Aitana se consagra como la popstar más potente de nuestro país en el Lluís Companys
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La fiebre de los estadios es contagiosa. Desde que Taylor Swift se revalorizó después de ser la primera artista en vender todas y cada una de las entradas de una gira de estadios, parece que ese sea el único baremo para calcular el valor de un artista. Cuanto más grande, multitudinario, monumental, mejor. Que los números no paren de subir. Y aunque esta mentalidad durante mucho tiempo ha parecido reservada para el espíritu turbocapitalista estadounidense, también ha llegado a nuestras tierras. Y nuestras divas del pop también quieren jugar en la liga de los mayores. Eso conlleva intentar llenar un estadio olímpico aunque no siempre sea tarea fácil.
Desde que Aitana lanzó Alpha en 2023, su meta era poder hacer un recinto multitudinario. Pero ya no le bastaba con un Estadi Sant Jordi de Barcelona o un Wizink Center en Madrid. La meta se convirtió en el Estadio Bernabéu. Un sueño que no solo se frustró una vez, por el retraso en sus obras, sino una segunda por problemas de logística e insonorización del estadio. Tanto era su obsesión por poder dar un concierto de estas dimensiones, que en Metamorfosis, el documental de Netflix en el que mostraba su lado más íntimo y el proceso de creación de Cuarto Azul, afirmó que "Este concierto iba a cambiar mi vida. Que no saliera me hundió". Pero la catalana es una trabajadora incansable y objetivo que se marca, objetivo que consigue. La gira de su cuarto disco daría inicio el 19 de julio en el estadio olímpico Lluís Companys de Barcelona.
Dicho y hecho. Llegada la fecha anunciada prácticamente no quedaban entradas a la venta. Aunque no ha podido ser la primera mujer solista nacional en hacer el Lluis Companys -este hito se lo llevó Lola Índigo una semana antes al reubicar su concierto de Cornellá a Barcelona- Aitana ha hecho historia. Pero vayamos por partes, porque lo que tenía que ser un concierto de inicio de gira se convirtió en una celebración de una carrera que solo parece acumular aciertos.
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Con más controles de acceso que de costumbre, acceder al recinto era ligeramente más lento comparado con otras superproducciones musicales como los conciertos de Beyoncé o Coldplay. Por eso valía la pena llegar con tiempo y sin prisas y de paso descubrir a una telonera a la altura de Aitana. Julieta, la cantante y productora catalana, ha sido la encargada de encender los motores del estadio. Pop brillante perfectamente coreografiado que te invita a bailar entre beats club y patrones urbanos. Una superestrella en potencia que ha logrado llevarse la ovación de todos los presentes. Y precisamente esta entrega por parte de un público vestido de blanco y azul, en referencia a la estética del último disco de su ídola, fue la tónica que marcó toda la velada.
Llegadas las ocho y cuarto de la noche, Aitana nos abrió las puertas de su cuarto azul para chillarle al amor, al desamor y a una carrera de superación. Poco queda ya de la inocencia de esa chica que quedó segunda en la edición de 2017 del programa de televisión de OT. Delante de los ojos de todos los presentes teníamos una superestrella internacional, puro carisma, un encanto hipnótico, vestida de blanco, en una mezcla entre novia y hada. Con cada mirada que dirige al público la gente enloquece, gritos ensordecedores. Y como ha decidido ir a por todo no se ha guardado nada en la recamara y ha dado el disparo de salida con 6 de febrero. Todas y cada una de sus palabras han sido recitadas por sus fans. Una misa de pop ligero al desamor.
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La idea de la artista era repasar todas sus eras -una terminología muy manida ahora mismo, aunque en muchas ocasiones la idea de eras no sea muy diferenciable dentro de la discografía, y sea más una construcción del directo- así que el concierto ha estado distribuido en bloques. Además ha contado con un narrador que iba explicando el concepto de metamorfosis, al estilo del cuento que se pudo ver hace un año en la gira de Karol G. En un escenario desnudo, y una plataforma en forma de mariposa, Aitana ha brillado desde el primer momento. Acompañada de un cuerpo de bailarines ha interpretado de Superestrella a Teléfono, de su primer disco Spoiler, sin olvidar el conocido reclamo de que vas a quedarte, al fin y al cabo, ha demostrado que hay historias que merecen una segunda parte. Pero ¿qué sería de una fiesta sin los amigos? Habiéndola interpretado por última vez en directo en 2018, Aitana War ha vuelto a suceder. Ana Guerra se ha subido al escenario para interpretar uno de sus primeros hits, Lo Malo. Ha sido tanta la sorpresa y el agradecimiento del público que durante los primeros segundos de canción no se podía escuchar a las artistas de los gritos de sus fans. Pero su compañera de concurso, no ha sido la única invitada. Como bueno enamorada del amor, no se ha cortado para invitar al líder de Oques Grasses para cantar La gent que estimo, un tema que no era suyo pero lo ha abrazado como su canción favorita del momento.
