De Hollywood a la guerra: por qué todos nos rendimos al dominio del inglés
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El inglés se extiende como la espuma. Los contactos entre anglófonos de distintos orígenes se multiplican discretamente con prodigioso dinamismo. Se puede justificar tan rápido ascenso, pero es difícil entenderlo teniendo en cuenta el limitado alcance de otras lenguas vehiculares.
Cuatrocientos millones de personas que viven en países ricos tienen al inglés como lengua materna; otros mil millones, y tal vez más, tropiezan a diario con la necesidad de utilizarlo; y según estimaciones del British Council, que no parecen descabelladas, unos dos mil millones dominan, manejan, controlan, se defienden o estudian inglés. En la siguiente generación los porcentajes se habrán multiplicado. Nunca en la historia se había introducido una lengua con tanta intensidad y admiración por tantos rincones. Habría que añadir que nunca la humanidad estuvo tan conectada.
El despegue se inició a principios del siglo XX en Estados Unidos por el progreso industrial y el estado fuerte de la economía. Aquellos avances en vuelos comerciales regulares, en telefonía, en radio y televisión habían de revolucionar la vida y las costumbres de la modernidad. Y a todo aquello se añadió algo absolutamente excepcional que dejaba marcados los sentimientos y las conciencias de espectadores de tantos lugares recónditos: la industria del cine. Que Hollywood tomara la delantera no tuvo tanto significado en la época del cine mudo como cuando la voz sonó en la pantalla. El liderazgo fue secundado por la filmografía de algunos países europeos, pero no muchos, y con menor incidencia.
Inglaterra y Estados Unidos supieron hacer música con lenguaje universal. Sus letras, por encima de las modas, se tararearon como propias en países no anglófonos. Sus artistas fueron recibidos con entusiasmo casi en cualquier lugar del mundo. Desde entonces la lengua inglesa, tan alejada de sus hermanas (alemán, holandés, danés, sueco, noruego, islandés) alimenta las tendencias musicales. Los textos científicos empezaron a ser publicados en inglés y las otras lenguas fueron desplazadas a posiciones menos influyentes.
Inglaterra y Estados Unidos supieron hacer música con lenguaje universal
Hoy entra sin permiso la lengua de los británicos por los resquicios de la cultura y la comunicación. ¿Se seguirá extendiendo? Países como Francia o Rusia intentaron resistir a su influencia, pero han renunciado. Ya no es realista cambiar porque los sistemas mantienen una inercia difícil de desviar. Los anglófonos son quienes menos necesitan conocer otra lengua, y el inglés es la que más sirve de apoyo a otros idiomas. Los cinco continentes tienen a bien hablar inglés, y lo hablan. Apenas encontramos zonas donde no se ha introducido, si bien se instala con mayor dificultad entre españoles, franceses, rusos y chinos porque estas lenguas tienen un amplio rodaje y son también frecuentemente usadas como lenguas universales.
Las guerras mundiales, especialmente la Segunda, consolidaron a la lengua de los vencedores, y de las naciones líderes en potencia económica, militar y cultural. La influencia de Estados Unidos, junto con la globalización, la tecnología y el auge de las empresas multinacionales, impulsó su expansión y se instaló como lengua de trabajo en organismos internacionales como las Naciones Unidas, la Unión Europea y la OTAN. En último impulso se lo dio Internet, pues fue la lengua que lo hizo crecer desde los primeros pasos.
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De la unidad actual da fe una cohesión que permite entenderse a los hablantes de Hawái, de Suecia, de la India y de Filipinas. Parece como si fuera normal, pero no es así. El coreano del norte y el del sur que hace 70 años que rompieron sus contactos, muestran sus diferencias en gramática, pronunciación y vocabulario, y son estas tan acentuadas que dificultan la comprensión.
El alfabeto latino, también llamado alfabeto inglés, lengua que más lo difunde, es el más recurrente en usuarios que tienen otro como propio. La colección de grafemas que se ha generalizado nació en un rincón de la península itálica inspirada en la de sus vecinos etruscos, que a su vez la habían tomado del griego. El imperio romano lo llevó por los territorios bañados por el Mediterráneo, pasó a las lenguas neolatinas y luego lo adoptaron las germánicas y buena parte de las eslavas.
La segunda gran expansión se la debemos a tres lenguas continuadoras del latín, el español, que lo prestó a las lenguas amerindias; al francés que lo ha llevado por África e Indochina; y al portugués, que lo ha difundido por África y a Asia y sobre todo se lo debemos al inglés, que lo ha llevado a América del Norte, a África, a Asia y a Oceanía.
