Por el cambio climático, Las Leñas trasladará parte de sus pistas a Valle Hermoso

“No es un traslado, es un anexo. Queremos crear una segunda base de Las Leñas. Apuntamos a que en invierno 2026 se puedan hacer expediciones, esquiar, comer allí y también pernoctar”, explicó a Los Andes, Daniel Valentini, CEO de Las Leñas.
¿Por qué Valle Hermoso? por varios motivos. En principio, el legal y comercial. Ese paraje pertenece al Grupo Walbrook, los capitales malayos que también son dueños del complejo Las Leñas y cuya concesión del predio a una empresa privada vence en diciembre de este año. El término del contrato da pie a comenzar las obras en la zona este mismo verano.
El otro motivo -fundamental- es el clima que presenta Valle Hermoso. Pues mientras en las zonas medias del centro de esquí (como las pistas Cari, Minerva, Urano y Vulcano) la nieve escasea o desaparece a mitad de temporada, Valle Hermoso ofrece condiciones naturales más favorables. Está orientado hacia la cara sur de la cordillera, lo que permite conservar la nieve durante más tiempo y garantiza mayor estabilidad térmica.
Desde un tiempo a esta parte, se realizan allí excursiones por el día, porque la nieve abunda. Pero, claro, ahora el objetivo es consolidar allí un centro operativo estable, en donde el visitante que reserve con meses de antelación sus vacaciones tenga la garantía de que allí podrá esquiar, comer y hasta pasar la noche. Según prevén los técnicos a cargo del proyecto, durante el invierno, el complejo podrá alojar a unas 40 personas (entre turistas y personal), y hasta 70 en verano, gracias a un área de camping y zona para motorhomes.
“Cuando no tenés suficiente nieve, como ocurre en Las Leñas, las pistas no aguantan toda la temporada. En Valle Hermoso hay un montón de nieve, porque la cara sur mantiene el frío. Queremos ofrecer una alternativa real para esta situación tan inestable”, agrega Valentini.
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Basta como botón de muestra ver la inestabilidad en la zona durante el último lustro para entender el nuevo plan turístico: en el 2020 hubo mucha nieve, pero el centro de esquí no abrió por la falta de turistas en plena pandemia; en 2021, prácticamente no hubo nieve natural y se dificultó fabricarla con máquinas por las altas temperaturas. Lo cual dejó a las pistas otra vez desiertas; en 2023 hubo nieve tardía; es decir después de las vacaciones de invierno y el centro de esquí volvió a sufrir las consecuencias de la megasequía; en 2024 hubo exceso de nieve y fue una fiesta, mientras que este año, la nieve llegó, pero no lo suficiente para tener el 100 % del complejo funcionando.
Generación de energía, el gran desafíoLa primera etapa del proyecto contempla la readecuación que rodea la laguna de Valle Hermoso. La intención es aprovechar esa estructura para instalar un lodge boutique, con comedor, cocina, baños y algunas plazas para alojamiento para recibir turistas en invierno.
“Está todo en buen estado, tiene wifi satelital y falta solo instalar los paneles solares. Es una infraestructura básica, pero funcional. La idea es trabajar fuerte este verano para tenerlo listo en la temporada invernal del 2026. Nuestro medio de elevación será los pisanieve carrozados. Tenemos dos habilitados para trasladar hasta el pico, con capacidad para 10 personas cada uno”, detalló el CEO.
En paralelo, se proyecta un sistema de generación energética híbrido (con paneles solares y microturbinas a gas) que permita abastecer el lugar sin conexión a la red eléctrica. Esto permitirá calefaccionar, iluminar y cocinar, aunque no alcanza aún para alimentar medios de elevación, como telesillas o telesquíes, cuya instalación quedará para una segunda etapa, prevista en 2027.
Mientras se proyecta hacia Valle Hermoso, Las Leñas continúa invirtiendo en fabricación de nieve artificial, que ya se realiza en las pistas bajas. Claro, solo cuando las condiciones lo permiten, ya que se necesitan temperaturas bajo cero y un determinado nivel de humedad, lo que no siempre se cumple en el actual centro de esquí malarguino.
“Los cañones no sirven si hay más de 0 grados. Fabricamos nieve de noche, la cargamos en camiones y la llevamos a las pistas”, describió Valentini. Por eso, expandirse hacia sectores naturalmente más fríos resultaría también mucho más rentable.
Valle Hermoso como modelo autosustentableSegún la propuesta oficial del proyecto, Valle Hermoso será un complejo turístico autosuficiente con funcionamiento anual, infraestructura modular y fuerte orientación a la sustentabilidad. Se planea una superficie cubierta de 1.500 metros cuadrados que incluirá pista de esquí, restaurante, lodges, espacio para personal, sala de máquinas, sanitarios, depósitos, estacionamientos y un parque solar.
La infraestructura está pensada para resistir condiciones extremas y operar de forma aislada. La planta de tratamiento de efluentes, los materiales de alta aislación térmica y el diseño con criterios de mínima intervención ambiental buscan transformar a Valle Hermoso en un modelo de desarrollo para zonas remotas, según se detalla en el anteproyecto que presentaron la semana última ingenieros y arquitectos a cargo de la obra.
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“Si queremos hacer un hotel más grande, también tenemos que pensar dónde poner la generación de energía. No podemos improvisar. Por ahora, sabemos qué queremos para el 2026 y 2027”, advierte Valentini.
La frase resume el desafío que atraviesa no solo el centro de esquí de Malargüe, sino toda una economía local que ve frustrada su chance de reactivarse y de revertir un modelo de desarrollo anclado en certezas climáticas que ya no existen. La meta, ahora, es evitar más devoluciones y vouchers congelados por la falta de nieve en pleno invierno, y que los turistas no abandonen del todo la ilusión con la montaña mendocina.
Otro reflejo de la Megasequía en MendozaLa decisión de Las Leñas de trasladar parte de sus pistas a Valle Hermoso responde a un fenómeno climático mucho más amplio: la megasequía que afecta a Mendoza desde hace 15 años. Esta prolongada sequía, combinada con el calentamiento global, ha provocado una caída promedio del 30% en la nieve acumulada con respecto a los promedios históricos.
Según el hidrólogo Ezequiel Toum y el glaciólogo Pierre Pitte, del Conicet Mendoza, este déficit se debe en un 70% a la variabilidad natural del sistema climático y en un 30% a la emisión de gases de efecto invernadero. “Estamos frente a una nueva normalidad climática”, advierten, donde inviernos más secos y menos predecibles afectan directamente la disponibilidad de agua para consumo, agricultura y turismo.
La nieve es fundamental porque alimenta los ríos en verano a través del deshielo. La disminución de precipitaciones níveas anticipa restricciones en el uso del agua y obliga a centros turísticos como Las Leñas a buscar alternativas para sostener sus temporadas. Y Valle Hermoso es la elegida para ser en el futuro inmediato su nuevo salvavidas.
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