Se confunde y se come (otra vez) el plátano de Cattelan, valorado en seis millones de dólares
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Si pensabas que había terminado la historia de Comediante, el famoso plátano del artista Mauricio Cattelan, estabas muy equivocado. Por recapitular: esta obra conceptual del conocido como enfant terrible del mundo del arte, que fue expuesta en 2019 por primera vez, siempre ha creado revuelo por su propia idiosincrasia. Se trata de un plátano pegado a una pared con cinta adhesiva que funciona a modo de dispositivo y corre peligro de morir cada vez que se exhibe. La primera vez fue el fallecido artista georgiano David Datuna el que se lo comió en una performance a la que llamó Artista Hambriento. Después, un estudiante de la Universidad de Seúl hizo lo mismo. El año pasado alcanzó los seis millones de dólares en subasta.
Y ahora ha vuelto a correr la misma suerte que sus hermanos, una tercera vez. Con un valor de 150.000 dólares, estaba pegado (como sus gemelos) a una pared blanca en el Centro Pompidou de Metz, al este de Francia (cerca de las fronteras con Luxemburgo, Alemania y Bélgica), en el contexto de la exposición Dimanche Sans Fin, organizada para celebrar el 15º aniversario del museo. Entonces, fue devorado por alguien que lo confundió con una simple banana.
Cattelan reaccionó con resignación: "Es una pena que no se comiera también la cáscara y la cinta", comentó, con su humor característico. El museo, por su parte, restó importancia al incidente y el plátano fue reemplazado en cuestión de minutos. "La fruta es perecedera", explicaron, "y se reemplaza regularmente según las instrucciones del artista. En esencia, una obra de arte comestible e infinita.
Fue el pasado mes de noviembre cuando el plátano volvió a copar titulares cuando Justin Sun, un inversor chino de criptomonedas, pagó 6,2 millones de dólares por la obra. Después se lo comió y afirmó que "era mejor que otros plátanos". Además del propio plátano y la cinta adhesiva, la obra viene con un certificado de autenticidad e instrucciones oficiales para instalarla. Desde que se presentó en el Art Basel Miami en 2019, se han vendido tres ejemplares de Comediante por entre 120.000 y 150.000 dólares.
El artista ha dicho que es una pena que no se comiera también la cáscara y la cinta
Cattelan siempre ha descrito Comediante como una "obra de comentario" que invita a hacer una reflexión sobre lo que valoramos. "Es una obra desafiante de un puro genio", señaló hace poco David Galperin, director de arte contemporáneo de Sotheby's. "Esta obra, que combina un profundo pensamiento crítico con un ingenio subversivo, es decisiva para el artista y para nuestra generación”.
El centro Pompidou también señaló que Comediante fue concebida con la idea de denunciar "el absurdo de la especulación financiera y la fragilidad de los sistemas de conocimiento que sustentan el mercado del arte". Volverá a copar las noticias cuando algún otro incauto acabe comiéndosela, probablemente.
Si pensabas que había terminado la historia de Comediante, el famoso plátano del artista Mauricio Cattelan, estabas muy equivocado. Por recapitular: esta obra conceptual del conocido como enfant terrible del mundo del arte, que fue expuesta en 2019 por primera vez, siempre ha creado revuelo por su propia idiosincrasia. Se trata de un plátano pegado a una pared con cinta adhesiva que funciona a modo de dispositivo y corre peligro de morir cada vez que se exhibe. La primera vez fue el fallecido artista georgiano David Datuna el que se lo comió en una performance a la que llamó Artista Hambriento. Después, un estudiante de la Universidad de Seúl hizo lo mismo. El año pasado alcanzó los seis millones de dólares en subasta.
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