Colapinto, lanzado a las playas de Normandía con una pistola y dos meses de instrucción
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"Nos vemos en Imola, pa…". Así acababa el viral y brillante comercial del patrocinador de Franco Colapinto que anunciaba su ansiado retorno en Imola y con Alpine. Durante meses se podían contar y escuchar los suspiros de los aficionados argentinos. Convertido en fulgurante estrella en su país, Colapinto recuperaba la oportunidad de confirmar esos fulgurantes destellos lanzados con Williams en 2024.
En su debut de Imola estrelló su monoplaza en el Q2 En Silverstone, última la cita, no pasó del primer golpe por otro accidente. La cámara delataba sus dificultades para manejar un monoplaza que Pierre Gasly llevó al Q3. Antes de tomar la salida, un problema de transmisión le dejó en el dique seco. Al aparcar su monoplaza en el garaje, su voz por la radio delataba las incipientes lágrimas.
Las grandes expectativas levantadas el pasado año, unidas a su carisma personal, le convirtieron en una estrella cuyo fulgor corre el peligro de hacerse fugaz y hasta apagarse. Hoy, Franco Colapinto puede convertirse en otro juguete roto, exprimido por la brutal trituradora de la Fórmula 1. ¿Tiene el talento necesario, o es el producto de unas exageradas y precipitadas expectativas? Porque la trayectoria de Franco Colapinto se asemeja a ese marine lanzado a las playas de Normandía con una pistola y un par de meses de instrucción.
🔵⚪🔵FRANCO COLAPINTO
🐐"NOS VEMOS EN IMOLA PA"pic.twitter.com/lzloIE6va4
— Corazondef1 (@Corazondef1) May 7, 2025
En solo cuatro carreras con Williams puntuó dos veces (Bakú y Singapur). Su desinhibida personalidad remataba el cartel. Aunque la inexperiencia y creciente presión pasaron factura. Los accidentes de Bakú, Las Vegas y dos en Interlagos frenaron el impacto de esa primera impresión. En las cinco carreras restantes no puntuó, terminando tres de ellas con un duodécimo puesto como mejor resultado. Red Bull se planteó su candidatura, que frenó por varias razones. Llegó Carlos Sainz, y Colapinto dejaba la estela de una historia truncada para cuajar del todo ese potencial competitivo y mediático.
Que Briatore apostara por sentarle en el banquillo de Alpine avalaba ese potencial latente. Si el italiano te echaba el ojo como a Michael Schumacher y Fernando Alonso… Sin embargo, tras seis carreras, en Silverstone circularon los rumores de que Briatore había contactado con Toto Wolff para una posible sustitución del argentino por Valtteri Bottas. Dadas las urgencias y duras exigencias del italiano con sus pilotos, nada garantiza que el argentino acabe la temporada de no cambiar el panorama, en caso de que le dejen margen para ello.
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Si el compañero es la referencia, Colapinto es dos décimas de media más lento en clasificatorios que Gasly. En sus tres primeras carreras no pasó del Q1, cuatro con Silverstone y no ha puntuado todavía. El argentino no está respondiendo porque quizás las expectativas se elevaron más allá la estratosfera y de forma poco realista para sus circunstancias. Carlos Sainz y Lewis Hamilton podrían servir como referencia.
¿Qué se le pide a Colapinto?En Williams, el argentino era una hoja en blanco y gozaba de simpatía y margen de maniobra. Con Briatore era otro cantar. Su fichaje se acompañaba con un ultimátum de cinco carreras, que luego el jefe de Alpina matizaba, pero sin presión, vaya. Según avanzaban las carreras, la atmósfera se ha ido comprimiendo en torno al argentino.
Sin embargo, Colapinto recordaba en Montreal una cruda realidad que se pasa por alto en su caso. "Es muy complicado comparar el rendimiento cuando no hay entrenamientos, cuando todos han estado probando en Baréin durante no sé cuántos días, cuando todos han rodado tanto y uno apenas se está acostumbrando a un coche muy difícil de conducir". Es decir, Colapinto ha vuelto a pelo a la Fórmula 1, y con nueve carreras como todo bagaje previo.
Además de subirse de nuevo a un tren en marcha lanzada, el argentino descubre un monoplaza que solo probó antes de Imola en el simulador, y que tiene a Alpine en última posición. "No es un coche fácil de conducir, así que conseguir ese tiempo de vuelta no es fácil. Me llevó un tiempo entender qué tenía que hacer con mi pilotaje, qué tenía que cambiar, qué necesitaba del coche para sentirme un poco más contento, y, en general, me llevó un poco más de lo esperado", explicaba en Montreal, donde cuajó su mejor carrera, la única vez que ha batido a Gasly el sábado.
Hey, catch! 🧢 pic.twitter.com/Lu77eIrBjb
— BWT Alpine Formula One Team (@AlpineF1Team) July 16, 2025
Bien documentadas están las dificultades de Carlos Sainz y Lewis Hamilton en 2025, a pesar su acumulada experiencia de en la Fórmula 1 con monoplazas de varias generaciones. Entonces, ¿Qué nivel de resultados se le exige a Colapinto para su bagaje y circunstancias personales? "En general, hay algunos aspectos de la configuración que no me han funcionado. Me sentía muy desfasado con todo: con las herramientas del coche, con la configuración, una cosa estaba en conflicto con la otra...", explicaba el argentino, en palabras similares y procesos escuchados con Sainz o Hamilton.
"Necesitamos que el coche sea un poco más predecible, conocemos nuestras debilidades, el coche es rápido cuando está en la ventana, pero cuando sale de ella, se vuelve bastante complicado de conducir", explicaba en Silverstone. "Pierre Gasly tiene problemas similares, pero después de llevar tres años conduciendo el coche, es muy fácil entender para él dónde está el límite". Las imágenes de a bordo y sus manoteos al volante así lo confirmaban.
With you every step of the way, @FranColapinto 👊 pic.twitter.com/28B54kmALX
— BWT Alpine Formula One Team (@AlpineF1Team) July 7, 2025
Con escaso tiempo en pista, el piloto necesita explorar avenidas de puesta a punto que encajen con su querencia personal, en un monoplaza nuevo, con sistemas y organizaciónes distintas. Sin más base de datos personal que nueve fines de semana con Williams. Además, con la horma mediática que impone la Fórmula 1, también está siendo domeñada esa fresca espontaneidad de sus primeros tiempos con Williams. Seis carreras, y cuestionado. Su antecesor Jack Doohan sabe de ello.
Como esos padres que lanzan a su bebé de corta edad a la piscina para que se mantenga en la superficie como pueda, así Franco Colapinto con Flavio Briatore y Alpine. Es la cruda e indiscutible realidad de la Fórmula 1, hay cola esperando, y que pase el siguiente. Víctima de su explosión inicial, del fervor de una histórica afición en larga espera de su nuevo mesías automovilístico, afición en ocasiones desmesurada, ojalá Colapinto tenga recorrido hasta final de temporada. Porque la estrella va perdiendo su fulgor…
El Confidencial