Trump impulsa militarización espacial; alertan por caos orbital y riesgo de guerra global

El ambicioso proyecto de defensa antimisiles ‘Golden Dome’, promovido por el presidente Donald Trump y aprobado en su fase inicial por el Congreso de Estados Unidos, ha desatado una oleada de críticas por sus altos costos, escasa viabilidad técnica y los riesgos que implica para la militarización del espacio exterior.
El sistema, descrito como un “sistema de sistemas” por la complejidad de sus múltiples capas —incluida una orbital—, tiene como objetivo interceptar misiles balísticos intercontinentales durante su fase inicial de vuelo. A diferencia de otros modelos como la ‘Cúpula de Hierro’ israelí, el ‘Golden Dome’ se basa en una red de satélites capaces de detectar y destruir misiles enemigos en cuestión de minutos.

Según la investigadora Laura Grego, de la Unión de Científicos Consternados (UCS), la posibilidad de interceptar un misil en su fase inicial depende de una ventana de apenas 3 a 5 minutos, lo que requeriría miles de satélites en órbita para cubrir todos los escenarios posibles. A su juicio, el sistema es vulnerable a ser “saturado” por ataques masivos o ser destruido directamente.
“El enemigo siempre puede lanzar más misiles que los que puedes interceptar”, advirtió Grego. “O peor: puede atacar los satélites y dejar el sistema inservible”.
El presupuesto aprobado destina 25 mil millones de dólares para la etapa inicial del proyecto, con una proyección de 175 mil millones hasta 2029, según la Casa Blanca. Sin embargo, la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO) estima que el costo real podría alcanzar los 542 mil millones de dólares en los próximos 20 años.

Expertos en no proliferación como Jeffrey Lewis, del Centro James Martin, alertan que el despliegue del ‘Golden Dome’ puede violar los principios del Tratado del Espacio Exterior de 1967, al convertir la órbita terrestre en un nuevo escenario de confrontación militar. “Esto pone en juego no solo satélites militares, sino también sistemas civiles globales como comunicaciones, navegación aérea y marítima”, advirtió.
Se teme además que otros países, como Rusia y China, respondan desarrollando armas antisatélite, incluyendo satélites armados con ojivas nucleares, lo que podría desatar una reacción en cadena con consecuencias impredecibles para la infraestructura orbital global.

En una carta dirigida al secretario de Defensa, Pete Hegseth, cuatro congresistas demócratas calificaron el proyecto como “prohibitivamente costoso, operativamente ineficaz, enormemente corrupto y perjudicial para la seguridad de EE.UU. y del mundo”.
Laura Grego, especialista en armamento nuclear, señaló que el proyecto repite los errores del fallido programa “Star Wars” de Ronald Reagan, que costó más de 60 mil millones de dólares antes de ser cancelado en 1993.
“Más que protección, este escudo ofrece una falsa sensación de seguridad. Ni nos interesa construirlo, ni nos conviene anunciarlo”, advirtió Grego.
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