Hoy también saldrá el sol

Por mucho que se advierta y se vaticine que es una amenaza para la humanidad, y no será aquí donde se diga lo contrario o al revés, hay cosas que la inteligencia artificial, la IA, jamás podrá alcanzar con el nivel de perfección de eso que se llaman las emociones humanas.
Este sábado por la tarde, paseando por el norte de Central Park, dos hombres jóvenes, en la treintena o menos, hablaban apasionadamente sobre el partido de los playoffs de la NBA que el equipo local de baloncesto, los Knicks, acababan de perder frente a los Celtics de Boston, en el Madison Square Garden, su casa.
Decir apasionadamente, y esto es algo que está más allá de la IA, supone incluso amortiguar una cierta agresividad en su lenguaje de la frustración. En especial, uno despellejó a varios jugadores. Si hubiese sido un experto en vudú, de esos que clavan agujas en el muñeco y la persona aludida se retuerce, según las leyendas y el cine, el pobre OG Anunoby hoy estaría en las páginas de sucesos.
Lee tambiénPronto se olvidaron que este mismo Anunoby tuvo un papel destacado en los dos encuentros previos de esta serie que los Knicks ganaron en Boston, sorprendiendo en las apuestas no solo por poner un 0-2 en la disputa contra los actuales campeones (y mejor equipo que los neoyorquinos durante la liga), sino porque en ambos fueron capaces de remontar marcadores adversos de más 20 puntos.
A la tercera no pudo ser y otra vez una ventaja de más de 20 puntos resultó una losa demasiado pesada.
Pero el sol salió este domingo en Nueva York y muchos ciudadanos van con ramos de flores para regalárselos a sus madres en su día.
La IA, por ahora al menos, tampoco puede controlar estos fenómenos meteorológicos y el sol también salió el pasado miércoles, después de que el Barça quedara eliminado de la Champions. Fue llamativo porque salió en el sentido metafórico y en el real, en medio de unos días grises y lluviosos.
Por cierto, los grandes medios de la ciudad, del The Wall Street Journal al The New York Times , hicieron una exaltación de ese duelo de los blaugrana con el Inter de Milán. Lo describieron como “un thriller de época” y sostenían que era el mejor espectáculo jamás visto en unas semifinales. Ensalzaban sobre todo la valentía el Barça, equipo en el que está demostrado que jugar de defensa supone ejercer una profesión de alto riesgo, pero ganaron los italianos. Fue una jornada perfecta para ser un aficionado neutral y no un seguidor culé.
Por cierto, le guste o no a la IA, este lunes también saldrá el sol, tanto para los blaugrana como para los merengues.
lavanguardia