Cambridge resuelve una leyenda medieval perdida (y el primer 'meme' de un sermón)
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Una leyenda inglesa desaparecida a la que llamaron Canción de Wade ha obsesionado durante más de un siglo a múltiples filólogos, entre ellos el famoso medievalista M.R. James. Considerada como uno de los grandes enigmas de la literatura medieval hoy, tras 130 años de incertidumbre, un equipo de académicos de la Universidad de Cambridge asegura haber resuelto el misterio. El descubrimiento no solo aporta una nueva lectura al célebre Chaucer (
El hallazgo, publicado este miércoles en The Review of English Studies, transforma la visión que se tenía de este texto legendario: no sería una epopeya fantástica repleta de monstruos, como se creía, sino una novela de caballería con implicaciones sociales y políticas. Y lo más sorprendente: su único fragmento conservado habría sido usado como una especie de “meme” medieval en un sermón del siglo XII para captar la atención del público.
El único fragmento conservado habría sido usado como una especie de “meme” medieval en un sermón del siglo XII
Las cosas comenzaron con una revisión filológica. El profesor James Wade y el historiador Seb Falk, ambos del Girton College de Cambridge, detectaron que un error de transcripción —concretamente una confusión entre las letras “y” y “w”— había alterado durante más de un siglo la interpretación de un fragmento esencial. Así, la línea que se leía como “Algunos son elfos y otros son víboras” debía decir en realidad “Algunos son lobos y otros son víboras”.
El cambio podría parecer aparentemente menor, pero en realidad reorienta la lectura completa del texto. “Aleja esta leyenda de monstruos y gigantes, y la sitúa en el terreno humano de los rivales caballerescos”, señalaron. “Ahora entendemos por qué Chaucer mencionó a Wade en contextos cortesanos. Cobra mucho más sentido”.
Geoffrey Chaucer alude dos veces a Wade en el resto de su obra. En Troilo y Criseida, Pándaro entretiene a Criseida con la historia del caballero. En El cuento del mercader, un caballero envejecido alude al barco de Wade para justificar sus ideas sobre el matrimonio. Hasta ahora, esas referencias parecían inconexas. Con la nueva interpretación, los investigadores creen que Chaucer recurría a una historia de caballerías bien conocida por su público, con una función cómica y sensual. “Esto revela una ironía típicamente chauceriana en su alusión al barco de Wade”, explica Wade, al conectar la tradición cortesana con la sátira social.
Chaucer recurría a una historia de caballerías bien conocida por su público, con una función cómica y sensual
El fragmento que conservamos de la Canción de Wade no aparece en un manuscrito literario, sino en un sermón titulado Humiliamini, conservado en un códice del siglo XIII. Los investigadores identifican al autor del sermón como Alexander Neckam (1157–1217), uno de los grandes eruditos del periodo. Dicho sermón exhorta a la humildad, comparando a los humanos con bestias: lobos, víboras, serpientes marinas. En ese contexto, el predicador introduce la referencia a Wade como ejemplo de arrogancia caballeresca. “Es como cuando un cura moderno cita a los Black Eyed Peas para conectar con los asistentes a una boda”, bromeó Falk.
También se incluye la historia de Hugo de Gournay, un caballero que traicionó repetidamente a sus aliados durante las guerras anglonormandas y que, arrepentido, se arrodilló ante el rey francés con una soga al cuello. “Es una imagen poderosa de la humildad del caballero”, sugieren ambos expertos.
El fragmento fue descubierto por primera vez en 1896 por M. R. James, célebre académico, anticuario y escritor de cuentos de fantasmas. Al revisar una colección de sermones en latín, encontró extrañado unos versos en inglés. Colaboró con Israel Gollancz y concluyeron que pertenecían a una leyenda perdida del siglo XII. La llamaron Canción de Wade. James prometió publicar más información, pero nunca lo hizo.
Durante más de un siglo, los estudiosos han intentado sin éxito descifrar el pasaje. “Muchas personas muy inteligentes se han vuelto locas por la ortografía, la puntuación, la traducción literal y el contexto de unas pocas líneas”, reconoce James Wade. El nuevo análisis, al corregir errores paleográficos clave, propone una lectura coherente en la que Wade, hijo de Hildebrand, se convierte en símbolo del exceso caballeresco en lugar de en un héroe de fantasía épica.
“Este sermón aún resuena hoy”, concluye Wade. “Nos advierte que el peligro no viene de monstruos sobrenaturales, sino de la codicia, el engaño y la ambición humanas. Y lo hace valiéndose de la cultura pop medieval, igual que hoy se usa TikTok o Netflix para ilustrar valores morales. El sermón demuestra sofisticación, humor y un dominio estratégico del lenguaje. Y lo más increíble es que fue escrito hace más de 800 años”.
El Confidencial