En la Antártida se ha abierto un enorme agujero del tamaño de Suiza

Científicos de todo el mundo tienen la atención puesta en la Antártida después de que un gigantesco agujero se haya formado en las últimas semanas en el mar de hielo de la región de Maud Rise del océano Austral.
Este lugar es conocido históricamente por la formación ocasional de polinias. Las polinias son zonas del hielo marino en las que la capa de hielo se ha roto o derretido, dejando al descubierto el océano que hay debajo, si bien esto es algo común, el tamaño de este fenómeno en concreto no lo es, debido a que es tan grande como todo el país de Suiza.
Varios factores contribuyeron a la formación de este enorme agujero. Entre ellos el transporte de Ekman, un fenómeno por el cual las corrientes impulsadas por el viento empujan el agua cargada de sal hacia la región. La sal intensificó el derretimiento del hielo desde abajo, creando las condiciones necesarias para que el agujero permaneciera abierto durante semanas.
La zona se identificó por primera vez como un punto caliente de polinia entre 1974 y 1976, cuando se observó un agujero mucho más grande. Sin embargo, el calentamiento global está haciendo que este tipo de agujeros se mantengan más tiempo debido a la combinación de nuevos patrones de vientos y tormentas extratropicales.

Estas tormentas contribuyeron a desplazar el hielo hacia el exterior, mientras que los ríos atmosféricos añadieron calor a la superficie, lo que debilitó aún más el hielo. Los efectos combinados de estas tormentas desempeñaron un papel fundamental en el mantenimiento de la polinia abierta.
Según el estudio publicado en Science Advances, a los científicos les preocupa que estos cambios puedan alterar aún más la delicada dinámica del hielo de la región antártica, lo que provocaría una pérdida más rápida del hielo y patrones climáticos más impredecibles.
Esto es un problema, ya que las polinias influyen en los patrones de circulación oceánica global, que regula la distribución del calor y el carbono en todo el planeta. La polinia permite que el calor se escape del océano, y el afloramiento de agua puede liberar dióxido de carbono a la atmósfera. Este proceso tiene el potencial de acelerar el cambio climático al liberar más CO2 al medio ambiente.
eleconomista