UE: Crecimiento estable, inflación a la baja; persisten riesgos

Comisión Europea proyecta crecimiento del PIB del 0.9% en Eurozona para 2025 e inflación del 2.1%, pero tensiones comerciales y débil inversión son amenazas. Entérate.
La Comisión Europea, en sus Previsiones Económicas de Primavera publicadas el 29 de mayo de 2025, proyecta un crecimiento moderado para la Unión Europea y la Eurozona en 2025, con una inflación que continuará su senda descendente. Sin embargo, persisten riesgos significativos derivados de las tensiones comerciales globales y una inversión empresarial aún tímida.
La economía europea navega un entorno complejo, caracterizado por una desinflación más rápida de lo anticipado y un mercado laboral robusto, pero con un crecimiento económico que se mantiene moderado y una inversión empresarial que no termina de despegar. Las Previsiones Económicas de Primavera de la Comisión Europea, publicadas este 29 de mayo de 2025, ofrecen una visión detallada de las perspectivas para 2025 y 2026, subrayando tanto los avances como las vulnerabilidades persistentes.
Para 2025, la Comisión proyecta un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) real del 1.1% en la Unión Europea (UE) y del 0.9% en la eurozona. Estas cifras son, en líneas generales, similares a las registradas en 2024, lo que indica una continuación de la expansión a un ritmo contenido. Se anticipa una ligera aceleración para 2026, con un crecimiento esperado del 1.5% en la UE y del 1.4% en la eurozona. Este repunte estaría impulsado principalmente por la fortaleza del consumo privado y una recuperación gradual de la inversión.
En el frente de la inflación, las noticias son más alentadoras. Se espera que el proceso de desinflación continúe a un ritmo más acelerado de lo previsto en otoño. Para la eurozona, tras un promedio del 2.4% en 2024, se prevé que la inflación general (medida por el Índice de Precios de Consumo Armonizado – IPCA) alcance el objetivo del Banco Central Europeo (BCE) del 2% a mediados de 2025, antes de lo anticipado. Para el conjunto de 2025, la inflación en la eurozona se situaría en el 2.1%, descendiendo al 1.7% en 2026. En la UE en su conjunto, partiendo de un nivel ligeramente superior en 2024 (2.6%), la inflación también se moderaría, alcanzando el 2.3% en 2025 y el 1.9% en 2026. Entre los factores que contribuyen a esta tendencia desinflacionaria se encuentran los precios más bajos de las materias primas energéticas.
El mercado laboral europeo sigue mostrando una notable resiliencia. La Comisión Europea prevé que la tasa de desempleo en la UE descienda a un nuevo mínimo histórico del 5.7% en 2026 (6.1% en la eurozona para el mismo año). Esta fortaleza del mercado laboral, combinada con mejoras en la productividad, impulsará un mayor crecimiento salarial. Se estima que la remuneración nominal por empleado en la UE aumente un 3.9% en 2025 y un 3.0% en 2026. De manera agregada, se espera que este año los salarios reales en la UE recuperen completamente el poder adquisitivo perdido desde mediados de 2021, aunque esta recuperación podría ser más lenta en algunos Estados miembros.
A pesar de la esperada expansión, la recuperación de la inversión (formación bruta de capital fijo – FBCF) se proyecta como «significativamente menos pronunciada» de lo anticipado anteriormente. Se espera un crecimiento de la FBCF del 1.5% en 2025 y del 2.4% en 2026. Esta timidez inversora se atribuye a varios factores, incluyendo una deprimida utilización de la capacidad instalada, que reduce las necesidades de nueva inversión, y una elevada incertidumbre que incrementa el valor de posponer decisiones de inversión. Además, a pesar de la actual relajación de la política monetaria, la respuesta adversa y volátil de los mercados a las tensiones comerciales está afectando negativamente las condiciones de financiación.
Por su parte, se prevé que el consumo privado real crezca un 1.5% este año, con una aceleración esperada en 2026. La tasa de ahorro de los hogares, que se situó en el 14.8% en 2024, disminuirá de forma más gradual de lo pensado anteriormente, hasta alcanzar el 14.2% en 2026.
