funcionario de la Comisión.

Un funcionario de la Comisión también atribuyó la práctica de comunicación en parte a la diferencia horaria de seis horas entre Nueva York, donde Bourla tiene su base, y Bruselas, lo que significaba que "tenían que establecer un horario para sus discusiones a través de mensajes de texto".

Queda por ver si estos argumentos, que la Corte escuchó en noviembre de 2024, convencerán a los jueces de la sinceridad de la Comisión.

El juez José Martín y Pérez de Nanclares consideró que la Comisión no había tomado medidas “adecuadas y diligentes” para justificar su negativa a publicar los mensajes. Su colega Paul Nihoul calificó el asunto de “relativamente confuso”.

Intercambio de golpes en público

Ante la inminente sentencia, varias ONG y eurodiputados ya han tomado posición.

"Esta información debería haberse hecho pública hace mucho tiempo. Cuando las decisiones afectan la salud de millones de personas, el secretismo no puede ser una prioridad", afirmó Shari Hinds, responsable de integridad política de Transparencia Internacional.

“En general –y esto es crucial– los acuerdos públicos importantes no deberían realizarse a través de mensajes privados, sino a través de procedimientos formales que garanticen la rendición de cuentas democrática”, añadió.

Varios grupos políticos del Parlamento Europeo, incluidos los socialdemócratas, los Verdes y algunos liberales, también pidieron a la Comisión que publicara la noticia cuando se conociera el caso.

La transparencia no es un lujo, sino una obligación democrática. Cuando la Comisión Europea, bajo el liderazgo de Ursula von der Leyen, se niega a publicar mensajes de texto o censura en gran medida los contratos de vacunas, envía un mensaje peligroso: que los secretos corporativos pueden anteponerse al interés público, declaró la eurodiputada verde Tilly Metz.

Von der Leyen está acostumbrada a recibir intensas críticas tanto de los eurodiputados como de las ONG, pero hasta ahora éstas han tenido poco impacto en su posición al frente de la Comisión. Incluso con un veredicto en su contra el miércoles, es probable que vuelva a desestimar las acusaciones.

¿Un regalo para la extrema derecha?

La decisión podría ser un golpe de suerte para los partidos populistas de derecha en Europa, que utilizan regularmente los escándalos de Bruselas en sus campañas electorales nacionales.

"Es innegable que los años de negativa de la Comisión a publicar esta noticia lamentablemente han dado espacio a voces críticas para utilizar este asunto en su beneficio", dijo Hinds de Transparancy International.

“Independientemente del resultado, la extrema derecha, por supuesto, utilizará esta decisión para sus propios intereses”, afirmó una fuente del grupo del Partido Verde.

La sentencia, contra la cual la Comisión puede apelar, sigue a sentencias en otros dos casos relativos al acceso a documentos presentados por ONG.

En diciembre pasado, la Comisión modificó silenciosamente sus prácticas internas sobre el acceso a los documentos, excluyendo ciertas categorías de documentos, como los mensajes instantáneos, del archivo por defecto.

(om)

euractiv

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