Las Guerras Mundiales consolidaron a la lengua de los vencedores, y de las naciones líderes en potencia económica, militar y cultural
El alfabeto latino es el sistema de escritura más usado. Más de 4.000 idiomas se sirven de él de alguna manera, ya sea como escritura principal o secundaria. Se emplea para crear ortografías modernas en lenguas de dimensión oral. No todos usan las mismas grafías. Muchos han añadido letras o signos propios como la ñ en español o la å en sueco.
En Europa es el principal. El cirílico, propio del ruso y de algunas lenguas eslavas, vive su decadencia porque lenguas como el serbio y el bosnio cortejan al abecedario el latino. El otro alfabeto europeo es el griego, cuyo alfabeto inspiró al latino y al cirílico. En América es propio de las tres grandes lenguas del continente: español, inglés y portugués. Otras indígenas como el náhuatl, quechua, aimara, guaraní, mapuche, y zapoteco, y muchas más, lo han adoptado.
Importantes idiomas africanos que se escribieron con el alifato árabe como el hausa de Nigeria, Níger, Ghana; el wólof de Senegal y Gambia; el fulaní y el mandinga del África occidental; el songhai de Malí y Níger; el kanuri de Nigeria y Chad; el yoruba de Nigeria; el suajili de Tanzania y Kenia; el tamasheq del Sáhara central, el Bambara de Mali y el serer de Senegal hoy se escriben en alfabeto latino.
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La mayoría de lenguas de Australia, Papúa Nueva Guinea y Polinesia también lo usan con adaptaciones locales. En Asia lo utiliza el vietnamita, el malayo, el indonesio, el tagalo y algunas lenguas minoritarias del centro del continente o del Cáucaso. El azerí, el uzbeko y el turcomano abandonaron el cirílico tras la caída de la Unión Soviética para escribir con el latino.
El chino lo utiliza como base de su escritura para fijar la pronunciación, pues los caracteres pictográficos son tan numerosos que no pueden servir de referencia. El pinyin es la versión románica del chino y les sirve, desde el teclado, para buscar los pictogramas mediante llamadas predictivas. También se usa en móviles y ordenadores. Quienes hablan japonés conocen la escritura rōmaji o latina que les sirve para la información en autopistas, la transcripción de nombres de personas, lugares, empresas y marcas comerciales.
Lenguas que utilizan el alifato o alfabeto árabe pasan al latino cuando es necesario. Lo llaman el arabizi o arabish, que podría escribir 7abibi (حبيبي). Sucede en una lengua tan fiel a sus convicciones religiosas como el urdu hablado en Pakistán. También se presta el ruso y otras lenguas eslavas que usan el alfabeto cirílico o azbuka como el ucraniano o el búlgaro. Así podemos ver Москва escrito Moskva. De la misma manera que el coreano 서울 escrito Seoul. El hindi y otros idiomas que utilizan el devanagari o otros alfabetos bráhmicos o se suman al latino. Sirva de ejemplo namaste (नमस्ते). En griego podemos ver Athina para Αθήνα, es decir Atenas. Y podríamos añadir otros ejemplos del tailandés, birmano, camboyano o laosiano que emplean alfabetos abugidas, también conocidos como alfasilabarios o alfabetos silábicos.
Los teclados y los buscadores se limitan con frecuencia al alfabeto latino, útil también para la enseñanza de idiomas
Internet está cambiando las costumbres. Los teclados y los buscadores se limitan con frecuencia al alfabeto latino, útil también para la enseñanza de idiomas y la transliteración en pasaportes, tecnología o simplemente para facilitar la información. Por eso algunos jóvenes se sirven del alfabeto en chats, redes sociales y mensajes SMS.
Lo que la humanidad ha necesitado transmitir para entenderse lo ha conseguido. La expansión del alfabeto inglés es un ejemplo. El hecho es que las lenguas de hoy son las que son, tan grandes como insignificantes. Lo que le ha importado a la humanidad es disponer de las necesarias, y eso lo garantizan las tendencias naturales de los hablantes porque las lenguas son patrimonio de quienes libremente las emplean.
*Rafael del Moral es sociolinguista experto en lenguas del mundo y autor de la 'Enciclopedia de las lenguas', 'Breve historia de las lenguas', 'Historia de las lenguas hispánicas' y' Las batallas de la eñe', así como de numerosos artículos en revistas especializadas.
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