«Aunque los anuncios de acuerdos comerciales entre Estados Unidos y algunos de sus socios apuntan a una relajación de las tensiones comerciales, persiste la preocupación de que estas tensiones puedan escalar a una guerra comercial con el potencial de impactos adversos significativos en el crecimiento global, la inflación y los precios de los activos.» – Banco Central Europeo, Informe de Estabilidad Financiera (contexto relevante).
Las previsiones de la Comisión no están exentas de riesgos, siendo las tensiones comerciales globales una de las principales fuentes de preocupación. Tanto el BCE como la propia Comisión Europea han señalado que un recrudecimiento de estas tensiones, especialmente con Estados Unidos y China, podría tener consecuencias negativas para el crecimiento mundial, la inflación y los mercados financieros. Las empresas de la UE ya están adaptando sus estrategias comerciales en respuesta a la fragmentación geopolítica, pero muchas dudan en asumir los elevados costes fijos necesarios para penetrar en nuevos mercados de exportación, como los relacionados con la adaptación de productos, el cumplimiento normativo y la búsqueda de nuevas redes de distribución. Los aranceles impuestos por Estados Unidos, por ejemplo, ya están teniendo un impacto tangible en las empresas europeas y en los precios al consumidor.
Otro riesgo emergente con potencial sistémico es la vulnerabilidad climática, particularmente en el sector agrícola. Un estudio reciente del Banco Europeo de Inversiones (BEI) y la Comisión Europea destaca que los fenómenos meteorológicos extremos ya ocasionan pérdidas anuales promedio de 28 mil millones de euros en la agricultura de la UE, lo que equivale a cerca del 6% de la producción agrícola y ganadera. El informe advierte que el cambio climático podría restringir el acceso de los agricultores a la financiación, ya que los bancos podrían volverse más reacios a asumir riesgos. Para mitigar estos impactos, se recomiendan nuevos instrumentos financieros, como los bonos catastróficos y los acuerdos de reaseguro público-privados, aunque su implementación podría enfrentar obstáculos debido a las normativas de la UE sobre subsidios públicos y competencia.
Esta compleja interacción de factores –una inflación controlada y un mercado laboral fuerte frente a un crecimiento anémico, una inversión cautelosa y crecientes riesgos externos– configura un panorama donde la economía europea, si bien estable, podría estar entrando en una fase de expansión limitada, haciéndola particularmente sensible a shocks geopolíticos y climáticos. La capacidad de la UE para fomentar la inversión interna y navegar el cambiante orden comercial global será crucial para su desempeño económico en los próximos años.
Tabla: Previsiones Económicas Clave de la UE para 2025-2026 (Primavera 2025)
| Indicador | UE 2025 (%) | Eurozona 2025 (%) | UE 2026 (%) | Eurozona 2026 (%) | Tendencia/Observación Clave |
|—|—|—|—|—|—|
| Crecimiento del PIB Real | 1.1 | 0.9 | 1.5 | 1.4 | Crecimiento moderado, ligera aceleración en 2026. |
| Inflación General (IPCA) | 2.3 | 2.1 | 1.9 | 1.7 | Desinflación más rápida de lo previsto; objetivo BCE a mediados de 2025. |
| Tasa de Desempleo | 5.9 | 6.3 | 5.7 | 6.1 | Descenso a nuevos mínimos históricos. |
| Crecimiento de la Inversión (FBCF) | 1.5 | 1.5 (estimado) | 2.4 | 2.4 (estimado) | Recuperación menos pronunciada de lo esperado. |
| Crecimiento Consumo Privado Real | 1.5 | 1.5 (estimado) | N/A | N/A | Fortaleciéndose en 2026. |
| Crecimiento Salarial Nominal | 3.9 | 3.9 (estimado) | 3.0 | 3.0 (estimado) | Impulsado por mercados laborales ajustados y productividad. |
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La Verdad Yucatán