Fin al culebrón Martín-Aprilia: por qué para un viaje así no hacía falta tanta alforja
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Había mucha expectación por conocer las explicaciones de Jorge Martín en el circuito de Brno, con motivo de su regreso a la competición. Por supuesto, era importante saber cómo se encontraba físicamente tras sus terroríficas lesiones, pero la verdadera curiosidad apuntaba en otra dirección. El radical giro de 180 grados —de dar por hecha su salida de Aprilia para 2026 a confirmar su continuidad con la casa de Noale—, requería explicaciones claras y convincentes.
Jorge se mostró sincero y directo, pero tal vez sus asesores no prepararon la comparecencia de la mejor manera. Si la prioridad del piloto madrileño era recomponer puentes con Aprilia y mejorar su imagen, lo cierto es que hubo declaraciones que podría haber formulado de otra manera. No se trata de faltar a la verdad, sino de evitar contradicciones innecesarias. Si en una misma intervención pasas de decir que estás contento de seguir en Aprilia a afirmar que querías otro futuro porque "era lo mejor para ti", el mensaje pierde consistencia.
Fue acertado que Jorge reconociera en la rueda de prensa que "las relaciones con los equipos son como una montaña rusa y no tiene sentido decir que no ha ocurrido nada. Sí, hubo una gran pelea con Aprilia. Pero ahora es momento de empezar a construir juntos". Sin embargo, lo que resulta más difícil de entender es que acto seguido asegurara que no tiene nada de lo que arrepentirse ni que deba pedir perdón por nada. A veces, un simple "todos hemos cometido errores" transmite más madurez y ayuda a rebajar tensiones. Incluso si existen resquemores legítimos por la forma de actuar de Aprilia, la forma de comunicarlos importa.
Según sus propias palabras, la principal razón que llevó a Martín a reconsiderar su salida fue el temor a enfrentarse a un proceso judicial de incierto resultado. Como él mismo apuntó, regresar a la competición tras una grave lesión sin tener la mente despejada no es la mejor forma de competir.
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Es evidente que Aprilia jugó duro en el terreno legal. La marca italiana sabía que el tiempo jugaba a su favor y contaba, además, con el apoyo implícito de Carmelo Ezpeleta, el gran jefe de la competición.
El factor contractualSin una resolución contractual aceptada por ambas partes, no existía posibilidad alguna de que Jorge Martín pudiera correr en 2026 con Honda, como parecía ser su intención. El mensaje de Carmelo Ezpeleta fue tan claro como comprensible: sin seguridad jurídica, resulta inviable atraer inversión por parte de marcas y patrocinadores. En ese contexto, un campeonato sin reglas claras pierde credibilidad ante los actores económicos que lo sostienen.
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Esta fea historia debería servir como precedente para la creación de un sistema similar al Contract Recognition Board (CRB) que funciona con éxito en la Fórmula 1. Un organismo que, precisamente, evita este tipo de procesos judiciales farragosos y desgastantes.
Una postura perfectamente legítima por parte del piloto de San Sebastián de los Reyes. Pero eso mismo hizo Aprilia: luchar con todo por retener a Jorge, convencida de que su continuidad era clave para los éxitos futuros del proyecto. Ese fue, en realidad, el gran error de cálculo de Martín y su representante, Albert Valera. Con cláusula válida o sin ella, era lógico pensar que Max Rivola, jefe del equipo italiano, no iba a aceptar sin más la marcha de uno de sus principales activos.
Sin embargo, Martín tendrá en esta ocasión la fortuna de tener a un jefe como Rivola. Un directivo que, si bien pelea con firmeza por los intereses del equipo, también es el jefe de equipo que mejor comprende la psicología de los pilotos. Para algunos, esa empatía puede interpretarse como una debilidad. Para otros, es una ventaja competitiva. La realidad es que su mano izquierda en la gestión ha cosechado excelentes resultados a lo largo de su carrera tanto en el automovilismo como en el motociclismo.
Durante su etapa como director deportivo de Ferrari, Rivola mantuvo varios enfrentamientos internos, ya que algunos le criticaban por ser “demasiado amigo” de Fernando Alonso. Lo que muchos no entendían es que el clásico enfoque de "palo y tentetieso" no funciona con todos los pilotos, y desde luego no con un deportista como Alonso. El asturiano es un competidor de una intensidad fuera de lo común, y a cambio de esa entrega, no acepta otra cosa que no sea un compromiso incondicional por parte del equipo.
Jorge Martín señala a Massimo Rivola como el gran artífice de su continuidad en Aprilia 🙌
— DAZN España (@DAZN_ES) July 17, 2025
Es muy posible que durante sus años en Ferrari viéramos al mejor Fernando Alonso de la historia, y no hay duda de que Max Rivola puso su granito de arena para que el asturiano desplegara entonces lo mejor de su repertorio. Esa palmada a tiempo en el hombro, o ese morderse la lengua hasta que las aguas se calman, le han dado buen resultado hasta la fecha.
Sin ir más lejos, el mejor Aleix Espargaró que hemos visto lo tuvimos en su etapa en Aprilia, ya en el ocaso de su carrera. Nada de eso es casual. El propio Espargaró protagonizó momentos muy criticables durante su tiempo en la marca italiana, pero no existe registro alguno de reproche público por parte de Rivola. El actual jefe de Aprilia entiende muy bien que la adrenalina juega malas pasadas, y que por muy reprobable que sea la actitud de un piloto, hay que saber cómo y cuándo reconducirla.
Es probable que el ego le pidiera ajustar cuentas con Jorge Martín y su representante, Albert Valera, por todo lo acontecido en estos últimos dos meses. Pero podemos dar por hecho que no será así.
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Más allá del apoyo silencioso de Rivola, lo que probablemente más ayude a Jorge en este episodio sea el mensaje que le envió Marc Márquez durante su recuperación y en plena tensión con Aprilia. "Nunca tomes decisiones en mitad de una lesión". Además de ser un consejo sabio de MM93, también funciona como una forma elegante de exculpar a Martín por muchas de las decisiones erráticas que ha tomado en los últimos tiempos. Como él mismo reconoció, la muerte revoloteó muy cerca.
Solo quienes han pasado por una situación donde ni siquiera sabes si podrás volver a competir, pueden comprender los miedos, las dudas y los errores de Jorge durante su calvario de recuperación. La Aprilia va cada vez mejor; la recuperación del madrileño es hoy mucho más sólida que aquel precipitado regreso en Qatar, en la cuarta carrera del campeonato. Y los italianos, como bien sabe cualquiera que haya trabajado con ellos, pasan del enfado al cariño con rapidez, si hay resultados que les devuelvan la fe.
Esa es la base sobre la que Martín debe construir su redención y dejar atrás la pesadilla. Es cierto que para todo este viaje que organizó Albert Valera, su mánager, no hacía falta tanta alforja. Ha habido imprudencia, y sobre todo, un mal manejo de los tiempos y de la comunicación. Pero ya es hora de mirar hacia adelante. Como en cualquier relación de pareja, el amor puede regresar.
El Confidencial