El espectáculo parecía haber estudiado todas las fórmulas de cómo dar un concierto épico, juntarlas y traducirlas al universo de Aitana. Así que el segundo bloque ha sido un concierto de guitarras. Hora de abrir el disco que ella afirmó que era su disco más personal a dia de hoy: 11 razones. El planteamiento ha sido el de una auténtica artista de punk-pop de los 00. Muchas guitarras, mucha garra, un look negro y rockero y a revisar hits como 11 razones, o una cover de Girlfriend de Avril Lavigne que se transformó en tu foto del DNI. Hasta aquí todo podría parecer, aunque impecable, predecible. Pero llegados al ecuador del concierto Aitana tenía más de un truco guardado. En el momento más íntimo, delicado y vulnerable del concierto, es decir, en su interpretación de su balada Música en el cielo, ha aparecido en la grada, entre el público, y la ha recitado como si fuera una más de todos los asistentes. Una voz angelical entre el asombro de la multitud.
Y si hemos ido del pop al pop-punk, la sacudida después de la balada ha sido mayor. Todos a la pista, todos al club Alpha. El tercer bloque ha abierto con un remix de ABBA de Gimme! Gimme! Gimme!, Dancing Queen y una interpolación de su tema Las Babys mientras que todos sus bailarines tenían su presentación a cámara. Neones, beats club, destellos de discoteca, Los Ángeles también pecan. Vestida con un traje Adidas personalizado, Montjuic se ha convertido durante unos minutos en el club Alpha que tanto escandalizó en su momento a padres puritanos. Seguramente el mayor acierto, para consolidar la visión de esta fiesta de libertad ha sido invitar a un cuerpo de baile de ballroom, auténticas figuras de la escena aunque solo hayan estado un instante y nadie las presentara. No había tiempo que perder, había que bailar toda la noche. El público ha cantado las primeras estrofas de En el Coche solo con la emoción que se canta un clásico. Y aunque Danna Paola no se encontrara en el recinto, AQYNE ha sido un derroche de euforia de neón de sintetizadores ligeros y drops EDM. Pero si ha habido una ausencia notable ha sido la de Quevedo al interpretar GRAN VÍA. Aunque el público se ha encargado de hacer resonar la canción como si el canario estuviera presente.
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Lo último que se podría esperar de Aitana seria un hardstyle, pero su versión en directo de 24 rosas ha sido, montada encima de una mariposa de purpurina, una aproximación a las raves a las que ninguno de sus fans irán. Pero contrastes, ella es muy suya, ella se transforma. Lo que sí que se esperaba, y no defraudó, ha sido su calculada sinceridad y cercanía con los fans. Tampoco el hecho de dirigirse a su público en gran parte del concierto en catalán. Y como ella es Aitana, y esta es su fiesta, puede hacer lo que quiera. Como invitar a Pep Sala a cantar Boig Per Tu o poner Flying Free de Pont aeri El sueño de toda petita nena catalana se ha cumplido y lo han coreado más de 50.000 asistentes.
La traca final corrió de la mano de sus grandes exitos -aunque en este momento del concierto todas sus canciones habían parecido grandes éxitos- como Formentera, no sin antes hacer una retahíla de agradecimientos. Gracias a sus amigos, a su equipo, a los tres autobuses llenos de familiares, a Vampire -la agencia creativa detrás del show que forma parte del Primavera Sound-, y a todos sus fans que como no iban a ser los mejores ¡SI SOIS DE BARCELONA!. Emocionadisima por hacer su primer estadio, y recalcándolo en un par de ocasiones, dejó estallar Las Babys para que las madres bailaran su juventud, las hijas adoraran a su popstar favorita, y la mascota del Barça se subiera con ella al escenario. En este punto, como si no se llevara prácticamente tres horas de concierto, todo el público siguió cantando y saltando con Segundo intento, Conexión Psíquica, y La Chica Perfecta. Después. La noche finalizó con fuegos artificiales y un ovacionado US ESTIMO MOLTISSIM. Si esto ha sido el inicio de una gira, podemos apostar, sin miedo a equivocarnos, que será una de esas pasan a la historia.
El Confidencial