Conversemos sobre la soledad no deseada

A finales del año pasado, se estrenó en Netflix, la serie A man on the inside, o El hombre infiltrado, protagonizada por el gran actor Ted Danson (Cheers y CSI). En capítulos de media hora, la serie cuenta la historia de un ejecutivo pensionado del sector de la tecnología que acaba de enviudar.
En su búsqueda por encontrar un nuevo oficio y, especialmente, algo de compañía, responde a un aviso de prensa donde un bufete de abogados está reclutando a una persona para que se infiltre en un ancianato y les ayude a develar quien es el autor del robo de un valioso collar. La serie de se basa en el documental chileno ‘El agente topo’ que contaba un caso tomado de la realidad, pero la verdad es que ambas producciones, más que una historia policiaca o de espías, lo que muestran es la realidad de un segmento poblacional en acelerado crecimiento en todo el mundo: el de las personas mayores de 60 años. Esto quiere decir que el mundo, se está envejeciendo y por supuesto Colombia no es la excepción.
Según la ONU, aproximadamente el 14 por ciento de la población global es mayor de 60 años y se estima que esta cifra alcanzará el 16,5 por ciento en 2030 y superará el 21 por ciento en 2050. Solo entre 2020 y 2025, esta población crecerá a una tasa anual del 3 por ciento, es decir, el doble de lo que crecerá la población general.
Uno de los mayores retos asociados al envejecimiento es precisamente la soledad no deseada, un término que, aunque pueda parecer obvio, tiene implicaciones serias para la salud mental y física. El 62 por ciento de los casos de depresión y el 29 por ciento de los casos de ansiedad en adultos mayores de 60 años se deben a la soledad no deseada.
Esto se debe a dos fenómenos que avanzan en contravía, por un lado, el aumento en la esperanza de vida y el otro, la caída de las tasas de natalidad. Esto genera unos enormes retos en materia de política pública, salud, pensiones y cuidado, pero también abre la puerta a nuevas oportunidades para desarrollar una economía muy prometedora, que los expertos llaman “plateada”.
Colombia por supuesto no es la excepción. Actualmente, 9 millones de personas en Colombia son mayores de 60 años, lo que representa aproximadamente el 14 por ciento de la población. Se estima que esta cifra crecerá significativamente para el año 2050. A pesar de eso, el país no ha logrado ponerse al día en políticas públicas y servicios de atención para esta población. Es en ese marco que nace la iniciativa ‘Palabras Pendientes’.

La cabina de Conversaciones pendientes está en el Centro Comercial La Colina Foto:Instituto de la conversacion
En medio de la complejidad que tiene la ‘economía plateda’, esta propuesta del Instituto de la Conversación (Icon) en alianza con la Fundación Sesana, la empresa Fixit, con el apoyo del centro Comercial Parque La Colina, aborda lo que de manera poética pero también dolorosa denominan ‘la soledad no deseada’.
La génesis de este proyecto tiene que ver con un servicio que presta la compañía Fixit a esta población para ayudarles cuando se descomponen los electrodomésticos, televisor, nevera, computador, etc. Ese no es un problema menor, porque hace veinte o treinta años los televisores solo tenía dos botones, uno para los canales y otro para el volumen y hoy tienen centenares de menus desplegables que ni siquiera los nativos digitales comprenden en su totalidad, muchos menos los de la generación X y las anteriores. Resulta, que los técnicos encargados de cumplir esta misión comenzaron a reportar que, con frecuencia cuando llegaban a las casas o apartamentos de adultos mayores que habían solicitado el servicio, se encontraban con que todos los aparatos estaban perfectos. Algunos escribían en sus informes que la visita básicamente había consistido en una conversación alrededor de un tinto con los clientes. Esta situación alertó a la empresa y encontraron que la verdadera necesidad, lo que había que reparar, era otra cosa llamada: soledad.
De acuerdo con Ángela Suárez, presidenta del Instituto: "uno de los mayores retos asociados al envejecimiento es precisamente la soledad no deseada, un término que, aunque pueda parecer obvio, tiene implicaciones serias para la salud mental y física. El 62 por ciento de los casos de depresión y el 29 por ciento de los casos de ansiedad en adultos mayores de 60 años se deben a la soledad no deseada". Además, las personas que la sufren son un 29 por ciento más propensas a sufrir infartos y un 40 por ciento más propensas a sufrir accidentes cardiovasculares, convirtiéndose en un problema de salud pública.
El Instituto de la Conversación (ICon) es una fundación empresarial con 13 años de trayectoria, que se ha dedicado a propiciar conversaciones respetuosas y a utilizar formatos innovadores para abordar temas de impacto social. El Instituto venía trabajando en una línea de conversaciones para adultos mayores de 80 años, grabadas en una sala especial, con el objetivo de crear un legado y preservar la voz de las personas.
Con esta experiencia, Fixit, la Fundación Sesana (que trabaja en longevidad) y Parque La Colina se unieron ICon para desarrollar el proyecto ‘Palabras pendientes’, mediante el cual se genera un espacio en el cual las personas mayores, ya no solo de 80 años para arriba, pueden sostener conversaciones con otras personas, principalmente familiares y amigos. Inicialmente este ejercicio se hacía en la sede del Instituto, ubicada en el Bosque Izquierdo, pero la logística que esto planteaba obligó a sus creadores a salirse de la caja, o mejor del estudio, y llevarlo a otra parte.
Ahora, la cabina se volvió nómade y su primera estación es el Centro Comercial La Colina. La cabina ofrece conversaciones guiadas por preguntas sobre el amor, el propósito, la familia, el legado y los sueños. Inicialmente, la idea era que interactuaran personas mayores con sus seres queridos (abuelos con nietos, hijos con padres). Pero rápidamente se abrió a otras poblaciones, pues aquello de las palabras pendientes es algo que todos los seres humanos tenemos guardado en algún rincón del alma, como dice la canción.

