Revelan efecto ‘preocupante’ del consumo de bebidas energizantes, modifica los patrones de sueño: ‘Representa un riesgo para el desarrollo’

Revelan cuáles son los efectos ‘preocupantes’ del consumo habitual de bebidas energizantes Foto: iStock
La Fundación del Sueño Mónica Duart (FSMD) ha dado a conocer los resultados de un estudio que expone los efectos del consumo habitual de bebidas energéticas (BE) en la calidad y cantidad del sueño de adolescentes.
La investigación, llevada a cabo por un equipo médico del Hospital Universitario Doctor Peset de Valencia, confirma “una clara relación entre la ingesta de estas bebidas y alteraciones significativas en los patrones de descanso, lo que representa un riesgo para el desarrollo físico, emocional y académico de los jóvenes”, según un comunicado difundido por la fundación.
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El 20% de los consumidores reportó cefaleas y dificultades para conciliar el sueño. Foto:iStock
El estudio comparó dos grupos de adolescentes varones de entre 12 y 16 años, todos ellos jugadores del Club de Baloncesto Puerto de Sagunto y con rutinas deportivas similares. Diez de ellos eran consumidores habituales de bebidas energéticas, mientras que los otros diez no las consumían.
Los resultados muestran diferencias notables entre ambos grupos. Quienes no consumen bebidas energéticas disfrutan de un sueño más prolongado y estable, mientras que sus compañeros consumidores presentan una reducción en la duración del sueño nocturno (7,44 horas frente a 8,13 horas), una mayor irregularidad en los horarios y una actividad nocturna más elevada durante el descanso (15,72 frente a 9,8).
La FSMD señala que esta diferencia se debe al efecto de la cafeína y otros compuestos estimulantes contenidos en las bebidas energéticas, los cuales interfieren en la capacidad para conciliar el sueño y reducen su calidad. Además, un 20% de los consumidores reportó síntomas como cefaleas o dificultades para conciliar el sueño.
El estudio también revela patrones de comportamiento vinculados al consumo de estas bebidas. El 90 % de los adolescentes consumidores ingiere estas bebidas por la tarde o noche, lo que puede influir directamente en los problemas de descanso. Además, el 80 % lo hace en contextos sociales, principalmente en compañía de amigos.
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Estudio relaciona estos efectos con la cafeína y otros ingredientes estimulantes. Foto:iStock
En cuanto a los motivos de consumo, el 50 % indicó haber comenzado por curiosidad y el otro 50 % por influencia del grupo social. El sabor es el principal atractivo para el 80 % de los encuestados, mientras que solo un 20 % declaró consumirlas con el objetivo de mejorar su rendimiento físico o cognitivo.
El estudio también identificó una asociación entre el consumo de bebidas energéticas y el consumo de alcohol: el 70 % de los adolescentes consumidores ha ingerido alcohol en alguna ocasión, frente al 30 % del grupo de no consumidores. Además, el 60 % de los consumidores considera que el impacto sobre la salud depende de la dosis, mientras que el 80 % de los no consumidores percibe las bebidas energéticas como perjudiciales en general.
Ante estos resultados, la presidenta de la Fundación, Mónica Duart, ha insistido en la necesidad de implementar medidas concretas para proteger el bienestar de niños y adolescentes. “El consumo de bebidas energéticas en la infancia y adolescencia ha pasado de ser una práctica ocasional a convertirse en una conducta habitual en muchos contextos escolares, deportivos y sociales”, ha declarado.
Duart subraya que el estudio pone de relieve el impacto directo de estas bebidas sobre el sueño, “un factor crítico en el desarrollo neurológico”, y ha señalado que “es imprescindible fomentar hábitos de vida saludables, educar sobre los riesgos de estas sustancias y establecer políticas que limiten su venta y acceso a menores”.
En la misma línea, advirtió que “cualquier alteración en la calidad o cantidad de sueño puede derivar en consecuencias clínicas significativas, como un deterioro del rendimiento escolar, mayor incidencia de trastornos de conducta, déficit de atención e incluso un mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas a largo plazo”. Además, destacó que “el sueño es un pilar clave en el desarrollo del cerebro”.
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Desde la FSMD también se alertó sobre la creciente normalización del consumo de estas bebidas entre menores. “La falta de una regulación eficaz permite que su acceso sea libre”, advirtió Duart, quien señaló que su disponibilidad en supermercados, máquinas expendedoras e incluso centros escolares, unida a la intensa promoción en redes sociales y eventos deportivos, ha favorecido la expansión de su consumo entre la juventud.
La muestra estuvo compuesta por 20 adolescentes varones de entre 12 y 16 años (edad media: 13,8 años), todos ellos integrantes del Club de Baloncesto Puerto de Sagunto. El grupo fue dividido en dos: consumidores habituales de bebidas energéticas y no consumidores. El estudio forma parte del proyecto “One ball, one hour”, una iniciativa conjunta del Club de Baloncesto Puerto de Sagunto y el Hospital de Sagunto, orientada a fomentar hábitos de vida saludables y prevenir la obesidad infantil.
Con esta investigación, la Fundación del Sueño Mónica Duart reafirma “su compromiso con la promoción del sueño saludable y el impulso a la evidencia científica como base para la concienciación y la prevención”, ha resaltado su presidenta.
*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de Europa Press, y contó con la revisión de la periodista y un editor.
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