Las olas de calor no afectan solo a los mayores: ya se han cobrado más de 1.950 vidas en dos meses
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Las olas de calor han dejado desde el 1 de junio 1.962 personas fallecidas en España, por el momento. El sistema MoMo del Instituto de Salud Carlos III atribuía un total de 1.180 fallecimientos a las olas de calor en el periodo comprendido entre el 16 de mayo y el 13 de julio de 2025, una cifra que representa un aumento de más del 1.300% respecto al mismo periodo de 2024, en el que se registraron 114 muertes.
Según el análisis del MoMo, el 95,08% de las personas fallecidas tenía más de 65 años. Además, del total, el 59,24% eran mujeres. Pese a estos datos, hace unos días, se conocía la muerte de un joven de 22 años en Jaén y la hospitalización de otro de 25 tras sufrir un golpe de calor mientras viajaba en el metro de Madrid.
La realidad es que las visitas a urgencias por golpes de calor en atención primaria y hospitalaria son "una constante" durante los meses de verano. “La impresión es que con episodios de calor cada vez más extremos, hay mayor riesgo para toda la población, incluidos los jóvenes”, explican a este periódico Alberto Kramer R., coordinador del Grupo de Trabajo de Urgencias en la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) y su compañera en el grupo, la doctora Paula Samper.
Agregan que la identificación de los signos y síntomas puede ser compleja: “Muchas veces los motivos de consulta enmascaran un agotamiento por calor, que es el paso previo al golpe, y consiste en la pérdida excesiva de minerales y deshidratación”.
Igualmente, mencionan los principales motivos de consulta: “Mareo leve, debilidad, fatiga, dolor de cabeza, visión borrosa, dolores musculares, náuseas o vómitos con temperatura corporal por debajo de los 40ºC”. Sin embargo, si se complica la situación, se pueden tornar más graves: “Fallo multiorgánico, confusión, desorientación, convulsión e incluso el coma”.
Otro de los aspectos en el que inciden los doctores es la diferenciación entre los tipos de golpes de calor. “El clásico afecta a bebés y ancianos y el que guarda relación con el ejercicio vigoroso o la exposición intensa al sol en las horas centrales del día por motivos laborales”, exponen.
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Añaden que personas con enfermedades respiratorias, renales y cardiovasculares son los más comunes en los servicios de urgencias. “El golpe de calor es una emergencia médica real y requiere actuación inmediata, tanto por parte de testigos como de los servicios sanitarios in situ”, declaran.
Por eso, Samper enumera los pasos a seguir ante un caso: “Llamar al 112 y trasladar a la persona a un lugar fresco, ventilado y sombreado. Si es posible, acostarla bocarriba con las piernas algo elevadas para favorecer la circulación y aflojar su ropa para facilitar la pérdida de calor”. Después, comenta que habrá que enfriar al paciente con medios físicos “lo más rápido posible”: “Aplicar compresas frías o bolsas de hielo envueltas en tela en zonas como cuello, axilas e ingles y rociar agua pulverizada asociada a ventilación”.
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El siguiente paso será la hidratación, en caso de que la persona esté consciente y pueda tragar, mientras llegan los profesionales. “No hay que administrar medicamentos antipiréticos [los que actúan disminuyendo la temperatura corporal], ya que en los golpes de calor el problema es la termorregulación y estos fármacos no ayudan a bajar la temperatura central, puede ser contraproducente”, continúa.
Por su parte, Kramer recuerda que, cuando llega el equipo de emergencias médicas, continuará con “medidas avanzadas de enfriamiento y soporte”. “En urgencias del hospital se monitoriza la temperatura continuamente y se pueden administrar sueros fríos por vía intravenosa, oxígeno y medicación para estabilizar posibles complicaciones, como convulsiones o hipotensión”, asegura.
"Hidratación, protección térmica y vigilancia de síntomas de alarma son las recomendaciones"
Destaca también que si el cuadro es muy grave, el paciente podría requerir ingreso en UCI para soporte multiorgánico: “El objetivo principal es siempre lograr que la temperatura corporal descienda por debajo de 38°C en la primera hora de tratamiento, ya que esto mejora el pronóstico y reduce el daño neurológico y orgánico”.
Por último, los facultativos detallan las medidas que se pueden tomar para prevenir los golpes de calor: “Desde el punto de vista médico, las recomendaciones se agrupan en tres grandes pilares: hidratación, protección térmica y vigilancia de síntomas de alarma”.
“Con síntomas principales nos referimos a sed intensa y sequedad bucal, temperatura corporal elevada, superior a 39ºC, sudoración excesiva o piel seca, sensación de agotamiento extremo o mareos, irritabilidad, cansancio o debilidad muscular. Esto da lugar a una urgencia médica y hay que consultar”, concluyen.
El Confidencial