Sony esquiva los aranceles y asegura estabilidad de precio en PS5

Carlos, un apasionado gamer de Texas, había ahorrado meses para comprarse una PS5. Sin embargo, las noticias sobre los aranceles de Donald Trump lo pusieron en alerta: ¿y si el precio subía justo antes de que pudiera comprarla? No sería la primera vez que la política comercial afectaba a su bolsillo. Pero, esta vez, la historia tuvo un giro inesperado.
En el mundo de la industria tecnológica, las decisiones se toman a gran velocidad. Cuando Trump anunció aranceles que podían impactar directamente en las consolas fabricadas en China, Sony reaccionó moviendo la producción de PS5 fuera de este país. Esta medida no solo evitó el golpe directo de las tarifas, sino que también permitió mantener estable la cadena de suministro.
El resultado fue tan positivo que Sony revisó al alza su previsión de beneficios anuales: de 6.300 millones a 6.600 millones de dólares. Solo entre abril y junio, la compañía ganó 1.800 millones, un 23% más que en el mismo periodo del año pasado.
Este incremento no vino solo de las consolas, sino también de los servicios online y áreas como imagen y sensores, que compensaron los efectos negativos del tipo de cambio.
El director financiero Lin Tao explicó que, además de mudar la producción, Sony aumentó la capacidad de fabricación para garantizar un stock sólido. Los periféricos también dejarán de fabricarse en China antes de septiembre de 2025, cerrando así el círculo contra los aranceles.
Para los gamers, esto significa mayor disponibilidad de PS5 y menor riesgo de subidas de precio en el mercado estadounidense, algo que Nintendo no pudo evitar con su Switch.
La clave de esta jugada maestra fue anticiparse. En lugar de esperar a que los aranceles impactaran en sus ventas, Sony diversificó su cadena de suministro y aseguró inventario. Este movimiento no solo protege sus márgenes, sino que fortalece su imagen ante los jugadores como una marca que piensa en su comunidad.
Si la estrategia se mantiene, los jugadores podrán disfrutar de precios más estables hasta el final de la generación. Además, con una mayor capacidad de producción, Sony podrá responder mejor a la demanda de futuros lanzamientos exclusivos y eventos como el Black Friday, donde la disponibilidad es clave para las ventas masivas.
Carlos, el gamer de Texas, finalmente pudo comprar su PS5 al precio que esperaba. No fue consciente de toda la ingeniería logística y estratégica que hubo detrás, pero se benefició directamente. Así, la jugada de Sony demuestra que, en la industria del videojuego, ganar no siempre significa vender más, sino saber proteger lo que ya se tiene.
La Verdad Yucatán