El resultado de la conversación se graba en video y se le envía a los participantes Foto:Instituto de la conversacion
Dentro de la cabina, se fomenta la reflexión sobre las cifras de la soledad no deseada, sensibilizando a los participantes. Al finalizar, se les envía un enlace por WhatsApp con su conversación y se les invita a compartirla en sus redes sociales para unirse a la campaña contra la soledad no deseada.
De acuerdo con la presidenta de ICon, este ejercicio ha permitido varias observaciones interesantes, por ejemplo, los adolescentes, tienen preguntas específicas para sus mayores de 60 años, como: “¿Quién es la persona más importante para ti en tu vida que tiene más de sesenta años?” o también por parte de los mayores hacia los jóvenes "¿Crees que tu abuela se ha sentido sola en el último año?".
Aunque ha habido desafíos, como la reticencia de algunas personas a entrar en la cabina por miedo a que les vendan algo o a la vulnerabilidad, la respuesta ha sido positiva. El ejercicio de retroalimentación al final de la experiencia es que el 80 por ciento de los participantes salen contentos, y un alto porcentaje incluso llorando, expresando gratitud por la conversación.
La experiencia interna funciona como un juego de cartas. En la cabina hay siempre un orientador que tiene unas fichas azules y amarillas, donde están las preguntas que posibilitan la conversación. Al final las personas reciben en su correo electrónico o en el whatsapp, el link con el video de su conversación.
Son muchos los testimonios y reflexiones que salen de estas conversaciones y que muestran el valor de la experiencia por parte de los mayores, por ejemplo, Elba León, una mujer pensionada, dio cuenta en pocas palabras lo que considera la felicidad: “Es estar agradecido y tener salud”. Es decir, cosas sencillas. A la pregunta sobre si se siente mejor preparada que cuanto tenía 30 años responde: “Si, cuando uno está joven como que cierra los caminos, pero cuando está mayor ve más aristas para solucionar las cosas”.
Otro testimonio es el de Myrian Saenz Castro, de 72 años, una mujer que se muestra cómoda y vital. Dice que por ejemplo disfruta las ventajas que le da tener el pelo cano o plateado: “en el Transmilenio ven mi cabello y me dan prioridad”. Cuando le preguntan que momento de su vida quisiera revivir responden sin dudar: “De los 8 a los 23 años, cuando viví en Venezuela, en ese tiempo todo era prosperidad y abundancia en esa país, todo era fácil en esa época. Y entre los recuerdos lindos de su infancia trae a la memoria una realidad que todavía viven muchos niños en el país: “Mi primer año de estudio, tenía que caminar una hora para llegar a la escuela, yo vivía en Boyacá en una vereda”.
Pero como las conversaciones no solo son de personas mayores, también los jóvenes tienen mucho que decirles a sus abuelos como Fernanda Vargas, que le confiesa a su abuela que uno de sus recuerdos más entrañables de la juventud era: “cuando mi abuelito tenía el colectivo y jugábamos a que yo era vendedora de bus o cuando todavía estaba la montañita e íbamos a elevar cometa, extraño mucho esos planes”

También pueden ingresar a la cabina personas solas. Foto:Instituto de la conversacion
Son muchas las tareas, “pendientes” que deja este cambio generacional para Colombia y para Bogotá. En los años ochenta los economistas decían que una de las fortalezas del país frente a naciones prósperas como el Japón, era el promedio de edad. Pero por diversas razones, que pueden ir desde la política pública hasta un cambio cultural, la tasa de fertilidad ha ido bajando. Hoy por hoy Bogotá y Tokio presentan cifras similares: 0,89 y 0,99 hijos por mujer, respectivamente, ambas muy por debajo del nivel de reemplazo poblacional de 2,1. Sin embargo, la evolución ha sido distinta. En Tokio, la baja natalidad es el resultado de un proceso gradual de décadas. En contraste, en Bogotá, la caída ha sido vertiginosa; la tasa de natalidad que entre 1993 y 2005 era del 15,6 por ciento, y pasó a ser 10,2 por ciento entre 2005 y 2018.
Por ahora, ‘Palabras Pendientes’ estará en Parque La Colina hasta el 15 de julio, con posibilidades de extensión debido a su éxito. Ya se están explorando nuevas ubicaciones como el aeropuerto, la Fundación Santa Fe y el Banco Popular, organizaciones que han invertido en temas de economía plateada.
"Palabras Pendientes" demuestra que, a pesar de la creciente dependencia de la tecnología y la pérdida de la conversación cara a cara, un formato simple y humano puede generar un impacto profundo, conectando a las personas y enriqueciendo la historia colectiva.
Andrés Zambrano Díaz - Redacción impreso
eltiempo