Intriga científica en Lyon

Sophie Divry (Montpellier, 1979), periodista, escritora y activista feminista, consiguió el Premio a la Mejor Novela para el Verano de France Bleu y las Librerías Independientes de Francia con su último trabajo, Fantástica historia de amor. La obra está protagonizada por dos personajes –conocemos en capítulos alternos su evolución– que viven en Lyon y que confluirán en torno a un episodio científico con tintes de thriller. Lyon y la temática científica dan personalidad al relato.
Bastien es un inspector de trabajo de cuarenta y dos años. Sospecha que el accidente ocurrido en una planta de tratamiento de residuos de plástico es en realidad un homicidio. Maïa está en mitad de la treintena, es periodista científica y busca cómo sobrevivir en el precario mundo de las publicaciones especializadas. Tiene una especial conexión con los pájaros a los que da de comer en el parque, el mismo donde acude a correr Bastien.
⁄ El protagonista sospecha que el accidente ocurrido en una planta de tratamiento de residuos es un homicidioLa mujer sufre de “desaparicionitis”: desde pequeña muchos de sus objetos desaparecen. Avanzado el relato Maïa debe custodiar la llave de un maletín importante. Las dos páginas en las que seguimos el recorrido desde Suiza hasta su casa de Lyon consiguen mantenernos en vilo.
Tanto ella como Bastien están solteros y acarrean sus penas. Sobre él se cierne la pesada sombra de una infancia de maltrato psicológico y desprecio por parte de sus padres así como el fracaso de una relación sentimental. Maïa acusa la pérdida de su madre y la relación a distancia con el padre. Evita el compromiso en las relaciones lo que la lleva a encuentros sexuales fugaces.
Divry, que había tratado en novelas anteriores temas como la soledad, en Signatura 400 (Blackie Books) o en Trois fois la fin du monde, protagonizada por un hombre tras una explosión nuclear, ha abordado en otras obras temas como el malestar de la juventud francesa en Cuando el diablo salió del baño (Malpaso) o las creencias religiosas en Journal d’un recommencement. Estos asuntos aparecen aquí de fondo –Bastien acude los domingos a misa y ambos protagonistas lidian con la vida en solitario–. El peso de la narración recae en la investigación del accidente laboral, las hipótesis que se establecen, los personajes que van apareciendo a su alrededor –policía, investigadores, la tía científica de Maïa, las empresas farmacéuticas…–. Es un relato atractivo por los detalles y descripciones, las ubicaciones y ambientes.
Quien lee visita en reiteradas ocasiones la planta de reciclaje donde aconteció el accidente y uno acaba viendo esa compactadora donde apareció un trabajador muerto y donde se han depositado unos trozos de cristal centelleador de nefastas consecuencias. La autora acerca las investigaciones del CERN donde se ha manipulado el cristal y sus derivaciones.
El pasado verano triunfaba Lecciones de química de Bonnie Garmus, con quien esta novela comparte los ingredientes de intriga y temática científica. Allí la fuerza de la joven y peculiar investigadora Elisabeth Zott se imponía y estaba trufado de toques de humor. Aquí los personajes son gente corriente con vidas ordinarias. Introspectivos y sin rasgos especialmente distintivos, sus trabajos, apartamentos o las calles por donde se mueven, confieren un aire de veracidad –como tantas películas francesas que plasman un trozo de vida sin más–.
La autora apuesta por la amistad como espacio de apertura de sus protagonistas. Bastien con el librero Henri o Maïa con su compañera de trabajo Florence compartirán desazones y flaquezas. El libro refleja bien las incertidumbres de personas de mediana edad. A pesar del título, la novela se sustenta en la intriga que se impone tras unos inicios más descriptivos y costumbristas.
Sophie DivryFantástica historia de amorTraducción de Íñigo Jáuregui.Nórdica. 432 páginas. 24,95 euros
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