Joven de 20 años terminó con fractura facial múltiple tras una bajada en patines: una rueda falló y el impacto la devastó

“Una decisión en un segundo me cambió la vida”. Así resume Sol, una joven patinadora de 20 años, el accidente que la dejó con fracturas faciales múltiples, pérdida de visión parcial y graves secuelas emocionales.

En sus redes sociales comparte el proceso de recuperación tras el episodio que sufrió el 28 de mayo de 2025, en una zona de Mar del Plata que solía concurrir en sus patines de línea. Además, compartió su historia a través de medios de comunicación locales.

Como tantas otras veces, Sol salió por la tarde a andar en patines, una actividad que practicaba con frecuencia y dominio.

“Vi una loma y decidí bajarla. No era nada nuevo para mí. Era controlado, sabía que iba a salir bien”, contó en 'Canal 8'.

Pero al llegar a una curva, todo se descontroló: “La rueda del patín derecho se desvió. Tuve que elegir entre tirarme al mar, a las piedras o ir contra un auto estacionado. Elegí el auto, pensando que era lo más seguro”.

El impacto fue brutal. Perdió el conocimiento y sufrió lesiones severas: fractura del hueso orbital, rotura de la nariz, encías partidas, ocho piezas dentales comprometidas y exposición de raíces y nervios.

“Se me cayó el ojo y los dientes, nadie hizo nada”, declaró. Solamente un joven la auxilió impidiendo que se durmiera.

“No podía respirar por la nariz, no podía masticar, ni tomar líquidos sin ahogarme”, detalló.

Fue trasladada de urgencia a un hospital, donde denunció haber sido desnudada sin consentimiento frente a otros pacientes.

Recibió más de 40 puntos de sutura en el rostro y vomitó sangre mientras intentaban estabilizarla.

Su diagnóstico requería cirugía inmediata con placas de titanio pero el sistema de salud público estimaba más de un año para proporcionarlas.

Además, el daño dental fue catalogado como un procedimiento "estético", por lo que no lo cubrió el hospital.

Ante la urgencia, amigos, familiares y desconocidos iniciaron campañas de donación y rifas. En menos de 48 horas reunieron más de 4 millones de pesos argentinos (cerca de 13 millones de pesos colombianos), lo que permitió comprar las placas y avanzar con la cirugía.

El procedimiento fue complejo. “Los huesos estaban tan dañados que no sabían dónde colocar las placas”, explicó. Incluso se evaluó derivarla a Buenos Aires.

Finalmente fue operada, pero sigue en recuperación con infecciones, dificultades para hablar, comer y dormir.

Tres días antes del accidente había perdido su empleo, por lo que los gastos derivados del accidente han generado una alta carga económica.

La situación la acercó nuevamente a su familia. “Hace cuatro años no hablaba con mi mamá. Hoy duerme todas las noches conmigo para cuidarme”, compartió entre lágrimas.

Sol sigue compartiendo los detalles de su proceso en Tiktok como una forma de liberar las emociones que le provocó el accidente.