X lanza su mercado de nombres: así venderá cuentas inactivas

Durante meses, Elon Musk prometió transformar X (antes Twitter) en una plataforma rentable y autosostenible. Ahora, con el lanzamiento del “X Handle Marketplace”, la red social apuesta por algo inédito: vender nombres de usuario inactivos a suscriptores Premium, creando un nuevo modelo de negocio digital que mezcla exclusividad, identidad y especulación.
El nuevo sistema divide los nombres en dos categorías. Por un lado, están los “Priority handles”, nombres personalizados como @GabrielJones o @PizzaEater, que podrán solicitar sin costo los suscriptores Premium+ o Business Premium. La solicitud pasará por una revisión de hasta tres días antes de aprobarse.
Pero la verdadera joya del sistema está en los llamados “Rare handles”: nombres cortos, genéricos o culturalmente valiosos como @Pizza, @Tom o @One. Estos solo podrán adquirirse mediante subastas exclusivas o invitaciones privadas. Según fuentes del sector, los precios podrían ir desde 2,500 dólares hasta superar el millón en los casos más codiciados.
Aunque el sistema parece pensado para ofrecer más personalización, su trasfondo es claro: fidelizar a los suscriptores de pago. Si un usuario Premium decide cancelar o cambiar su plan, perderá su “handle” adquirido (a menos que haya comprado uno “Rare”). Esta dinámica convierte el nombre en un incentivo psicológico para mantener activa la suscripción.
La medida también tiene un propósito de control. En lugar de liberar todos los nombres inactivos, X asegura que opta por este modelo cerrado para prevenir el acaparamiento de bots o el mal uso de cuentas. Así, la red social pretende mantener cierta seguridad y exclusividad en el proceso.
El lanzamiento de este marketplace no solo apunta a usuarios individuales. Empresas, influencers y celebridades podrán adquirir nombres más limpios y recordables, fortaleciendo su identidad digital. En la era donde la atención vale oro, poseer un nombre breve o icónico puede marcar la diferencia entre ser visto o ignorado.
Sin embargo, para el usuario promedio, esta estrategia no soluciona problemas reales como la disminución del alcance orgánico o la falta de nuevas herramientas gratuitas. Por el contrario, refuerza la percepción de que X se está convirtiendo en un espacio de privilegio digital, donde el poder económico define la visibilidad.
En 2006, crear una cuenta en Twitter era tan simple como escribir tu nombre. Dos décadas después, ese mismo nombre puede costar miles de dólares. Elon Musk lo sabe: los nombres son la nueva mina de oro digital, y su valor crece a medida que la red se llena de marcas y creadores que compiten por la atención.
Este movimiento coloca a X en el centro del debate sobre la propiedad digital y la ética de monetizar la identidad online. ¿Hasta qué punto un nombre en Internet puede convertirse en un bien comercial?
La Verdad Yucatán